Se quedó extrañada, observando el atrapasueños, lucía intacto. Tal vez era una coincidencia, o alguna especie de autoprotección del virus, muchas teorías surgían de su cabeza. Mejor esperaría hasta unos días antes de ir a consultar a Cryllis.
Mientras, él todavía descansaba en su habitación, revisando las notas que había puesto junto a Jamón y la señora amable, respecto al desempeño en la prueba, para luego poner en su lista de mejores en la guardia. Recorría los nombres, uno a uno, intentando recordar cada detalle de cada miembro. Cuando leyó el nombre Gardienne, toda su concentración se vino abajo. Ellos bajo el escritorio, ellos bajo la luna a punto de besarse, ellos hace un rato. Todavía podía sentir la suavidad en sus labios, quiso degustar todo lo que pudo en esos segundos. El picor de sus colmillos volvió al recordar cuando la mordió levemente, no había llegado a travesar su piel, pero con solo pensar que estuvo apunto de romper esa barrera con la punta de sus colmillos, se le erizaba todo. Le dio hambre.
Fue hasta la cantina, primero unos aperitivos, mientras ir viendo quién le daba la ración para esta noche. Allí se encontró a un gran grupo sombra, sentados juntos conversando mientras almorzaban, pero había algo inusual. Sabía que Karenn era bastante querida, pero ¿Gardienne? Se encontraba risueña conversando. Hace mucho que notaba la distancia que había hacia ella en el grupo y le preocupaba (No era porque la observara mucho, solo porque cuidaba de sus miembros y sus relaciones, solo eso y nada más que eso. Sin duda. Que quede claro), pero si estaba integrada ahora, mejor. Bueno no tanto, ya no sería la única persona con la ella compartiría tiempo, ya mucho tenía que pelear con su hermana.
Decidió ir hacia la barra pasando desapercibido, disfrutaba de compartir tiempo con su guardia, pero a veces resultaba incómodo, el cargo de líder siempre ponía una ligera barrera, (esta cada vez más fina). Lograba ser informal con ellos y mantener el respeto durante la actividad cotidiana, cosa que no veía en las otras dos guardias (sin contar la de luz). El truco siempre estuvo en ser amable y respetarlos como tu igual, como resultado recibes lo que das. Por otro lado prefería pasar tiempo con Valkyon y Ezarel, aunque estos se encontraban ocupados, más que nada Ezarel. Hace mucho le veía estresado en biblioteca rodeado de libros.
- Entonces... ¿Tú que tienes con Nevra?- enganchó la pregunta en el aire, sus oídos se mantuvieron atentos.
- ¿E-eh? ¿A qué te refieres?- respondió Gardienne, sorbió nerviosa de su bebida.
- ¿A ti te gusta no?- reiteró el chico que cuéstionba.
- No me gustan mujeriegos- dijo fingiendo la más crudeza posible. Pero eso él no lo sabía.
Intento no levantar el sombrero para que le quepa, pero le fue inevitable. Él no era un mujeriego, solo gozaba de la presencia de chicas lindas. Además los mujeriegos aprovechaban los buenos sentimientos de las chicas para sus propios beneficios... Bueno, tal vez un poco, pero él era más amable al menos... Oh... ¿Y si a ella realmente no le gustaban los mujeriegos?
Se fue desapercibido, llegó a la enfermería donde se encontraba Eweleïn leyendo un libro. Se paró en el umbral, ¿Realmente iba a hacerlo? Llegó hasta ahí por inercia, pero... Las imágenes de Gardienne enfadada se le arremetían en la cabeza.
- Hazme suplementos, por favor- dijo rápido, todavía decidiendo si lo iba a hacer o no.
- ¿Qué?-.
- Ya me escuchaste- dijo cabizbajo. Ella se limpió los oídos.
- ¿Qué?-.
- Escuchaste bien-.
- ¿Tienes fiebre Nevra? Ven acuéstate aquí, capaz comiste un hongo malo y estás delirando- se le acercó mientras lo empujaba a la camilla.
- Es para la próxima misión- excusó.
- Tú nunca pides suplementos para llevar...-.
- Pero en esta misión no voy a poder darme gustos-.
- Miiko todavía no dio la orden para que...-.
- Es para acostumbrarme al sabor-.
- Bueno, supongamos que te creo... tomará tiempo. A ver, empecemos con el test...-.
Se habrán quedado ahí como dos horas.
Pasaron los días, seguía teniendo bellos sueños, siempre llegaba a su habitación gustosa de arrojarse a la cama y gozar de dormir. Por otro lado, seguía manteniendo buena relación con sus compañeros. Razón por la que ya no charlaba a ratos con Eweleïn, la extrañaba un poco.
Fue hasta la enfermería para encontrarse con ella trabajando en el escritorio, con un montón de especias y frascos con extrañas cosas dentro.
- ¿Qué haces?- preguntó curiosa. Eweleïn se dio vuelta para mirarla como la niña del exorcista, un aura lúgubre la rodeaba, sus ojeras también hablaron bastante, un escalofrío recorrió su espalda -¿Quieres que te traiga algo?-.
- Si por favor, café, cargado- pidió con amargura.
Gardienne salió corriendo hacia la cantina, donde se encontró a Ezarel comiendo, mirando sus apuntes. A Nevra recostado sobre una mesa, intentando ser animado por su hermana e Ykhar. Preocupada se acercó:
- ¿Estás bien?- Nevra de un salto se recompuso.
- Ahora que te veo, sí <3- las tres chicas presentes rieron, él se sobó la nuca un poco nervioso.
- Bueno, mejor así. Nos vemos- "¿Ehh? ¿Tan rápido? no alcancé ni a depurar la esencia de su olor" pensó. La observó triste mientras se alejaba. Karenn lo codeó sugerente.
Ya con el café volvió a la enfermería, esperó a que Eweleïn terminara de hacer la mezcla que se suponía que estaba haciendo, para poder acercarse.
- Gracias- dijo antes de sorber de la taza, relajó los hombros.
- Entonces, ¿Qué haces? ¿Para qué es eso?- reiteró Gardienne la pregunta que había hecho hace un rato.
- Suplementos para Nevra- se frotó las sienes para relajar el estrés.
- ¿Suplementos? ¿Para qué los necesita?- cuestionó frunciendo el ceño, Nevra siempre se veía gozo de salud, aunque estos días...
- Se puso a dieta supongo...-.
- ¿Dieta para qué?- siguió preguntando sin comprender bien.
- Supongo que sabes, Karenn no bebe sangre de otros, utiliza suplementos- le explicó.
- Ohhh...- exclamó recién enterándose, la elfo no pudo evitar reírse. -...ohhh- esta vez fue con un tono decaído, intentando procesar la información- ¿Nevra no está bebiendo sangre?-.
- ¿Qué?¿No lo está? Los suplementos no están listos, y los de su hermana no abarcan sus expectativas nutricionales-.
Se quedaron observando.
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Me haces feliz. (Nevra)
RomanceNevra gusta de pasar de cuello a cuello, cama a cama. Su vida es así, su belleza se lo permite. Pero desde que llegó Gardienne, la humana, recurría a esos pasatiempos con menos frecuencia, ella era aún más atractiva, cuya sangre sabía que era del...