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Esa noche Shawn me llamó deseándome una linda noche. Era obvio que no preguntaría nada, ni un solo comentario.

-Fue muy bueno, nunca había asistido a un concierto de Rihanna.- así era Shawn, contando siempre las cosas con tanta alegría.

-Me hubiera gustado estar ahí.- respondí rodando los ojos, sinceramente.

-A mi también.- respondió igual de alegre.

Alguien lo llamó del otro lado. 

-Debo irme, iremos con los chicos a la casa de Charlie, beberemos un poco y luego iré a mi hotel.- comentó casi colgando.

-Shawn, tu no puedes beber alcohol, la rehabilitación se irá al carajo.- el asunto de Shawn bebiendo me preocupaba más que el asunto de Barbara.

-Se supone que tu no dices malas palabras.- su voz mostró mala preocupación.

-Y se supone que tu ya no bebes ni consumes sustancias dañinas.- mi voz mostraba enojo.

-Está bien, tienes razón.- suspiró.- No haré nada de eso.

-Más te vale, no hagas travesuras.

-Lo prometo. Descansa, cariño.

-Descansa, Shawn.


No Tienes Idea  S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora