28

150 11 0
                                    

Narra mikuo

Si, miku había sido mi primer amor y quizás la mujer de mi vida, eso es lo que yo creía. De hecho tuve otras novias pero nunca había sentido tanto amor como el que llegue a sentir por ella.
Esa tarde llamé a meiko por teléfono, le pedí que nos reuniremos en el parque más cercano, mi nuevo plan debía discutirlo con ella, después de todo, ese era nuestro trato.

-¿Hola?..-.

            -Hola meiko, soy mikuo-.

-ah, Hola mikuo, ¿necesitas algo?-.

             - Si, de echo quiero saber si podríamos vernos esta tarde,¿Te parece?, necesito hablarte de algo importante-.

-Humnn...  Bueno, te veo ahí-.

Al llegar la hora indicada, me encontré con meiko en el parque donde habíamos acordado.
La chica de cabellos cortos luego de saludarme amistosamente se sentó a mi lado. -¿De qué querías hablar mikuo?-. Preguntó observandome atentamente.

-Quiero acabar con nuestro plan-. Solté un suspiro tirando mi cabeza hacia atrás, apoyandola sobre el borde del asiento público y prestando atención al cielo azul.

-¿acabar? ¿Y eso por que?-.

-Simplemente ya no quiero seguir con eso,  no me hace bien y a ti tampoco, podré amarla mucho, pero ella no a mi, lo siento meiko-. Cuando termine mis palabras me puse de pie mirando hacía abajo. Ella repitió mi acción, pero muy molesta debo admitir.

- Si quieres abandonarme en esto, Bien, Pero no me rendire-. Se dio la vuelta y se fue sin decirme absolutamente nada más que eso. Al verla tan molesta supuse que estaría ideando un conflicto o algo así, veía salir humos por sus orejas, bueno quizás esté exagerando un poco.
Los días pasaban y la boda se estaba acercando cada vez más y más.

Estuve pensando en declararme a miku, pero...  ¿De qué serviría?, ella amaba a otro chico y con mi simple declaración no lograría nada, quizás sea duro conmigo mismo, Pero es la verdad, No lograría absolutamente nada. Estuve caminando sin rumbo por un largo rato, hasta que me decidí entre ser sincero o seguirme atormentado a mi mismo cada noche tarde y mañana.
No esperé más, comencé a caminar directo a mi casa, a pasos lentos mientras mis remordimientos comían mi cabeza con preguntas sin respuestas.

La cobardía se quería apoderar de mi sin importar que, ¿sería mejor renunciar?, no lo creo, al pasar por frente de la casa de la chica que rondaba mi cabeza decidí detenerme, subí los escalones de la entrada muy pesadamente.
Una vez estuve frente a la gran puerta blanca con detalles dorados en el timbre, pomo y demás cosas, accedi a llamar a ese timbre que parecía lujoso además de recién lustrado.

-Señor mikuo, ¿en qué podría ayudarlo?-. Preguntó una de sus mucamas.

- ¿Se encuentra miku?, me gustaría hablar con ella-.

- Si, adelante porfavor, en un momento la llamo-.

Una Vida A Tu Lado - Kaimi (Mikuxkaito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora