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Sus ojos lo hipnotizaban, le hacían parecer a las estrellas que habían perdido su brillo, ella era asombrosamente hermosa y sensual, ella lo sabía y él se tenía que encargar de recordárselo todos los días para aumentar su ego, así es como las cosas entre los dos eran posibles.

- Henry cariño, el sábado mi padre dará una reunión en el club.

- Que bueno

Ese tipo de comentario sarcástico le hacía perder la cabeza a Devora.

- No fue pregunta cariñito, fue afirmación y sabes lo que eso significa o ¿quieres que te lo recuerde?

- No quiero que me recuerdes nada Devora, sabes que tengo cosas que hacer.

- ¿Qué cosas? Vamos dime, ¿qué cosa es más importante que yo?

Henry sabía perfectamente que no le convenía tener a Devora enojada, sobre todo porque las elecciones internas de la empresa se acercaban apresuradamente.

Él se acercó a ella le acaricio la mejilla, pero ella le detuvo la mano y lo miro con ira.

- A mi no me salgas con juegos baratos Henry Tovar

- No estoy jugando Devora

- Yo menos, más te vale estar en el club el sábado o puedes ir despidiéndote de ganar las elecciones, sabes perfectamente que una palabra mía basta para hacer cambiar de opinión a mi papi.

- ¿Estas chantajeándome?

Su tono había cambiado de enojo e ira a sensualidad

- Henry cariño sabes perfectamente que sólo quiero lo mejor para ti.

Ella tomó la mano de Henry y la deslizo hasta sus pechos, mientras lo miraba lujuriosamente.

- Y lo mejor para mi eres tu

- Exacto bebé, tu si sabes de las cosas de la vida.

Ella le desabrocho la camisa que él había tardado en abrochar, lo beso apasionadamente en todo su cuerpo, ella conocía perfectamente sus zonas favoritas, Henry no podía resistirse a su sensualidad, era débil ante semejante mujer.

- Eres fantástica

- Lo sé cariño, soy lo mejor que puedes tener, nunca encontrarás a nadie igual, en realidad más te vale chiquito que no busques a nadie más, porque soy una mujer a la que no le gusta compartir.

Ella lo beso una vez más y lo empujo de su lado con desagrado, él sabía que Devora podía ser muy peligrosa si se lo proponía y por esa razón ella nunca debía enterarse de Mayra. 

El último unicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora