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Narra miku

No estaba segura si kaito decía la verdad, o si debía estar con mikuo, estaba confundida. Mis sentimiento por el peli-azul eran claros pero...   ¿y que hay de mikuo?, ¿que tal si puedo quererlo?.
Si bien perdone a kaito pero... 

Mikuo- ¿acaso ya volviste con el?-. Una voz oí proveniente de atrás mío.
Me separé de kaito lentamente, el mismo levantó su mirada con sus mejillas rojas al igual que su nariz.

Miku- Mikuo yo...-. Intente acercarme a el a pasó lento pero me interrumpió.

Mikuo- No Miku, no des explicaciones, con permiso-. Me rodeó y salió del lugar, no sabía que hacer kaito se quedó observando la escena, si me iba ahora, podría ser como un rechazo para el.
Pero...  tampoco quería que el chico que yo tomaba como mejor amigo se fuese así de mi lado.

Miku -Perdon kaito, debo marcharme, si no te molesta claro-.

Kaito- No, no me molesta Miku, puedes ir tranquila, nos vemos luego si gustas-. Limpió sus ojos con sus pulgares, se dio la vuelta metió sus manos en los bolsillos de su pantalón escolar y se marchó lentamente.

Caminé rumbo a casa, de manera algo rápida, quería arreglar las cosas con mikuo, decirle e aclararle de una vez que es lo que me pasaba y porque.
No logré cruzarlo en ningún momento, el había llegado mucho antes a su casa, eso se notaba desde el momento en el que crucé el parque y no lo vi. Pensé que sería mejor primero aclarar mis sentimientos conmigo misma para despues aclararle las cosas, así que decidí cambiar de rumbo e ir a mi casa directamente.

Al entrar, no había nadie, Mi madre por todo su revuelo del matrimonio no estaba últimamente.
Nisiquiera estaba aomi, mi madre llevaba a esa dulce señora con ella, ya que, al servirnos tantos años se encargaría de dirigir la cocina.

Narra mikuo

Sentía rabia, demasiada debo aclarar, salí caminando pacíficamente de esa escena, pero mi rabia me hizo correr todo el camino de regreso a casa, no podía pensar en nada, absolutamente nada.
Quería separarlos, pero el hacerlo me estaba dañando, el no conocía absolutamente nada de ella, No como yo lo sabía.

Yo podía hacerla feliz, el No, no podría, no como yo lo haría. -¡Maldita sea!-.

Golpee con todas mis fuerzas la pared de mi cuarto, al hacerlo tome aire y me deje caer sentado en el suelo. -¿Por qué me cuesta tanto tenerte miku?-. Me pregunté dejándome caer en el suelo de espaldas.
Cada vez faltaba menos para la boda, pero eso significaría ver a miku todos los días, sería como mi hermana. Pero, No podría dejarla ir, y fue entonces cuando se me ocurrió un magnífico plan, y esperaba que está vez se cumpliera.

Una Vida A Tu Lado - Kaimi (Mikuxkaito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora