-¡Mamá! ¿Has visto mi libro?
-¿El de Divergente?
-Sí, el que me dejó Jose.
-Debe de estar en tu cuarto.
-Pero no está ahí, por eso te pregunto.
-¿En la estantería tampoco?
-No, mamá...-dice con tono de impaciencia.
-Eso es que lo ha cogido tu hermano.
La chica camina deprisa desde la cocina hasta el cuarto de su hermano. Y al llegar abre la puerta sin llamar.
Cuando entra, efectivamente, Carlos tiene el libro entre sus manos.
-¡Eh! ¡Qué haces con mi libro!
-No es tuyo.
-No, es de Jose. Y se lo tengo que devolver.
-¿Qué Jose?
-Pues el vecino.
-Ah... Ese que es tan amigo tuyo.
-No se que insinúas con eso, es sólo un amigo. Un amigo que confía en mí para que le devuelva su libro hoy, así que trae aquí-dice mientras le quita la novela a su hermano de entre las manos.
-Ya lo se, Blanca. A mí también me cae bien. Sobre todo desde que te salvó la vida.
-Ya, supongo que de no ser por él seguiría en ese sótano... O no. Puede que no siguiera con vida.
-Fue un golpe de suerte. Gracias a dios. Te llegamos a perder...
-Continúa. Es divertido ver cuanto te importo.
Su hermano le hace una mueca.
-Por mucho que me chinches me quieres demasiado.
-Lo mismo digo.
Y después del típico abrazo de hermanos, ese que sólo se da cada años luz, Blanca se despide y va hacia la puerta.
-¡Mamá! ¡Voy a devolverle el libro a Jose!
-¡Vale! ¡Pero no tardes! ¡Luego iremos a ver a tu prima a su festival de fin de curso!
ESTÁS LEYENDO
NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)
RomansaLas sonrisas enamoran, pero las actitudes decepcionan. Todos tenemos esa parte malévola que surge cuando sufrimos de celos por alguien. ¿Se le deben dar segundas oportunidades a alguien que te ha decepcionado tantas veces? Atrévete a leer el final d...