24

184 15 1
                                    

Narra Kaito

Bajé las escaleras lo más rápido que pude y me dispuse a esperarla en los casilleros de la entrada principal de la institución.
Sentí como unos pasos venían bajando por las escaleras, era Miku sin duda alguna. ¿cómo lo Se?, fácil la risa de la rubia que solía acompañarla se escuchaba a un kilómetro de distancia más o menos.

Kaito- Miku, ¿podríamos hablar un momento?-. Pregunté acordándome a ella, Rin se quedó ceria, saludo a Miku y seguido de eso lo hizo conmigo.

Miku- Kaito, no tenemos nada de que hablar nosotros dos-. Trató de evadirme nuevamente, la tome de su brazo derecho y la puse contra unos de los casilleros.

Kaito- Miku quiero saber el porque me haces esto, yo te amo tanto como no imaginas, si es por lo de la fiesta déjame ser franco contigo, no recuerdo nada, después de estar bailando contigo no recuerdo Absolutamente nada más-. Le fui sincero con mis palabras, no sabía que más decir para convencerla, estaba desesperado, no quería perderla no así. -No te pediré que me creas, eso ya queda en tus manos-. Unas cálidas gotas recorrieron mis mejillas para finalmente morir en mi mentón y así caer en sus manos las cuales eran sujetadas por mí de manera suave. -Solo quiero tu perdón, me alejare de tu vida si te molesto pero Perdóname porfavor, Perdóname-. Incline mi cabeza, era evidente que mis lágrimas caían. No podía evitarlo, no podía evitar esas ganas de llorar que tenía, sentía miedo, sentía una impotencia, no sabía que hacer o como actuar, sentía que la había perdido.
Un tremendo silencio nos inundó después de mis palabras, hasta que decidió acabar con ese vacío incómodo que había en el lugar.

Miku- Te perdono-. Esas suaves palabras salieron de sus labios. -Te perdono porque no tengo la valentía para odiarte, no lo siente mi corazón-. Sacó sus manos de las mías y las posicionó en mis mejillas. -Deja de llorar Romeo, Cenicienta aún te ama-. Limpió mis mejillas con su pulgar mientras me dedicó una suave pero cálida sonrisa.
Mi corazón se aceleró, levanté la mirada y así me quedé, contemplando esa sonrisa angelical que sólo ella tenía, una inmensa alegría inundó mi interior, tanto que no pude resistirme más a esa alegría y la abracé.
No dije ni una sola palabra sólo la abracé con todas mis fuerzas, logré despeinarla un poco, pero la abracé lo más fuerte que mis brazos me lo permitieron, me sentía feliz, demasiado feliz.

Narra mikuo....

Mikuo- Muy bien Len, ¿Ya entendiste aunque sea un poco de lo que te expliqué?-. Comenzaba a perder un poco la paciencia, está chico me tenía como un tonto explicándole hace mas de media hora lo mismo una y otra vez.

El Rubio hizo un gesto no muy convencional mientras respondía de manera dudosa. - Si...   algo así-. Después de su breve respuesta me puse de pie y cerré su manual entregándoselo. -Bueno, fue un placer, ahora si me disculpas, tengo que ir a casa con Miku, nuestros padres nos esperan-. Algo no andaba bien, por lo general Len no era de hablarme, y por lo que tenía entendido era bastante bueno en matemáticas.
Vaya esto era una trampa y como idiota caí, al reaccionar salí corriendo lo más rápido que pude, baje las escaleras lo más rápido que pude sin importarme nada más no quería que Miku estuviera con el, no con el la perdería otra vez, pero ya era tarde.

Cuando terminé de bajar las escaleras me Di con una escena totalmente ridícula, Miku y Kaito estaban abrazados, y yo el tercero en la escena en la cual no encajaba.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una Vida A Tu Lado - Kaimi (Mikuxkaito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora