Holi!!! como lo prometí aquí esta capítulo 30..... es algo Hot así que me abstengo de malas influencias xD
Espero y les guste hermosas!!! besos y abrazos :*
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Y ahí estaba frente a los dos, con las manos en la cara ahogada patéticamente en llanto. Quería tomar a Skandar de la mano y llevármelo de ahí pero a pesar de mi coraje siempre me domino la nobleza. Skandar estaba serio e impasible. Con las yemas de mis dedos acaricie suave sus nudillos al instante me miro y sonrió tenuemente.
— Skandar, eres muy malo conmigo, cariño.
¿Estaba pintada? Esa rubia le hablaba a mi esposo con mucho cariño. Golfa.
— En primer lugar no soy malo, soy respetuoso con mi esposa —. Skandar hablaba más firme que una pared —. En segundo no soy tu cariño Janneke, entiéndelo.
La rubia levanto la cara, sus ojos y la punta de la nariz enrojecida. Ridículamente estúpida. Pensé interiormente. Sus ojos azules me miraban de pies a cabeza como a un mal experimento expuesto como ejemplo de lo que no se debe hacer. Levante la barbilla y la mire tan firme que desvió la mirada a mi esposo.
— ¿Esposa? ¿Esto?
Me apunto con uno de sus delgados y blancos dedos.
— Esto, como tú lo dices, es su esposa. Aunque no lo creas.
Le respondí sin titubear, Skandar me tomo de la cintura. Me conocía bien, sabía que era de mecha corta y que con cualquier chispazo me encendía. La rubia lo recordaba bien o más bien su rubia cabellera.
— ¿Sabes algo?
Me dijo acercándose a mí ladeando la cabeza con ojos de serpiente, llenos de veneno.
— La primera vez que te vi supe que Skandar no te amaba y ¿Adivina porque? —me pregunto.
Rodee los ojos y bufe.
— ¿Me ves cara de Nostradamus? —. Le pregunte con una mueca irónica —. No tengo el poder de leer mentes y si pudiera me abstendría de leer la tuya, créeme, ver tus cochinos pensamientos no me interesa.
— La verdad no creo que tengas tan buena mente —. Me dijo burlona —. Pero está bien, te diré como lo supe —. Observo a Skandar —. El me lo dijo, me dijo que no te amaba.
Levante mi ceja y contuve las ganas de explotar en risas, era verdad Skandar no me amaba en ese tiempo yo tampoco lo amaba pero hoy era distinto.
— Janneke eres patética —. Respondió Skandar con el ceño fruncido —. En ese tiempo ella también lo sabia pero hoy la amo más que a mí mismo. L-A A-M-O.
Deletreo la palabra para que la rubia terminara de entender.
Janneke apretó los labios y dio un golpe al suelo con el pie. Estaba frustrada mientras que yo moría de amor por Skandar al verlo decir eso.
— Me las pagaras salvaje, me las pagaras, te arrepentirás de haber conocido a Skandar y haberte interpuesto en nuestro camino.
Bien, la rubia me había amenazado pero no me daba miedo al menos hasta ese momento no significaba nada en mi vida.
— Ahórrate tus amenazas Janneke, ___ (tn) no está y no estará sola me tiene a mí y a su familia cosa que tu nunca tendrás.
¿Qué era lo que Janneke no tenía? ¿A Skandar o familia?
— Skandar si no eres mío no serás de nadie más, recuérdalo.
La rubia había sido poseída por el mismo demonio, en ese momento si me daba miedo.
— Deja las amenazas y comprende, eres guapa y joven puedes encontrar a alguien Janneke.
Skandar estaba hablando mas cálido tratando de tranquilizar a la enfurecida chica, ella solo soltó una media sonrisa y partió a su auto del otro lado de la avenida.
— Esta loca.
Le dije en cuanto la rubia desapareció.
— Muy loca —. Agrego serio —. ¿Quieres aun ir a comer?
Sonrió de nueva cuenta enredándome entre sus brazos.
— Sí, quiero comer.
— Yo también.
Por el tono de su voz y su mirada intensa descifraba que hablada de otra cosa y la única verdad es que yo también quería su mismo deseo.
— Entonces vayamos a comer.
Le dije pasando los dedos por su castaño cabello mordiéndome el labio inferior tratando de darle a entender que quería sus mismos fines.
— Señora Keynes, ¿segura que tiene hambre?
Me pregunto con una media sonrisa que me recorría por todo el cuerpo.
— Segura.
— Sus deseos son ordenes esposa mía.
Me tomo de la mano y caminamos por la avenida, con el corazón a mil, envuelta en el deseo y la pasión.
Media hora más tarde estábamos en nuestro departamento. Skandar frente a mí con ojos intensos y ardientes mientras por todo mi cuerpo corría el deseo caliente de entregarme a él de nuevo. Skandar me sonreía de medio lado pasándose la mano por el mentón, mirándome a detalle.
— ¿Qué quieres ____ (tn)?
Me pregunto aun a una distancia considerable de mi, parpadee rápidamente al verlo, tenía la camisa con los primeros botones abiertos dejando ver el vello de su pecho, el cabello despeinado y sus jeans ajustados.
— Dime —. Insistía.
— A ti.
Sonrió triunfante acercándose a mí, envolviéndome en sus brazos recorriendo con la punta de la nariz mi cuello ascendiendo, mordiéndome suavemente el lóbulo de mi oreja lo cual me hizo gemir de placer.
— No... sabes... cuanto... te... deseo.
Me decía entre besos suavísimos en mi cuello, erizándome la piel y sentir el dolor exquisito del placer en mi más profundo interior. Camino hasta quedar a mi espalda, donde con sus manos se deshizo de mi blusa dejándome solo en sostén. Besaba tan despacio mi nuca y acariciaba mi vientre. Lo deseaba tanto. Con sus manos se deshizo de mi sostén acariciando lentamente mis pechos haciendo que levantara la cara.
Cuando menos me di cuenta estaba frente a mí besándome el vientre deshaciéndose de mi pantalón al mismo tiempo que de mis bragas, no había más pensamiento en mi cabeza que la existencia de él y yo haciendo el amor. Recorría cada parte mía con tanta delicadeza y pasión, besaba cada rincón de mi cuerpo sin pudor ni restricción. Cuando menos lo esperaba estaba encima mío, preparado para embestirme y yo lo buscaba desesperada con mis caderas hambrienta de su cuerpo fundiéndose con el mío. Entraba despacio en mi, lentamente, atrás y adelante, me hacia gemir y sollozar de placer. Su ritmo cambio a uno más violento provocando que clavara las uñas en su espalda. El gemía al unisonó conmigo, estábamos envueltos en la entrega total de nuestras almas y cuerpos, siendo solo un ser. El clímax se aproximaba sin piedad, era un momento único, fuerte y sostenido y sé que para el también lo fue así.
— Te amo.
Susurro sobre mi frente antes de darme un beso. Abrazándome y girando hasta que quede sobre su pecho completamente feliz y enamorada. Cerrando los ojos y escapando de ese mundo a los brazos de Morfeo y por primera vez pude saber que mi realidad superaba mis sueños.
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Herencia De Amor ©
Novela JuvenilSkandar Keynes joven impuesto a vivir en una mundo lleno de comodidad y placeres, se ve obligado a buscar en un mundo desconocido para él a una joven inocente e ingenua para convertirla en su futura esposa, esto con el fin de obtener la herencia d...