Razón N°22

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El tema de Lucy con Rob iba muy rápido. Pero lucían como unos chiquilines asustados.
Mi tío se cuidaba de cada cosa que hacía con ella: el más pequeño roce de manos y él se volvía totalmente loco para luego comenzar a tartamudear cerciorándose de que no habían ido demasiado lejos.
Creí que todo el asunto del noviazgo me iba a molestar pero en realidad me divertía bastante, las últimas dos semanas me las pasé viendo películas con ambos, llendo a caros restaurantes (que mi tío pagaba para impresionar a Lucy) y hasta me acostumbré.

Fue un lunes, de esos en los que no no te suena el despertador y no sabes ni en que año estás, cuándo adormilado  me levanté de la cama listo para otro día de clases.
Tomé lo primero que encontré entre el desastre de ropa en el suelo de mi habitación, guardé un lápiz y un sólo cuaderno sabiendo que me faltaban como cinco más pero no le di importancia y salí con los ojos cerrados hasta la cocina, dónde Lucy tomaba un té sentada en una de las sillas altas del mesón y mi tío cortaba rodajas de pan de las que tomé una. Con los ojos cerrados empecé a untar una de los preparados en conserva de Lucy.
Ya casi iban a comenzar las clases, así que tome mi mochila, mi pan y me dirigí a la salida del departamento creyendo que mi tío saldría también. Pero cuando apoyé mi mano sobre el pomo de la puerta la gruesa voz de él resonó por todo el cuarto:

—Even espera. Hoy no irás a la escuela.–Yo me giré con el ceño fruncido.
Rob no era el tipo de adulto que me dejaba faltar cuando se daba la gana.

—¿Qué? ¿Por qué no?–A pesar de mi intento de hacerme el serio y no mostrar que me moría de la felicidad una sonrisa genuina se dibujó en mi rostro que no pude disimular.

—Porque...a veces es bueno cambiar de ambiente y ya sabes...

—¿Ah?–Yo no entendía que tenía que ver eso de “cambiar de ambiente” con no tener que ver a mis odiosos profesores.

—Que nos mudamos.

Me costó reaccionar. ¡¿Mudar?! ¿A dónde nos iríamos?

—¿Para qué?–Musité confundido.

—Para... Lucy pueda vivir con nosotros.–Se me cayeron las llaves para la puerta de entrada de la mano.

—Es decir no. Si no quieres no lo haré–Aclaró mi ex-niñera por atrás.

Me sorprendió que mi tío tomara una decisión tan grande como esa muy rápido. Era obvio que lo menos que quería Lucy era estorbar, de hecho no lo hacía y yo no era nadie como para decirle que no podían estar juntos en cualquiera de las formas posibles.

La mañana alegre llena risas que parecíamos tener desapareció. De la nada, todo recayó en mí.
Yo estaba seguro de que quería que Lucy viviera con nosotros, pero los dos estaban tan serios y expectantes que hasta dudé.
El miedo apareció otra vez, dando paso a innumerables malos pensamientos o resultados que traería todo esto.
¿Y si Lucy se mudaba con nosotros pero después se iba? ¿Que sería de mi tío? ¿Yo podría afrontar otro abandono? La respuesta no tardo en llegar: no. Simplemente no.

Sin quererlo, con la mirada en cualquier lado, casi ido dije:

–Si te mudas con nosotros te quedas.–Podría haber sonado egoísta, pero yo ya me había encariñado con la rubia chillona, ¡Era casi como mi madre!
Internamente no deseaba que se sienta obligado a quedarse, pero de verdad no quería que se fuera.

Lucy sonrió y se acercó para abrazarme.

—Even, no me iré a ningún lado.–Explicó cariñosamente tranquilizándome.

🌼

Ya para las once de la mañana estábamos en el auto viendo todo tipo de casas, con todo tipo de patios, cercos, piscinas y ubicaciones.

