ANTO
—Que feo de tu parte andar escuchando conversaciones ajenas, Fabián.— la Maca se cruzó de brazos, enojá.
—Maca, en buena... no te metai.— el Fabián la frenó de una. —Yo no me meto en tu relación con el Matias asi que por favor, tu no te metai en la mia.
—Fabián, no teni porque hablarle así tampoco— comenté.
Con mis mejores amigas no perrito.
—No me cambies el tema, Antonella.— negó con su cabeza.
Uy se enojó la rubia.
—Te hice una pregunta, ¿Como da los besos, mejor o peor que yo?— alzó una ceja esperando una respuesta.
Pulento, ayúdame a salir viva de esta incómoda situación por favor.
Iluminame, dame una señal.
Prende la ampolleta de mi cerebro para decirle una buena y creíble excusa a mi pololo.
—¿Que escuchaste?— le pregunté haciéndome la hueona.
—Tú dijiste clarito que el Lyan te había dado un beso.
—¿Esa huea escuchaste?— me reí exageradamente. —Na' que ver.
Tomé la fuente con tomate y vote el contenido en la basura, después deje la fuente en el lavaplatos para lavarlo.
—Anto, yo no soy hueon y tampoco estoy sordo.
La Maca me miró atentamente, intentando decifrar que estaba pasando por mi cabeza en estos momentos.
Me carga que me mientan es una de las cosas que más odio pero también detesto mentir, pero no quiero que se arme un conflicto entre ellos porque yo no fui lo bastante cuidadosa y llegué y solté la bomba con mi mejor amiga apenas tuve la oportunidad.
El Lyan es nuevo en nuestro "squad" y tiene que sentirse cómodo con nosotros. Es penca ser nuevo en una ciudad en la prácticamente conoces a tu familia solamente.
—Ya. Si dije eso. Lo admito.— me encogí de hombros. —Pero fue un sueño. Le estaba contando a la Maca que el Lyan me daba un beso en el sueño.
Me va a crecer la nariz conchetumare.
Ya veo que le piteo un ojo a mi pololo con mi super ñata.
Es la última vez que miento.
Al menos que sea una emergencia de vida o muerte y mi mentira dependa de la felicidad de alguno de mis amigos o mi familia.
El Fabián me miró por unos segundos y después como si hubiera invocado al exorcista, giró su cabeza para mirar a mi mejor amiga.
—¿Es verdad eso?— le preguntó.
—Ah no se na' yo, tu dijiste que no me metiera asi que chaito no más.— la Maca agarró su vaso con bebida y camino hasta la puerta que da para mi patio en donde estaban los demás.
—Oye pero...
La Maca tomo el pomo de la puerta y después miró al Fabián.
—¿Tu crei que el Lyan le va a dar un beso a ésta hueona? ¡Si es mas tímido que la chucha!— la Maca rodó sus ojos y después abrió la puerta y salió.
Suuuuuper timido oye.
—Parece que la anduve cagando.— el Fabián se paso una mano por su mejilla.
—Parece.— le respondí neutra.
—Ya oh, perdón.— se acercó y me hizo un puchero.
Puta la huea.
¡Su piercing culiao caga todo y mi debilidad se va a la chucha!
Si no tuviera los ojos azules y ese piercing en su labio, sería otra historia.
Lo mandaría a la chucha altiro y me iría con el Lyan.
Nah, mentira.
Conchetumare.
Me creció la nariz.
¡Fabián cuidado!
—¿Me perdonai?— me miró pestañeandome artas veces.
Asenti y nos dimos un beso.
Me separé sutilmente de él y le sonreí sin mostrar mis dientes.
No me sentía cómoda dándole un beso siendo que una hora atrás, me había dado un beso con el Lyan.
Además, cada vez que cerraba mis ojos en el beso, era el Lyan quien se cruzaba por mi mente y no mi pololo.
Me sentía la mina más maraca del mundo.
Chino Culiao ¿Qué me hiciste?
¡No podía sacarmelo de la cabeza!
—¿Te falta mucho?— el Fabián me miro con su cabeza ladeada.
—No Ly..— conchetumare. —...limpio aquí y voy.
El Fabián tenía una ceja alzada y después asintió saliendo al patio.
Por poco y me pilla gancho.
Lave la fuente donde estaba el tomate y lo empecé a hacer denuevo.
Justo entró el Lyan.
—Hola.— me saludó nuevamente.
—Hola— ¿Queri que pelemos los tomates juntos?
—El Matias me mandó a buscar mas cervezas.— se paso una mano por su pelito tan lindo y precioso.
—Si, sacalas, están en el refri.
El caminó hasta el refri y cuando lo abrió mi mamá llegó.
—Hola hija.— me saludó acercándose a mi para darme un beso en la mejilla.
El Lyan cerró la puerta del refri y mi mamá lo quedó mirando.
—Bah, ¿Y este chinito tan lindo quien es?— mi mamá lo miró como cabro chico con juguete nuevo.
—Se llama Lyan, es el de la tienda del centro.— empecé a aliñar el tomate y está vez no le eché limón a la huea.
—¡Ay si me acuerdo de ti!— mi mamá le apretó las mejillas y el otro hueon se dejó no más. —Ya. Yo me iré a acostar porque vengo cansá. Me dejan todo ordenado ah.
—Si mamá.
Ella se fue y el Lyan se acercó dejando las chelas encima de la mesa.
—Viste, hasta tu mamá sabe que soy lindo, tu eres la única que no se da cuenta todavía.
¿Kien io?
—Mi mamá los encuentra a todos lindos, no teni que sentirte especial.— me encogi de hombros.
—Ya me gané al cuñado, la suegra me encontró lindo, eso ya es un gran paso— puso una mano en su mentón pensantivo. —Ahora sólo me faltas tu.
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Chino culiao
Humor«Yo no voy a dejar que mi hijo cometa el mismo error de su Papá.» #28 EN HISTORIA CORTA♡. 18 de Diciembre 2017. #15 EN HUMOR♡. 24 de Febrero 2018. ¡Gracias!