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—¿Qué es?— preguntó mi mejor amiga.

puta que es copuchenta la wna sdfñhfs.

—Es un número.

—Te apuesto que fue el Chinito.— la Cami empezó a bailar y a aplaudir con sus manos entera emocioná. —Los shippeo.

—Txá. Tú que no shippeai po—
Camila culia, shippea todo lo que se mueve. —hasta los peos.— me reí y le contagie la risa a las dos.

—Ya. Hablando en serio...— se puso seria y se acomodó en el asiento. —Harían linda pareja. Agrega el número a WhatsApp para que sepas quién es, aunque es demasiado obvio que fue él.

—¿Vo deci?— puse una mano en mi mentón pensativa.

Porque si, aunque no lo crean, yo también pienso.

SDÑFDKHDS

—Si po hueon.— respondió y después se dio cuenta que estaba mi mamá y se retractó de sus palabras. —Chucha, perdón tía. Si po, amiga.

No se porque se urge tanto si mi mamá no le dice nada, a nosotros nos deja decir garabatos pero el único que no nos deja decir es el "conchetumare" los demás les da lo mismo.

Me da risa cuando a veces peleamos con mi hermano y nos decimos puros garabatos así como:

—Ya po, Matías. Pásame la huea.

—No quiero, déjate de webiar oh.

Y llega ella toda enojá y nos dice:

—Puta que son atrevidos estos cabros culiaos, no se a quién salieron tan groseras las mierdas.

Al final con mi hermano nos cagamos de la risa.

—Y yo que pensé que a ti te gustaba el Chinito.— le confesé mi más grande temor y mi mayor secreto.

—¿A mi?— se rió. —Na que ver. Tú cachai en la situación que me encuentro po. Además te quise acompañar para que tú lo conocieras.— hizo un baile sensual con sus cejas.

Así que anda de Cupido la culia.

—Ya par de hueoncitas, llegamos.— nos avisó mi mamá y ambas nos bajamos del auto.

Mi mamá me pasó las llaves de la casa para que entraramos por mientrás que ella guardaba el auto.

—Dile al Matías que me ayudé a bajar las cosas.— me ordenó mi mamá antes de que con la Cami entraramos a la casa.

—¿Matías?— hablé mirando por todo el primer piso.

—Tiene que estar en su pieza.— dijo la Cami sentándose en el sillón relajadamente poniendo sus pies encima de la mesa de centro.

—Baja los pies hueon, mi mamá te va a retar.— ella blanqueo los ojos y luego bajó los pies de la mesa.

—Es bacán hacer eso po.— se amurro cruzando sus brazos.

Tenía razón.

—Si no bajo en dos minutos, tú te quedai con el Stuard.— le dije mientras subía las escaleras. La Camila soltó una risa culia super contagiosa.

El Stuard, más lindo mi bebé.

Si, tengo un bebé y se llama Stuard como el ratón de la película ¿Algun problema con eso? ¿No? Ah ya, menos mal.

Es un Hámster sdfñhs, lo tengo desde los catorce y según el Matías es un ratón culiao.

No sae nah que el que tiene cara de ratón es otro.

Chino culiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora