28

5 0 0
                                    


Cuatro semanas tuvieron que pasar para que Henry Tovar se dignara a regresar al lugar donde Mayra se encontraba, él se encontraría con nuevas noticias y ella se enfrentaría a una fría realidad. Por supuesto ella estaba enojada hasta los huesos, mientras él le sonreía y le entregaba un ramo de flores amarillas

- ¿Crees que con traer flores se resolverá todo?

- ¿Todo qué es todo?

- Pues el que te hayas ido cuatro semanas sin decirme nada y tenerme preocupada, pensé que te había sucedido algo y no tenía idea de a quien llamar, tu celular no me daba línea.

Él se le acerco, la miro fijamente a los ojos y le acaricio la mejilla dándole un tierno beso en la boca, haciéndole callar todas esas dudas en su cabeza.

- Pero estoy bien y estoy aquí contigo Mayra

- No me refiero a eso

- ¿Entonces?

- Es que no se nada acerca de tu vida Henry

- Es gracioso cuando preguntas acerca de mi vida, porque no quizá sé exactamente que decir y sin embargo quisiera que formaras parte de ella.

- Quizá yo soy la única parte de tu vida que conozco Henry

- ¿Qué es lo que necesitas saber de mi Mayra?

- Todo

- Yo soy como un reflector Mayra, puedes verme ahora y es todo lo que necesitas conocer para disipar la obscuridad de tu mente

- A veces no entiendo las cosas que dices

- Las cosas no siempre son como las pintan

A Mayra le estaban rompiendo los huesos y estaba perdiendo el control necesitaba contarle a Henry acerca de su embarazo, pero temía que él no la comprendiera y saliera con otro de sus poemas baratos y que esta vez se fuera para siempre de su lado, sin embargo ella necesitaba sacarlo, necesitaba desahogarse y poder seguir con su vida.

- Bien Henry hay algo que es necesario que sepas

- ¿Mas necesario que una cena en Macy's House? Tengo reservación por supuesto

- No Henry escucha- su tono de voz se exalto y saco todo lo que había guardado estas semanas- Basta de estupideces, basta de poemas baratos, basta de desaparecer y aparecer cuando quieras, basta de interrumpirme, estoy cansada y he vivido estresada estas últimas semanas.

- Ok no voy a interrumpir, dime que sucede

Ella comenzó a llorar mientras se tocaba el vientre y no encontraba las palabras exactas para decirle, él la abrazo y le dijo dime lo que tengas que decir yo entenderé.

- Estoy embarazada.

Esas palabras retumbaron en sus oídos como millones de campanas, era obvio él no estaba preparado para este tipo de noticia, él podría haber elegido un millón de razones para irse de su lado, pero decidió quedarse aunque ni siquiera sabía porque pero necesitaba estar a su lado.    

El último unicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora