Narra Skandar:
Aun no entendía que era lo que sentía cada vez que la tenia frente a mí, mi mente perdía fuerza alguna y actuaba de forma impulsiva, no sé que me había sucedido hace unos momentos, jamás la hubiese querido besar así pero el solo recordar el sabor de sus labios me llevo a probarlos de nuevo, su mirada tan trasparente me demostraba que su forma de reaccionar hacia Janneke era solo la erupción de todos los sentimientos que llevaba guardados dentro de ella.
-Es una salvaje- Lo último que necesitaba era escuchar a Janneke- Aun no comprendo ¿Por qué te casaste con ella?
-Janneke por favor es mi esposa- Entone desganadamente- Además tu también tienes culpa de su reacción la provocaste.
-¿Qué dices?, Skandar ella es una loca.
-¡Basta!- Estalle- Déjame solo ¿quieres?
-Pero Skand- La interrumpí tomándola del brazo para encaminarla a la puerta- Skandar no me hagas esto- Pronunciaba Janneke mientras la llevaba casi en rastras a la salida.
-Janneke después nos vemos por favor- Me detuve antes de llegar a la puerta.
-Está bien, pero por favor, no te olvides que siempre estoy disponible para ti- Janneke dio un suave beso en mi mejilla para después partir de casa.
Necesitaba verla, hablar con ella, subí pesadamente la escalera pero al estar frente a la puerta de mi habitación no me atreví a entrar ¿Qué podía decirle?, yo era el culpable de todo, de su dolor, del mío, era la primera vez que sentía tanto remordimiento de conciencia, quería hablar con ella, convencerla de que todo eso me dolía tanto como a ella, que me partía el alma verla así pero era tan cobarde, permanecí recargado en la puerta de mi habitación por varios minutos, en la casa no escuchaba ruido alguno, mi padre en la empresa, mi madre en el jardín y Soumaya podía estar en cualquier sitio. No entendía lo que pasaba dentro de mí al estar al lado de ella, jamás había sentido algo así pero eso no podía seguir creciendo ya que cuando pasara el tiempo estipulado ella seria libre al igual que yo y volveríamos a nuestros mundos, tan diferentes y opuestos.
-Permanecerás ahí para siempre- Su voz me sacaba de mi vagancia mental.
-No solo quería ver si necesitabas algo- Mentí de nueva cuenta.
-De ti no necesito, ni quiero nada.
-_______ (tn)- Detuve la puerta antes de que la cerrara por completo- Necesito hablar contigo.
-Ahora no- Intento cerrar la puerta pero se detuvo- Mas bien nunca.
-Por favor- Suplique
-¿De qué?- Abrió la puerta un poco mas- Tu y yo no tenemos nada de qué hablar, dime ¿una salvaje entiende palabras?
-Discúlpame, no quise decirte eso- Por más que intentara su expresión de tristeza permanecía en sus ojos negros.
-Claro, es igual a que no me quisiste decir lunática, obligarme a casarme contigo a vivir en este infierno- Las lagrimas empezaron a brotar una tras otra- Eres el peor ser humano que he conocido Skandar, te odio- Cerro la puerta frente a mi así como también la cruel realidad de que era un desalmado.
Hui de ese lugar hacia el jardín de mi madre, sentía algo dentro de mí, algo que debía dejar escapar, me derrumbe en el, llorando como un niño, desde que conocí a _____ (tn) aparecían una tras otra de emociones nuevas, toda mi vida me había destinado a disfrutar sin pensar en las consecuencias pero hoy esa chica me hacía sentir un sinfín de sentimientos todos ellos intensos y poco entendibles, era absurdo que en menos de dos meses podría empezar a sentir algo por ella, ella que es tan distinta a lo que siempre he buscado, a lo que deseaba en una mujer pero su mirada era tan clara, tan pura, eran los ojos más bellos que hubiese podido ver, trataba de apartar esas ideas de mi cabeza, no podía enamorarme de una chica como ella, eso no podía pasar.
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Herencia De Amor ©
Novela JuvenilSkandar Keynes joven impuesto a vivir en una mundo lleno de comodidad y placeres, se ve obligado a buscar en un mundo desconocido para él a una joven inocente e ingenua para convertirla en su futura esposa, esto con el fin de obtener la herencia d...