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En cuanto el Chino se dio vuelta fue inevitable no quedarme como idiota mirándolo, era muy lindo y yo soy de esas personas que encuentra a los Chinos, Japoneses y Coreanos absolutamente iguales sin excepciones.

—Ya po, Anto— la Cami me mando un codazo "delicado". —sacate tu mochila.

Hice lo que mi mejor amiga me dijo y dejé la mochila sobre el mesón para que él la tomará. En cuanto se giró a dejar la mochila en la estantería pude fijarme como a la Cami se le iban los ojitos mirándole el poto.

Te viera Jesús, maraca.

—Cuidado que se te pueden ir los ojos.— le susurre bien despacio mientras apretaba los labios para no reirme.

—Callate oh.— me reto poniéndose roja.

Aunque no la culpo, a mi también me gusta mirar traseros. Es bacán aunque igual es penca cuando un mino tiene mejor poto que tú, esa huea desmotiva caleta.

El Chinito se giró y me pasó la tapa de cartón toda ordinaria envuelta con scotch con el número 19.

Ahora el 19 será mi número favorito.

AHHHH CASI

Le sonreí en forma de agradecimiento y con la Cami nos fuimos a ver que tal la tienda. Vimos a mi mamá un par de veces cuando dabamos vueltas y ya llegaba un carro lleno con puros cachureos. Le vi incluso que llevaba una máquina para cortar el pasto y nuestro patio es de cemento.

Las cagó para ser una compradora compulsiva.

—¿Y?— la Cami me quedó mirando mientras veía unos libros para colorear como para personas de mi edad, ayiah.

—¿Y qué?— le pregunté devuelta frunciendo el ceño.

—Que te pareció el Chino po— la Cami en cuánto dijo "Chino" le empezaron a brillar los ojitos hueon, yo cacho que le gusta.

—Mh si, es lindo.— dije mientras guardaba el libro en mi carrito. valía mil quinientos, puta que oferton hueon y trae como mil páginas, tengo como para pintar hasta tres años más.

—¿Solo lindo?— me preguntó levantando una pura ceja. Esta hueona a veces me intimida.

—Si po, solo lindo. ¿Y a ti te gusta o qué?— le pregunté para sacarme esa duda que me estaba comiendo por dentro y no me dejaría dormir tranquila por las noches.

Ah ya, que exagerá.

—¿Gustarme?— la Cami se comenzó a reir exageradamente y tuve que ponerme sería para que parará su huea. —¿A ti se te olvida que me gusta el Milo como hace...¿mil años? y que el culiao nunca en su puta vida me va a pescar porque le gustaí tú?

—Ya, relajate.— me reí.

La hueona potente, a la otra casi me pega.

—Sólo era una pregunta no más, además tú sabi que yo no estoy ni ahí con pescar al Milo porqué es mi Mejor Amigo y es amigo del Fabian y ese hueon es mi ex entonces sería raro.

—Ya, y si no existieran esas razones, ¿Lo pescariaí?— me preguntó cruzando sus brazos.

—No, Camila. No lo haría.—blanquee mis ojos un poco chata del tema.

Cuando estaba pidiéndole a diosito que esta conversación no continuará a ambas nos sonó el teléfono.

—Conchetumare, cabro culiao.—
putio la Camila a quién sabé quién.

—¿Qué pasó?— la miré preocupada.

—Tú querido mejor amigo subió las fotos del carrete a Insta y estoy segura que no te van a gustar.

Chino culiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora