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Después de sepultar a mi bebé regrese a mi apartamento sola, aunque muchos insistieron en acompañarme pero me negué, quería estar sola para lo siguiente.

Tomé el telefono y me acomodé en la sala. Había escrito el numero en este unas veinte veces, después lo borraba y repetía todo.

Pasé más de una hora intentado llamarlo.

Pasé de la sala a la cocina, de la cocina a mi habitación, de la habitación al baño y después regresé a mi habitación. No podía seguir siendo tan covarde.

-Vamos, Astrid.- me paré frente al espejo y arregle mi ropa, no iba a verlo pero sentía que debía estar presentable- Tú puedes hacerlo, es sólo una llamada.

Tomé el telfono en mis manos y camine a su habitación. Tenía su nombre con letras color rosa en la puerta. Me senté en el suelo recargandome en esta y lo llame.

-¿Diga?- preguntó con la voz ronca.

Me parelice al instante, tenía tal vez dos años de no escuchar su voz. Ni mucho menos sabía algo de su vida privada, sólo lo que las noticias y chismes decían.

-¿Quién habla?- volvió a preguntar con un gruñido-. Si esto es una broma, debes saber que...

-Shawn.- susurré con miedo de que no reconociera mi voz, antes de que dijera algo más.

-¿Astrid?- su voz sonaba asombrada, creo que no se esperaba esto en lo más mínimo- ¿como has estado?

-Bien- mal, estoy destrozada- ¿Tú cómo haz estado?

-Genial, todo va como lo esperaba.- comentó felíz sin ninguna pizca de arrogancia, que era lo que yo esperaba- ¿A que se debe tu llamada?

-Bueno yo... Eh- empezé a tartamudear, Shawn me conocía demasiado bien, y sabía que era por nervios, él siempre me pondrá nerviosa.

Le había comentado a mi madre lo que haría, ella me recomendó que tuviera tacto para darle las dos noticias.

Así que suspire y mordí mi labio.

-No muerdas tu labio, Astrid.- regañó él, odiaba que me conociera tanto.

-Después de que terminara contigo me di cuenta de que mi periodo se había atrasado.- él sabía lo descuidada que era en varias cosas.- Después de un mes y medio me di cuenta de...

Sentí un nudo en la garganta el cual me hizo tragar demasiado duro.

-Estas embarazada- interrumpió-. No espera, estabas. Eso fue hace casi... - rio, y vaya que conocía esa risa, estaba feliz, oh Shawn.- ¿Es niño o niña? Dios mio Astrid por que no me dijiste esto antes.

-No pensé que te interesara tener una familia.- susurré haciendome pequeña contra la puerta.

-Pero sé que ahora la tengo.- dijo con demasiada alegría, pensé que se molestaría.

-Pero... - intenté decirle lo demás, pero es que él no paró de hablar.

-Astrid, esta noticia es genial, te juro que no publicaré esto en ninguna red hasta estar contigo y que tú lo apruebes ¿Está bien?- jamás me había gustado eso de compartir todo en el internet y me gustaba que fuera comprensivo en ese aspecto-. Llegare mañana a medio día, te veo mañana, Astrid.

-¿Qué?- que había pasado- espera ¿Shawn?

Oh Dios mio, no se lo tomó tan mal. ¿Pero que acabo de hacer?

Volví a llamarlo de nuevo pero no contestó, entonces el miedo se apoderó de mi. Debí soltarle todo de una vez.

Ahora él vendrá hasta acá a ver a un bebé que ya no está.

No Tienes Idea  S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora