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⚠ AVISO: Este capítulo contiene temas muy oscuros y retorcidos. Por favor os lo pido, la "acción" que Rodrigo efectuará en este capítulo... NO LO HAGÁIS. NUNCA. PROMETÉDMELO.⚠ 


Después de merendar y tras evitar que Peter destruyera la cocina entera, subimos a mi cuarto para seguir leyendo. Como Samuel había descansado la voz, siguió leyendo.

~***~

Después de pegarle una paliza a Yuri tras saber a lo qué me había condenado, continué mi búsqueda de Rodrigo. Cuando bajaba las escaleras, pude ver una pelea. Eran Héctor y Santiago, discutiendo.

—¡No digas gilipolleces! ¿Qué pruebas tienes para acusarme?

—¡¿Y qué pruebas tienes TÚ para defenderte, Santana?! Tú eres la persona que tocó por última vez la máquina, ¡así que puede que tú la mataras manipulando el telar!

—¡¿Cómo?! ¡¿CÓMO pude haber manipulado la máquina?! ¡¿Y CUÁNDO?! ¡Todo el mundo me estaba mirando en el escenario!

—Yo nunca he dicho que la manipularas en el escenario. Pudiste hacerlo de noche. No, perdón, ¡LO HICISTE de noche!

—¡¡Oh, vamos!! Rodrigo estaba montando guardia aquella noche para proteger el proyecto de otras clases. ¡Rodrigo, ¿a qué no me viste pasar por allí?!

—B-Bueno...— Rodrigo bajó la cabeza. —No, no te vi, pero... el caso es que... me quedé dormido. A la mañana siguiente, me desperté en el pasillo y me volví a mi habitación antes de que todos se levantaran.

—¡¿Estamos de coña?!— gritó Héctor frustrado.

—Vaya... Yo no sabía eso. Así que... Rodrigo. ¿Tú fuiste la persona al cargo del telar aquella noche?

—Em... S-sí...

—Eso explica muchas cosas. Lo primero, explica cómo fuiste capaz de pegar la nota que explicaba lo de Holly. Y yo que pensaba que eras un miedica...

—¡N-no! ¡Yo no hice eso!

—¡No mientas, niñato! Te diré lo que pasó aquella noche: Tú te enfadaste con Holly, porque intentó violar a Elisa. Y tú, como el chivato que eres, querías que la gente lo supiera. Así que, aprovechando tu turno de guardia, pegaste la nota en la puerta del comedor para que la gente lo viera aquella mañana.

—¡¡Eso es mentira!! ¡Yo nunca le haría eso a Richard!— chilló Rodrigo.

—¡Eh, Santiago!— grité llamándolo desde la escalera. —Si tan listo te crees que eres, explícame esto: ¿Con qué motivo haría Rodrigo todo eso? ¡¿Eh?!

—Fácil. ...Para matarte.—

La gente empezó a gritar.

—¡¡Tú has perdido un tornillo!!— grité furioso.

—¡No me digáis que yo he sido el único en darse cuenta! Richard estaba justo enfrente de la directora en el escenario. Pero Elisa lo tiró al suelo salvándole de la aguja, y clavándose en Leblanc. De no haber sido así, ¡ahora mismo tú serías el muerto, Holly! ¿Y porque te mataría Rodrigo? Porque él sabía lo que habías hecho, ¡y sabía que tratarías de silenciarlo! Una pena que el plan te haya salido mal, ¿no, miedica?

—No... Yo no fui... ¡Lo qué pasó...!

—¡¡Ahórratelo!! ¡Sabemos lo que hiciste! Ahora, ¿por qué no nos haces un favor a todos ¡y te mueres de una puta vez, musaraña!?—

Rodrigo se quedó callado, rompiendo a llorar. Y acto seguido, huyó subiendo las escaleras y encerrándose en la habitación con llave.

—¡¿Estás loco?!— le chillé bajando las escaleras.

¿Porqué tengo que ser yo el malo? La Verdad OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora