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ANTO

Debía estar más roja que la chucha con lo que me dijo el Lyan. Pero es que... ¿Él quería verme? No me lo creo ¡Quería verme conchemimare! ¡A mi!

La única huea que atiné por hacer fue sonreir ¿Por qué que se supone que debía decirle? ¿Gracias y mirarlo con la misma cara de aweoná con la que lo estoy mirando ahora? No gracias.

¿Que se sentirá probar esos labios con sabor a pecado?

¿De que porte la tendrá? Ah, ya me puse cochina.

¡Aunque todos siempre dicen que los chinos la tienen chica!

¿Será verdá esa huea?

Porque el Lyan no tiene mucha cara de tenerla chica🌚.

¿En que minuto me desvíe de la conversación?

—¿Y tu viejo te dejo venir?— le pregunté cambiando el tema.

Su papá a simple vista se ve súper pesado y yo creo que no lo deja ni respirar. Esta 24/7 en la tienda.

—Si, a veces tengo mis ratos libres y mi hermana se encarga de mi puesto.

Ay que es linda la cuñada...

—Yo siempre pensé que no te dejaban salir.— comenté. —Siempre pensé que tu papá te tenía como un prisionero y no te dejaba ni ir al baño. Incluso pensé que no te daba almuerzo y que por eso estay tan flaco.— me reí.

—Oye, ¿Y cuándo vamos a...?

¿¡Vamos a que!? ¿¡Vamos a qué!? Chino Culiao termina la frase por favor.

—¿Amor?

Puta la huea.

El Fabián camino hasta donde estábamos con el Lyan y paso su mano por alrededor de mi cintura.

—¿Por qué estás tan alejada de nosotros?— me besó la mejilla y yo atine a sonreir solamente.

—¿Amor?— El Lyan me miró confundido.

—Si, es mi polola.— respondió el Fabián. —¿Y tú eres...?

—Es hijo del nuevo jefe de la Camila.- respondí por él.

—¿La tienda nueva que está en el centro es tuya?

—Si... Me llamó Lyan.

—Buena... Yo soy el Fabián.— mi pololo le sonrió. —El pololo de esta preciosura.— el Fabián me apego mucho más a él y comenzo a darme besos por toda la cara.

Yo solamente miraba al Lyan.

—¿Que vamos a hacer? Estoy aburrida.— llegó la Camila a nuestro lado. —¡Lyan!— mi mejor amiga lo saludo. —Viniste...

—¿Tú lo invitaste?— le preguntó el Fabián a la Camila.

—Si ¿Por qué? ¿No podía?— la Camila miró al Fabián alzando una ceja. —¿Tenía que pedirte permiso?

Definitivamente es team chinito esta culia.

—No. Solo estaba preguntando, Camila. No es para que reacciones así.— el Fabián negó con su cabeza.

—Ya.— respondió cortante.

Los demás se acercaron a nosotros saludaron al Lyan y se presentaron uno por uno.

—¡Ya po!— todos miramos a la Cami. —Salgamos de acá, me estoy ahogando.

—Cuidado con la holguita marina.— la webio el Milo.

Después de unos diez minutos decidiendo a donde ibamos a ir, la mayoria voto por el mall.

El Mati, el Fabián, El Milo y el Cristóbal que se colgó, iban en patineta webiando por la calle. La Maca con la Camila iban conversando sobre el paseo de curso y la gala mientras que yo iba al último con el Lyan, sin decir ninguna palabra.

Estoy segura que se enojó.

Puta la huea.

—Oye.— decidí romper el silencio.

Lo tomé del brazo y el me miró sin ninguna expresión culia en su rostro.

—¿Estás...?

—¿Por qué no me dijiste que tenías "pololo"?— me interrumpió y también hizo comillas en la palabra pololo.

Tragué saliva.

—¿Y cuándo se supone que te lo iba a decir?— me crucé de brazos.

—No se... Antes de que me empezará a hacer ilusiones contigo ¿No creí?— me alzó sus cejas.

—¿Qué huea?— lo miré confundida. —¿Y cuando te ilusione que no me di cuenta?

—¿Tú creí que hubiera venido si no ibas a estar?— esta vez él se cruzó de brazos. —Deja de hacer eso...— se quejó.

—¿Qué estoy haciendo?— lo miré confundida.

—Lo que estás haciendo... Para de mirarme así.— se acerco un poco mas a mi.

Tragué saliva nuevamente y pase una mano por mi cara mas frustrada que la chucha.

—¿Qué huea te pasa, Lyan? ¿Qué mierda hay de malo con que te mire? ¿Ah? ¿Por que no puedo mirarte?

—¡Por que me dan ganas de besarte!— me murmuro cerca de mi cara. —Eso me pasa.

Luego dejo su patineta en el suelo, se subió en ella y se fue adelante con los demás mientras que yo quede hecha pico sin saber que hacer.

Chino culiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora