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Shawn regresó a la ciudad una semana después, estaba totalmente cargado de energía, y muchas cosas que contar. Dijo que no podía esperar a decirme todo.

No lo invite a casa porque estaba hecha un desastre, había un poco de ropa en el sofá, trastes a un costado del lavadero. Aunque la poca ropa estaba doblada y los trastes estaban limpios, para mi, era un a catástrofe.
Así que lo vi en un café a unas cuantas cuadras del edificio.

-Pensé que no vendrías.- saludó con un beso en los labios.

-Pues aquí estoy.- en la mesa había un smoothie de fresa y un té verde. El té era para él.

Me senté en una pequeña silla frente a él. Sonriente como siempre, mostrándose despreocupado.

-¿Cómo te fue?- inicié con una pregunta sencilla. Tomé la pajilla entre mis dedos para beber un poco. Amaba el smoothie.

-Fue sensacional, empezó a llover en una presentación y por un momento pensé que la gente se iría.- sonrió enormemente- Ellos permanecieron ahí, bajo la lluvia, y de verdad me sentí muy, mmm, conmovido.

Sonreí por él, me alegraba que fuera feliz, que sus metas se estén cumpliendo es bueno, pero el mundo en el cual se desenvuelve es un poco arriesgado para una persona que acaba de salir de rehabilitación.

-Las vacaciones se acercan y estaba pensando en que me acompañaras a un par de festivales ¿te agrada la idea?- preguntó de la nada sosteniendo la taza entre las manos.

No Tienes Idea  S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora