We don't talk anymore. ━━ jicheol • jeongcheol

05

Las horas pasaban, y con ellas los días. La estación cambió, dejando paso al bello frio invernal.

Las cosas dentro del proyecto de Pledis iban cambiando, algunos chicos que habían estado al inicio ya no se encontraban, haciendo sentir la presión de ser cada día mejor, porque no sabías quien sería el próximo en sucumbir a la presión de estar ahí, con una cámara grabando todo para personas que después juzgarían tus acciones.

Seungcheol se mantenía en pie, a penas. Porque había días en los que recordaba, días en los que pensaba e imaginaba lo que pudo haber sido, el que podría haber pasado si él hubiera sido el sexto integrante, la sexta persona en ese escenario.

Porque el chico no podía evitar sentirse como una basura de vez en cuando, anhelando lo que otros tenían, siendo egoísta deseando que ese reconocimiento lo tuviera él también.

Pero tan pronto como el menor notaba como el chico de un momento a otro se quedaba callado, lo buscaba con la mirada, caminaba hacia él y lo tomaba de la mano.

Porque eso era todo lo que Jihoon podía hacer, darle apoyo incondicional, a pesar que Seungcheol nunca le dijo directamente y con palabras claras que le pasaba. Pero si había escuchado los susurros mal intencionados de los demás aprendices que no estaban en el proyecto, los constantes comentarios y las interrogantes que buscaban responder.

Seungcheol había perdido parte de su seguridad cuando su debut fue atrasado y los demás lo veían como el pobre chico que había sido rechazado, porque de poco en poco los demás comenzaron a pensar qué no era lo suficientemente bueno para debutar. Y que solamente lo habían puesto en aquel proyecto por pura lastima.

Aquellos comentarios a Jihoon le dolían, porque él más que nadie sabía que tanto se esforzaba el mayor día con día, animando a los demás chicos, sonriendo cada mañana. Pero aquel dolor que el menor podía sentir no se comparaba en nada con el dolor que sentía el mayor, o más bien dicho, la vergüenza que le producía le ser señalado en los pasillo de la compañía.

Pero quería levantarse, quería poder callarles la boca a aquellos que seguían murmurando y diciéndoles que no rindiera de una vez.

Por eso, aunque tenía días malos, aún tenía la oportunidad y joder, ahora tenía a Jihoon a su lado.