Razón N °4

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El domingo, después de cenar con mi tío Rob y Lucy, intenté hablar con Aris por skype pero la luz del edificio se cortó completamente así que en consecuencia no tenía internet.
Decidí que lo mejor era irme a dormir ya que al día siguiente tenía clases pero después de estar cinco minutos acostado entendí que el sueño no iba a venir. Aunque ¿Qué más se puede hacer un domingo a las once y media p.m.?
Giré mi cabeza resignado a tener que ver el papel tapiz de mi habitación hasta el cansancio pero en vez de eso, mis ojos se concentraron en el libro de ciencias que Sally me prestó el martes pasado.
Ya lo había imprimido entonces...¿Por qué no devolvérselo?

Las ventajas que tenía Sally Brooks era que su familia solía dormirse tarde, por lo que no la mandaban a la cama a las nueve p.m.

Pensando en eso me levanté, me vestí, tomé la mochila, el celular, el libro de ciencias, una carta para Sally que tenía guardada desde el sábado y salí del departamento sin que Rob se enterara.

🌼

La casa de la rubia estaba rodeada por un gran patio con muchos árboles y una pequeña pared de ladrillos blancos.
Mientras me colaba por la pared blanca mentalmente rogaba para que Huesos, el perro de la familia Brooks no estuviera afuera de la casa en ese momento. A pesar de no medir más de cuarenta centímetros, tenía unos colmillos de buen tamaño.
Cuando al fin logré entrar a la casa corrí hasta la ventana de mi antigua amiga de la infancia que quedaba en el primer piso.
Me acerqué al vidrio y a través de la rosa cortina translúcida me encontré con una Sally vestida con un pijama corto de rayas verticales combinado con sus pantuflas de cerdito.
Estaba cepillando sus dientes y escuchaba uno de esos discos de las ruidosisimas orquestas.

Con los nudillos de mi mano derecha di pequeños toquecitos al vidrio y Sally se volteó a dónde estaba con los ojos casi saliéndose de su cara.

-¿Even? ¿¡Que hazez aquí!?- Gritó sorprendida con el cepillo de dientes aún en la boca - ¡Ez tarde!-Sin escucharla demasiado habrí la ventana para poder ingresar al cuarto pero definitivamente la abertura era muy pequeña, así que quedé atascado en el medio del tramo.

-¿No vas a ayudarme?- pregunté ofendido, haciendo que por fin la chica enfrente mío reaccione.
Comenzó a tirar de mis brazos.

-Even, eztaz loco.

-Por ti.- Dije sonriendo de manera altanera.

-Eza no te la creez ni tú. Ahora máz vale que muevaz tu trazero porque zino no saldráz de ahí. - Respondió molesta.

-Bueno, pero admite que fue original, merezco un premio...¡AUCH!- Sally me tiró del cabello muy fuerte.

-¡Ahí tienez tu azombrozo premio cabeza de...- La rubia chiflada no terminó de hablar ya que se vio interrumpida por ¡JOHN!... Tal vez se pregunten ¿Quién es ese? Bueno, "ese" es el papá de Sally.

-Muy bien...voy a fingir que Even no está colándose a la casa.

A Sally se le cayó el cepillo de la boca a la alfombra y sin quererlo, yo largué una risita de nerviosismo.
Tenía que salvar la situación.

-Hola señor, ¿Qué es lo que hacía?- Pregunté lo mas amistosamente que pude.

-Terminaba de ver una película, ¿Tú?- Respondió con los brazos cruzados y una sonrisa.

-Eh...ya sabe, daba un p-paseo nocturno...¿Le he dicho que su casa tiene unas ventanas hermosas?

Literalmente la rubia parecía una piedra.

-Gracias Even...creo que ya me iré a dormir.
Linda, cierra la boca que te van a entrar las moscas.

El hombre estaba ya un tanto lejos de la habitación cuando entre risas me dijo:

-Oh, y Even, sólo para que sepas, también tenemos unas muy bonitas puertas.

-Amm, ¡Lo tendré en cuenta!- grité y luego miré a Sally que estaba recién salida del shock.

-¡¿Que haces aquí?!

-El martes me prestaste tu libro de ciencias así que supuse que lo querrías de vuelta.

-¿Que diferencia hay entre que me lo entregues ahora que mañana como una persona normal?

-Que me hubiese muerto de aburrimiento en la madrugada.-Se me quedó mirando-No es por ser grosero pero estoy atascado.

Rodeó los ojos y comenzó a tirar de mi de nuevo. En resumen mi cara probó la alfombra y Sally se cayó sentada.

-¿Y bien?- insistió levantando la suciedad de pasta dental que quedó en el suelo.

En respuesta abrí mi mochila, saqué el libro y se lo di. Cuando lo sacó del agarre de mis manos bruscamente, un papel dentro del libro salió volando.

-¿No te parece un poco tarde para otra de tus notitas?

-Noup.

Sally (a punto de pegarme una patada para echarme de su casa), abrió la carta y empezó a leer:

🌼

Sally:

Hace unos años, Noah y yo asistíamos a una clase de arte.
La verdad, yo no quería ir pero él me convenció.
Al principio la idea no me gustó demasiado pero a medida que las clases avanzaban le iba encontrando lo bueno: mejoré mucho en dibujo, aprendí a usar distintos materiales que ni sabía que existían y después podía ir con Noah a comer en el centro.
De a poco logré hacer retratos de personas cada vez más y más realistas. Es entonces cómo se me ocurrió una razón un tanto insignificante del porque deberíamos estar juntos o porqué deberías salir conmigo:

Te dibujaría miles de retratos tuyos.

-Even

🌼

-Como este.- declaré cuando saqué una hoja de mi mochila y se la entregué a Sally.

Ella lo vio y sonrió.

-Es muy bonito. ¿De verdad que lo hiciste tú, Ev?

-¿Tan difícil de creer es?

La rubia se quedó admirando los colores brillantes del retrato para después pegarlo en el centro de su pizarra donde dejaba las fotos y recuerdos de sus vacaciones.

-No,-Contestó riendo- Eres muy bueno.

-Pues gracias, lo dibujé ayer.

-Tendrías que volver a las clases de dibujo otra vez, te iría muy bien. ¿Quién sabe? Tal vez el siguiente Picasso salga del Lane Adams...O Sheackspeare - Dijo sacudiendo la carta.

-No lo sé, lo voy a pensar.- Murmuré saliendo por la ventana para volver a mi casa.

-Muy bien, piénsalo.

-Lo haré, buenaz nochez, Sally.

-¡Eres un tarado, me cepillaba los dientes!-gritó medio ofendida, medio divertida.

Largué una carcajada mientras la miré.

-Buenas noches, Ev.-Terminó Sally con una sonrisa.

A sally Brooks...¿Ya no le gusta Even? [ASLGE#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora