Chino culiao

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antx.gmz

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antx.gmz mi chinito bello 🌷❤

Lyan

Estaba a unos metros de llegar a la tienda, está semana me tocaba a mi abrirla. Iba super motivado escuchando una banda que le gusta a la Anto, Cinco... cienci, algo así creo que se llaman. Mi papá me había sugerido la idea de invitar a la Anto a comer a la casa y estaba bastante ansioso por eso, no sabía si le iba a gustar la idea porque en mi familia tenemos otro tipo de costumbres. Si acepta, ojalá que no se sienta incómoda con mis hermanos y mis papás porque también estará mi mamá y ella es la menos contenta con la idea pero de alguna manera tendrá que acostumbrarse a la idea de que su hijo esta enamorado de una chilena, la peor pesadilla para mi madre se cumplió. No entiendo a que se debe ese odio repentino por las chilenas como si ellas le hubieran hecho algo malo, no debería ser así, debería conocerlas primero y no juzgar a las personas de pura gana, más que mal, gracias a los chilenos nosotros tenemos comida en nuestra mesa.

Mi música se detuvo de la nada así que saqué mi celular del bolsillo para saber que onda cuando un número desconocido me estaba llamando, contesté sin vacilar.

—¿Aló?

—Wena po chino cochino ¿que comiste hoy dia? ¿estaba rico el alo?

—¿Quién habla?— suspire, no estaba para que una persona x me empezará a molestar.

—Ah, ¿Que pasó? ¿No me reconocí la voz? Yo pensé que eramos amigos, que feo culiao.

—¿Fabián?

—Iré directo al punto. Pasaré que no te quedó clara mi amenaza de alejarte de la Anto, ahora más encima le pediste pololeo. Yo pensé que erai más inteligente.

—Si, casi me cagó con tu amenaza. Estuve dos horas encerrado en el baño cagado de miedo después de que te fuiste. Fue el peor trauma de mi vida, en serio, no quería ni salir de ahí después de que te fuiste...

—No me agarri' pa'l webeo que no te sale. Ahora por weón vay a tener que ver de lo que soy capaz.

—Ya po, me avisai, chao.

Por lo que me han contado, el Fabián no mata ni una mosca y miedo es lo que menos le tengo. Si me quiere hacer algo, que lo haga. Lo voy a estar esperando con los brazos abiertos.

Llegué a la tienda para abrirla, saqué las llaves de los candados de mi bolsillo y luego me puse de cuclillas para que no se me complicará tanto el trabajo y me doliera la espalda.

—¿Oye, tu eri el Lyan?— escuché la voz ronca de alguien y varias pisadas acercándose, como de unas tres personas más o menos.

—Si, soy yo..— seguí intentando abrir los candados sin mirar a los sujetos. —¿Por?

—Ahh, wena...— se rió. —Porque te mandaron un recado.

Cuando iba a preguntar a que se referían, todos los sujetos se abalanzaron sobre mi, golpeandome con patas en todo el cuerpo, obligandome a poner mis brazos frente a mi cara para protegerla de los golpes y a flectar mis rodillas. El dolor era casi insoportable... eran muchas patadas en mi espalda y estómago y sentía como este último se retorcia del dolor.

Cuando se cansaron del golpearme, uno de ellos me escupió en la cara y luego soltó una risa.

—Ahí teni tu recado, chino cochino.

Luego de eso, todo se volvió negro.

(...)

Anto

—¡ANTONELLAAAAAAA!

¿Quién chucha es tan inconsciente de venir a molestarme un día sábado a las ocho de la mañana? Juro que apenas vea a esa persona detrás de la puerta le voy a sacar la chucha por hacerme levantarme de mi preciosa y majestuosa camita.

Me puse mis pantunflas de gatito y bajé sin ánimos de ni una wea.

—TE VOY A SACAR LA CHUCHA SI NO ME ABRÍ.— reconocí la voz de mi mejor amiga. —¡ABREME POR LA CRESTA!

—Ya voy, tanto escándalo y te apuesto que es pa' decirme algo de justin bieber o que shawn mendes viene a chile, que es de lo único que me hay hablado estos días...

—Weona no, cállate y abreme.

—¿A ver, que show teni?

Cuando llegué a la puerta, la abrí y la Camila tenía los ojos llorosos.

—Weona, que onda tu cara. ¿Qué pasó?— la miré preocupada.

—El Lyan está en el hospital, unos conchasdesumadre le pegaron...— tomo aire y continuó.— Anto, el Lyan está grave.

Mierda...

AYYY NO DIOSITO.

NO ME QUIERO QUEDAR VIUDA LLEVANDO UNA SEMANA DE POLOLEO. 💔