Claramente se hicieron dos equipos: el de Rob, en dónde hasta el mínimo detalle era tomado y contemplado con puro detenimiento y el de Lucy, que sólo quería un bonito jardín.
A mí me tocaba ser el sentido común, sí, porque mi tío se lo estaba tomando demasiado enserio, cosa que estaba bien pero ya para el medio día, empezó a hacer preguntas taradas que no influían en nada. En cuanto a mi nanna-tía-madre, ella sacaba el bolígrafo para firmar una compra de cualquier propiedad que tuviera un césped medianamente cuidado.
No se podían poner de acuerdo en nada hasta que el vendedor de bienes raíces paró en una casa poco ancha pero de dos pisos.
Tenía un porche prolijo, con detalles de piedras en las paredes de este, y un jardín muy cuidado que le llamó la atención a Lucy; a mi tío, por otra parte, le llamó la atención el espaciado garaje que la casa poseía y a mí... bueno, a mí me llamó la atención que estábamos en el vecindario de Sally, enfrente de su casa para ser exactos.

Creí que íbamos a seguir viendo otras propiedades pero de la nada la amante de los patios con bonita fachada gritó:

—¡ES ÉSTA! Robbie. Es es-ta.–¿Por supuesto, lo que más quería “ROBBIE” era contentar a su novia y tener un garaje de mil metros entonces, “ROBBIE” discutió los precios y luego firmó con su bolígrafo un documento que me convertía oficialmente vecino de Sally que casualmente volvía de la escuela. La pude ver desde los espejitos del auto mientras oía los chillidos y aplausos de felicidad que hacía la señora que me alimentaba.

Automáticamente salí del auto, le quité el bolígrafo negro a mi tío, volví a entrar al coche, tomé un papel de la guantera y comencé a escribir.

🌼

Sally:

¡Hey otra vez! Si...¿Recuerdas eso de las razones para que estemos juntos? Bueno, encontré otra.
Tú y Tom solo se ven en la escuela y en otras escasas oportunidades ya que él vive en lo que sería el aérea de personas de la alta sociedad, es decir la dirección opuesta de tu casa y la mía.
Sé que no verlo debe ser difícil, me pasa con Noah. (Es mi amigo pero las situaciones se parecen ¿Ok?)

El hecho es que ¿Para que ser novia de Toma una persona que vive al otro lado de la ciudad cuando tienes a un chico el doble de guapo enfrente de tu casa?
Te estarás preguntando, “De quién mierda habla este Even?

Bueno, si no lo cachas (no espero que lo hagas en realidad) déjame darte una pista.
El nombre de la persona empieza con Ev y termina con En.

Ajá si. Mi tío acaba de comprar la casa que está en frente de la tuya. Ahora somos vecinos.
Puede ser raro lo sé, pero ¿Te pusiste a pensar en todas las posibilidades?
Te podría traer a casa sin problemas y no tendrías que usar la bicicleta de tu tía, saldríamos juntos muy seguido, vendrías a casa muy seguido...Simplemente nos veríamos casi 24/7. Parece un poco obsesivo aunque admite que últimamente te estoy cayendo bien. Tú me caes mucho mejor, ya te dije que te considero mi amiga.

Así que ahí tienes Salls, otra razón por la que deberíamos estar juntos:

Somos vecinos.

     –Even

🌼

Sally me reconoció a través de la  ventana de la camioneta y paró en seco, preguntándose de seguro qué hacía aparcado enfrente de su casa.
Se me acercó, bajé la ventanilla y le di la carta.
Cuando la terminó de leer casi se me miró sorprendida.

—Como si no tuviera suficiente de ti en la escuela.–Me dijo adoptando una pose parecida a la de una taza, apoyando una mano en su cadera cubierta por una falda celeste con rayas blanca combinada con una simple blusa de este último color.

—Como si no te gustara la idea de verme a cada minuto.–Respondí sonriente segundos antes de que Rob prendiera el auto para irnos, dejando a Sally con cara de indignada.

🌼❤🌼❤🌼❤

Perdón por no actualizar, estoy a mil y no encuentro tiempo para escribir así que para la poca gente que lee esto espero que les haya gustado este capitulo porque me costó mucho. xd

Digan que les pareció el capítulo y si votan me hacen feliz ahre.

Creo que eso es todo, buenas noches desde Argentina🌃


A sally Brooks...¿Ya no le gusta Even? [ASLGE#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora