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Narra Richard

Aquella mañana, me desperté estirando la espalda por haber estado durmiendo en el sofá. De todos modos, vaya tela con Primera Clase. Una bailarina de ballet tiene sus privilegios, sí señor. Algo de envidia ya da...

Igualmente tenía que hacer "transbordo" aquel día, asi que me dio un poco de igual. Yuri vino a buscarme con una lancha motora al barco y, no sé aún cómo, logró engañar a la tripulación con un carnet de FBI falso diciendo que yo estaba en Protección de Testigos. Y, siendo honestos, una lancha motora es mucho más rápida que un barco que va a velocidad de crucero. Y es aún más rápida si tienes a alguien como Yuri, que tunea el motor para que sea una jodida bala en llamas. En serio, incluso siendo adulto, este tipo es MUY ratito... ¡¡y un maldito temerario!!

Cuando llegamos al puerto, fuimos corriendo a la estación para poder coger el tren. Y ahora, podía descansar tranquilamente mientras iba con paso ligero hacia mi hogar. Yuri, que estaba en la misma cabina que yo, se durmió rápidamente después de cenar. Lo malo es que hoy en día ronca... Y por eso, salí de la cabina y me fui a la plataforma de observación solo para tener algo de silencio.

Minutos después, me sonó el móvil. Sería Yuri, a lo mejor.

Pero al ver el número, me quedé de piedra. Era el número de mi casa.

No quise descolgar al principio. No me veía con fuerzas para ello, y por eso, saltó el buzón de voz.

—Richard, soy Elisa.— ¿Cómo? ¿Ella también sabe que estoy vivo? —Yo... Argh, no sé ni porque estoy haciendo esto. Leches, puede que ni tengas este número ya... Mira, si realmente sigues aquí, con nosotros... Por favor. Por favor, Richard, vuelve a casa. Chase está obsesionado con ese diario tuyo, y no le beneficia en absoluto. No hace más que pensar en el dolor que tuvo que soportar todo este tiempo. Él te necesita, mi amor. ...Y yo te necesito a ti.—

Ella soltó un suspiro. Un suspiro que me hizo descolgar mientras entraba de nuevo en el pasillo del tren.

—Estoy aquí. Siempre lo he estado.

—¡Ah...! ¡Entonces es cierto! Eres tú de verdad...

—Elisa, lo siento. Lo siento muchísimo. Pero no podía arriesgarme a que Marco me encontrara. Tenía que alejarme de vosotros a la fuerza. Pero... tú y Chase sois lo único en lo que he podido pensar estos 3 años. Por eso le rogué a Álvaro que convenciera a la "madre" de Chase de llevarlo al internado. Sabía perfectamente el riesgo que suponía para él, pero... Quería que conocieras a tu hijo. Ya has tenido que aguantar 13 años sin él.

—Richard, no tienes porque explicarte. Yo hubiera hecho lo mismo por vosotros. Pero se acabó... Todo. Ahora podemos ser una familia otra vez. La familia que Chase necesita.

—Hablando de Chase... ¿Está contigo ahora?

—No... Le he dicho que se vaya a jugar con sus amigos. Aunque ahora por la ventana lo vea contento, sé que está preocupado. No puede estarse quieto por los nervios. Tiene muchísimas ganas de verte.

—Y yo de veros a vosotros...— dije mientras me secaba las pocas lágrimas de la cara. —... a los dos.

—¿Cuánto piensas que tardarás en llegar?

—No estoy seguro... Puede que un día como máximo. Ahora mismo estoy en el tren. ¿Qué tal estuviste con Yuri?

—¡Muy bien! Se pasó por aquí antes de ayer. No veas el susto que se dio cuando conoció a Chase. Pensó que eras un fantasma.

—Y mira que lo avisé...— dije sonriente. —¡Oh, ahora que me acuerdo! Elisa. No le digas a Chase que me has llamado.

—¿Huh? ¿Por qué?

¿Porqué tengo que ser yo el malo? La Verdad OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora