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La cosa cada vez se ponía más intensa entre ambos, Mayra le amaba demasiado y cuando él no se encontraba con ella, sólo le bastaba cerrar sus ojos para recordar sus palabras, su aroma a menta, sus caricias, sus abrazos y sus labios sobre los de ella, "te beso demasiado porque no se cuanto durará esto" eso había dicho él, pero Mayra no comprendía a que se refería, entonces le surgían dudas en la cabeza y ella pensaba ¿por qué poner dudas sobre mi cabeza? Si mi corazón sabe lo que siente y él había dicho que se había enamorado de la chica que le había invitado a bailar en el ático. Una sonrisa aparecía en su rostro cuando recordaba estas cosas, ahora todo era perfecto no había porque poner en duda el amor de Henry, pero ¿dónde estaría Henry de lunes a viernes? ¿Estaría pensando en ella, como ella lo hacía?

- Sabes que te amo Mayra te amo, te amo, te amo.

Él la abrazaba y besaba diciéndole tiernas palabras cada vez que llegaba a verla.

- Me ha parecido una eternidad la que te has ido

- No exageres sólo han sido algunos días, trabajo es trabajo y lo sabes

- Lo sé, es sólo que quisiera pasar más tiempo contigo

- Espera casi lo olvidaba te he traído un regalo

Era quizá la primera vez que Henry le daba un obsequio a ella, él se acercó a su portafolio y saco una pequeña cajita plateada y se la entregó.

- Ábrela

- Henry estoy emocionada

Ella comenzó a abrir la pequeña cajita, adentro envuelto en papel había una cadena dorada con un dije de corazón, el cual tenía unos pequeños detalles con piedritas.

- Es hermoso, gracias ¿Me ayudas a ponérmelo?

- Claro, espero que con esto sientas que siempre estoy contigo aunque no me encuentre a tu lado

Ella sentía que su corazón daba mil vueltas, le abrazó con fuerza y lo beso con intensidad

- Siempre estas a mi lado Henry Tovar, es sólo que a veces quisiera saber ¿a dónde vas?

Él se le quedo mirando de un modo serio por un momento, después le sonrió y le toco la nariz

- No siempre se puede saber todo

- ¿por qué no?

- ¿confías en mí?

- Si

- Entonces no necesitas saber que es lo que hago las veinticuatro horas del día

Ella dejo de hacer preguntas y sólo se quedó mirándolo, se sentía defraudada no entendía el porque pero así como se sentía, sin embargo se le acerco y lo beso dulcemente pues lo amaba y cuando uno ama acepta a la otra persona con todos los detalles que trae consigo misma.

El último unicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora