Una Vida A Tu Lado - Kaimi (Mikuxkaito)

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Narra mikuo

Esa madrugada, estaba en el salón festejando junto a mi familiares, cuando de repente recibí un mensaje era de meiko, ella no solía enviarme mensajes a menos que quisiera que me uniera a unos de sus planes para separar a miku y a kaito.

Pero como ya lo había dicho y se lo dije también, no iba a volver a interponerme, no lo quería, y no lo soportaría.
Una vez llegué a la puerta de su casa, toqué el timbre y esperé a ser atendido, todo se veía normal, hasta que la gran puerta se abrió.

-Al fin llegaste-. Dijo la chica de cabellos cortos al terminar de abrir la puerta.

-¿Qué necesitabas decirme? Dijiste que era muy importante y que estuviera aquí lo más rápido que pudiese, así que habla-. Dije antes de ser interrumpido por un dulce beso por parte de meiko.

Ella sin antes darme una explicación lógica hizo que entrara en la residencia. -No preguntes nada aún y vamos a mi cuarto ahí te explicaré todo-. Me empujó escaleras arriba arrastrándome hasta su habitación y cerrando la puerta detrás de mí.

-¿Qué es lo que te pasa?-. Pregunté un poco molesto por tanto misterio.

-Estoy embarazada-.

Y con esas simples palabras se me heló la sangre en las venas, abrí mis ojos como dos grandes platos, ¿Que es lo que acabo de escuchar?, ¿es una broma?. Miré al suelo un poco confundido con mis labios entre abiertos, sin pronunciar ni una sola palabra, estaba totalmente shockeado. Hasta que por fin logré pronunciar algo, tres simples letras entre dos signos de pregunta.

-¿Qué?-.

Después de esas palabras ella tomó mi mentón con suavidad haciendo que mi mirada se elevara. Atrapó la atención de mis ojos, con una cálida sonrisa fue suficiente para atraer mi atención.

-Estoy embarazada mikuo, si te preguntas de quien, pues creo que sólo con tu mirada lograste descifrar quién es el padre, y si así es, tu lo eres-. Me lo dijo con una sonrisa.

Debo admitir que una felicidad comenzaba hacerse presente en mi corazón, pero a su vez algo de miedo nacía junto a esa misma. -Felicidades-. Logré pronunciar con una sonrisa y rodearla con mis brazos. -vamos a ser padres-.

"Voy a tener un hijo" fue lo primero que se me vino a la mente, y esa pequeña frase esa frase que quizás para muchos no significará nada o para otros puede significar mucho, la simple palabra de "seré papá" me llenaba el alma de felicidad.

-Mikuo...   hay algo que debo decirte-. Y tan solo aquél tono que utilizó fue lo suficiente como para hacerme poner serio nuevamente.

-¿Qué es lo que debes decirme?-. Lentamente comencé a soltarla hasta hacer que esta quede frente a frente conmigo.

-Mira trataré de explicártelo de una mejor forma posible...   el bebé que está creciendo en mi interior, es tu hijo sí, puesto que solo contigo e tenido relaciones sexuales pero...  ya e planeado su vida y la mía, y lamento decir que tu no entras en esos planes-. Dijo mirándome de forma seria.

-No estoy entendiendo bien... -. Lentamente sentí como mi alegría iba cayendo al piso y mi sonrisa iba desvaneciendose.

-No quiero que te lo tomes a mal, eres una persona increíblemente adorable y te portaste sumamente bien conmigo, te mereces lo mejor, pero...
Le dije a kaito que estaba embarazada...   de el. Sí así es aún sigo enamorada de el y que esté al lado de miku me hace poner más competitiva, que no podré ni tampoco puedo soportar que ella esté con el. Así que me casare con el y criaremos al bebé como si fuera nuestro todo está arreglado-. Y con esas simples palabras mi mundo se vino abajo. Una furia incontrolable comenzó a inundar todo mi ser y la felicidad se borró de mis ojos.

-¿¡Que carajos me estás diciendo!?, ¡Es mi hijo yo debo hacerme cargo!, sigues siendo una maldita malcriada caprichosa, pensé que habías madurado y que habías superado a kaito, ¡Entiende de una jodida vez que el no te ama y así lo lleves atado al puto altar de alguna puta Iglesia de este miserable pueblo el no te Amará y jamás lo hará!, eres una desgraciada, una infeliz... -. Cerré mi boca, respirando totalmente furioso me levanté de mi asiento caminé a la puerta tome el picaporte de la misma abriendola con brutalidad y antes de salir dije las últimas palabras dirigidas a ella. -Que sea... la última vez que me diriges la palabra, no pienses volverme hablar hasta que madurez y entiendas que kaito no te ama....   no como lo hago yo-. Al decir lo último con un aire de dolor, cerré la puerta detrás de mí y me decidí salirme de esa casa sin esperar un minuto más.

Hola...   lamento haber tardado en actualizar, la verdad son unos días muy oscuros, creo que mi vida cambiará muy drásticamente y quisiera terminar esta novela antes de algo que tengo planeado hacer.
En fin muchas gracias por leer los quiero nos leemos en el próximo capítulo