- Entonces, el sujeto de pronto se convirtió en un sirena, y con abrupta fuerza les dio coletazos, que los despidió volando, dejándole estas heridas, se liberó de las esposas y se fue nadando- recapituló Ezarel anotando minuciosamente en su libreta, el guardia en la camilla asentía- ¿Algo extraño, antes del suceso?-.
- Mmh... pues no sé si importe, pero iba al baño bastante seguido- contestó sobándose la cabeza. El elfo se quedó recalculando unos momentos.
- Ezarel- le llamaron desde la entrada, volteó tranquilo donde vio al jóven Chrome - encontré esto en la zona- le dijo acercándose teniendo con asco un microrecipiente.
- Déjame ver- le dijo tendiendo su mano.
- No sé si quieres tenerlo- contestó el lobo alejando el recipiente de su mano, Ezarel alzó una ceja - huele a mierda-.
- Ya entiendo que pasó... Iu- dijo asqueado, mientras se levantaba del asiento -pon eso en una bolsa o algo-.
En el instante que el lobito se proponía salir, entraron ambos jefes de guardia, quienes arrugaron sus narices apenas sentir la peste.
- Ugh, ¿Qué es eso?- fue el primero en comentar el vampiro.
- Algo realmente feo me temo- opinó Ezarel tomando notas con el ceño fruncido, cuando levantó la mirada se encontró a Nevra hurgando los cajones y estantes del lugar -¿Qué es lo que buscas?-.
- Ah, unas vendas- respondió sin desviar la mirada, luego de un rato las encontró- bingo-, al intentar colocárselas en sus yemas adoloridas, sus gemidos salían instintivamente.
- ¿Qué te traes ahí? A ver- se apoderó de la situación el orejudo, tomando su mano y viendo con empatía sus dedos a carne en fuego -Hay que echarle un buen ungüento a esto, ¿Anduviste metiendo mano en la cocina de Karuto?-.
- No, pero si le eché mano a una chica muy ardiente- bromeó alzando las cejas, al acto recibió un golpe en la cabeza por parte de su amigo el peliblanco, quien le miraba con desaprobación.
- Realmente la tocó sin darse cuenta- acotó arruinando lo interesante en su herida.
- Bueno, pero es no es importante ¿Qué noticias tienes del asaltador? Odio pensar que está suelto, feliz como una perdiz- dijo Nevra mientras Ezarel revisaba los estantes.
- Me acaba de testificar el guardia que de pronto este señor se convirtió en un sirena, y se fue nadando- explicó brevemente trayendo en manos el ungüento.
- ¿Así como así?- insistió sin entender, conteniendo sus quejidos cuando el peliazul le colocaba la sustancia.
- Me temo que esa cosa olorosa tiene mucho que ver- continuó explicando, ahora enrollando su dedo en vendas.
- Au, apretaste mucho- se quejó.
- No seas marica-.
- ¿Marica? Te invito a que la toques y experimentes mi dolor- le retó, Ezarel alzó las cejas -¿Sabes? Mejor no la toques-.
- De cualquier forma, teorizo que Camilo ingirió un recipiente con la poción de sirena, y luego bueno, lo defecó para poder utilizarlo y huir-.
- No tengo apetito de nuevo- dijo Nevra.
- Yo tampoco- se sumó Valkyon.
- El giro final y ... fin- fue indicando Ykhar mientras las dos bailarinas Eweleïn y Gardienne ejecutaban la danza.
El pecho de Gardienne galopaba sin cesar, gotas de transpiración recorrían su cuerpo. Esa fue una mañana agotadora. Observó a su compañera en busca de algún consuelo, ella devolvió la mirada sonriente, suspirando profundamente.
Luego los dos aplausos de Miiko y HuangHua resonaron en la extensa y vacía sala.
- Bien chicas, les ha salido estupendo- las felicito la morena alegremente- Ahora solo falta hacer un ensayo general junto a Valkyon, y esta noche será lo ideal-
- Muero de hambre- quejó Gardienne de inmediato, además de eso, también se sentía asquerosa, con todo su sudor y la tela fina del vestido pegada a su piel, deseaba un baño urgente.
Junto a la elfo se dirigieron a las duchas, recorriendo el pasillo, algo le causó malestar.
- ¿Qué te sucede?- no tardó en notar la palidez en el rostro de Gardienne.
- N-no, no sé- un dejavú le invadía los recuerdos, de aquella madrugada que fue atacada en ese lugar.
- Anda, vamos- le insistió empujando suavemente su espalda baja.
- Y uno, dos, tres... va, va, va- indicaba con decisión Nevra acompañando el ritmo con aplausos, mientras bailaba junto a Valkyon, quien a cuestas podía seguirle el ritmo.
Nevra exprimió hasta la ultima gota del ser del peliblanco hasta donde hubo tiempo.
Casi al atardecer se encontraban reunidos para hacer el ensayo final, junto a los músicos y el escaso público. Gardienne observó a su vampiro, pensante.
-Quiero que él se vaya- ordenó apuntándole con el dedo. Todos voltearon a verla sosprendidos.
- ¿Eh? ¿Yo?- preguntó con un poco de tristeza en su voz, ella se limitó a asentir. Ezarel observó a ambos tortolos y rió para sí.
- Lo que desee mi lady- dijo el orejudo empujando a Nevra hacia la salida.
- ¿Ehh? ¿Por qué? ¿Acaso te pone nerviosa mi presencia?- no pudo evitar comentar coqueto, ella solo le sonrió desafiante, y luego le guiñó el ojo. Eso le atravesó como un flechazo, y cuando quiso darse cuenta, se encontraba fuera de la sala del Cristal.
Llegó a la noche, era la hora.
Y entre las sombras del bosque exterior, rujían las hojas.
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Y aquí está~~~~, sinceramente este capítulo me costó muchísmo, tenia pocos ánimos, me cuesta unir los eventos principales ;A; pero en fin, aquí está~~
Intentaré no tardar mucho en el próximo.
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Me haces feliz. (Nevra)
RomanceNevra gusta de pasar de cuello a cuello, cama a cama. Su vida es así, su belleza se lo permite. Pero desde que llegó Gardienne, la humana, recurría a esos pasatiempos con menos frecuencia, ella era aún más atractiva, cuya sangre sabía que era del...