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ANTO

No puedo creer que nos falte menos de un mes para salir de clases. Estoy ansiosa por salir luego de esta huea de liceo pero por otra parte, me da miedo no saber que cresta hacer con mi vida. Estamos en pleno Octubre y ya nos avisaron que saldríamos de clases el dieciocho más o menos y nuestra licenciatura sería el diez de Noviembre. A simple vista se notaba que lo único que querían estos viejos culiaos era deshacerse de nosotros porque o si no, no nos echarían tan temprano. Vamos a ser el primer cuarto medio de la comuna en salir de clases. Mi más grande temor era la psu, lo más cuatico de todo es que no he estudiado ni una huea y en clases no he aprendido muchas cosas que digamos. Estoy segura que voy a dar bote en esa huea, ah.

Como la canción...

DE MI VIDA TE BOTEEEEE Y TE BOTE TE DI BANDA Y TE SOLTÉ, YO TE SOLTÉ Y PA'L CARAJO USTE' SE FUE, DE MI VIDA TE BOTE, YO TE BOTE

Puta la huea que canto lindo por la chucha... No sé porque no quede cuando fui al casting de rojo hueon.

En vola, era muy buena cantante y no querían que opacara a las demás con mi hermosa voz, ah.

Y DICEEEE

BABY LA VIDA E' UN CICLO
TE CREI FERRARI
Y NO LLEGAI NI A TRICICLO (8)

el conejo malo beibe

—¿No vay a escribir?— la Camila tiró la mochila arriba de la mesa y luego tomo asiento.

Hace días que ella no se sentaba conmigo, prefería sentarse con el Milo y yo... yo me sentaba con el Fabián. Pero ahora estaba más sola que la loca de los gatos. Además, la Maca no vendría hoy porque le surgió un inconveniente.

Me encogí de hombros y seguí haciendo garabatos culiaos en el cuaderno.

—¿Por qué no estay con el Milo?— le pregunté mirándola de reojo.

—Porque vinimos a hacerte compañia.— escuché como el Milo se sentaba en puesto de la Maca, atrás de mí.

Rodé mis ojos.

Estoy culiaos juran de guata que yo estoy mal por lo que pasó con el Fabián y que me cambiará por semejante maraca. Pero en realidad no estoy ni ahí con el weón, si quiere pegarse el sida o cualquier otra enfermedad que tenga esa perra culia es problema de él.

—¿Estay bien?— la Camila me tomó el hombro y el Milo empezó a hacerme cariños en el pelo.

Y dale con la huea...

—¡Estoy bien!— ay perdón, me altere. —Paren de tratarme como hueona o de mirarme con lástima.

Y justo en ese momento vi como el Fabián abrazaba a la Valentina y luego traspasaba gérmenes con ella.

Ya, si igual me dolió eso.

Pero no me gusta guardar rencor dentro de mi corazoncito así que le deseo toda la felicidad del mundo al hijo de la maraca, de la mojojo y la maigo.

Lo único bueno de todo esto es que es viernes y mi cuerpo altamente lleno en calorías lo sabe.

—¿Y que pasó con el carrete?— preguntó el Milo anotando el objetivo de clase, no sé pa' que, si estamos en consejo de curso y no hacemos ni una huea.

Lo miré totalmente confundida.

No tenía a que carrete se refería.

—¿Cuál carrete?— me giré y apoyé mi espalda en la ventana y apoyé mis pies en la silla de la Cami.

Nada más relajante que hacer esa huea.

—¿El Mati no te dijo nada?—alzó sus cejas.

—¿Decirme qué?

Chino culiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora