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Narra Kaito

Desde ese día que Miku no me a hablado, pasaron exactamente diez días y no sabía nada de ella cada vez que las clases se terminaban.
Intente miles de veces hablarle, Pero me ignoraba, me rechazaba e se iba a otro sitio sin razón alguna. No entendía nada, no recordaba absolutamente nada de haber echo algo indebido con Meiko, me sentía culpable.

Len- Hey, príncipe azul, ¿que te pasa?-. Preguntó el rubio apareciendo detrás de mi.

Kaito- No es nada-. Respondí algo desganado.

Len- ¿Ya arreglaste las cosas con Miku?-. Me preguntó metiendo sus manos en los bolsillos, y mirando a la puerta príncipal del colegio al cual asistimos.

Kaito- No, intente hablarle pero me ignora, y lo peor de todo, es que ese mikuo anda cerca de ella y me impide hablarle-. Me sobe un poco la nuca mientras miraba a donde se encontraba ella junto a la rubia y el joven chico de cabellos azules marinos. -Qujzas deje de intentarlo, pero, realmente quiero que me escuche-.

Len- Ya veo, yo diría que insistas en hablarle-. Murmuró con su mirada y antes de que un silencio nos inundara dejando oir las conversaciones de los demás adolecentes a nuestro alrededor, mientras ese silencio nos inundaba, el rubio se decidió romper el silencio. -¿esa no es... Meiko?-. En cuanto oí lo que dijo dirigí mi mirada a la puerta príncipal,abrí mis ojos cual platos al ver entrar una mujer joven de cabellos cortos, sin duda alguna era Meiko, pero ¿Que hacía ella aquí?, ella solía ir a otra institución, y ahora como si nada venía a la misma institución que yo.

Kaito- Mejor, ignorala-. Dije en tono sarcástico mirando a otro lado. Sin dudas estaba molesto, sentía que en parte era su culpa, Pero, no podía culpar a alguien si no recuerdo lo que pasó. Sólo queria que todo se arregle de una vez, y que todo estuviera bien con Miku, estaba perdido y no sabía que hacer.

Len- ¿Y por que no le hablas a Miku?-. Volvió a preguntar.

Kaito- ¿Qué parte no entendiste que no quiere escucharme?-. Pregunté tomando asiento en el patio.

Len- Pues obligala a que te escuche-. Aconsejo devolviendome la mirada. -Si No quiere escucharte obligala a que te escuche, detenla y has que te escuche, ¿acaso quieres perderla y que se vaya de tu vida así nada más?-.

Kaito- Claro que no, ¿qué es lo que me estás diciendo?, por supuesto que no quiero perderla-. Mencioné un poco exaltado. -solo que, quiero hablarle, Pero quizás ella no lo quiera así-.

Len- Kaito, eres mi mejor amigo, se cuando algo te ocurre, debes de ir enfrentar a Miku y obligarla a que te escuche, tomala de un brazo, sujetala lo más fuerte que puedas, no dejes de insistir, No dejes que se vaya así de tu vida-. Me sacudió de los hombros, quizás en ese momento fue cuando me logró hacer entrar en razón, pensé que después de tantas cosas, no perdería a Miku, y mucho menos en un momento así, las cosas quizás acabarían en un futuro, pero ese día no seria hoy.

Después de hablar con Len en el recreo sobre todo lo ocurrido, me ayudó a diseñar un plan que encajaba perfecto a la situación, debería esperar que las clases se terminaran, ya que mikuo no solía apartarse de ella ni en un segundo siquiera, el rubio se encargaría de mantenerlo distraído, las horas pasaban y yo no aguantaba los minutos para hablarle a Miku, estaba ansioso, la hora no llegaba y yo me impacientaba aún más.
Estaba tan ansioso por volverle a hablar, tan ansioso por volverla a besar, y porque su bello rostro mostrará una sonrisa sólo para mí.
Ya faltaba menos, casi era la hora, sólo un poco más, el rubio miró al reloj y me guiño el ojo izquierdo.

*el timbre suena afirmando el fin de clases...*

Profesor- Hasta mañana alumnos espero tener sus informes mañana temprano, ahora si, pueden retirarse-. Una vez se terminó el saludo, y el profesor salió de el aula, espere a que nuestra obra maestra se pusiera en marcha.

Mikuo se encontraba parado en la puerta de entrada a nuestro espacio de estudios. El rubio con una sonrisa de oreja a oreja se presentó ante el y dijo bastante alegre. -Hey mikuo, oí por ahí que eres muy bueno en matemáticas, ¿te molestaría enseñarme un poco de lo que Sabes?-. El chico de cabellos azules marinos se quedó algo extrañado pero le dedicó una agradable sonrisa. -Claro pero, ¿que es lo que no entiendes Len?-. El pequeño duende rubio no tardo en sacar el manual de matemáticas y en menos de un segundo puso el mismo en la primera hoja. -No entiendo absolutamente nada-.

Esa era mi señal, apresure mi paso antes de que Miku saliera y la esperé junto a los casilleros, si todo marchaba bien, podría hablar con ella en absoluta tranquilidad. Al menos eso es lo que yo esperaba.

Una Vida A Tu Lado - Kaimi (Mikuxkaito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora