Capítulo 17

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 -Nevra...- me susurra al oído, estamos en mi cama, ella con ropa floja. Y yo con tantas ganas. Me abraza desde el cuello para luego acostarse y hacerme encimar a ella. Sus ojos me cautivan, dos perlas moradas relucientes que no dejan que rompa el contacto visual. La beso sin contenerme de tanto aguantarme, acaricio su rostro y su cabello, siento como sus dedos avanzan entre mi pelo. Dejo sus labios tranquilos y sigo besuqueando su cara, para bajar a su cuello. Oír como suspira me pone loco. De pronto sus piernas abrazan mi cadera haciéndome bajar de golpe.

- Agh, me vas a matar- le digo ronco. Está muy atrevida, tal vez demasiado para ella. Me levanto para observarla mejor.

Cierto, esto es un sueño. Me vuelvo a acostar para abrazarla el tiempo que me quede antes que pueda salir de aquí por el incienso. Era demasiado bueno para ser verdad.

De pronto abren la puerta y me levanto, miro allí, y veo a Gardienne.

Mierda, creo que es la real. Miro abajo mío, esta Gardienne sigue aquí, dormida, como se levante, no sé. Siento mis mejillas arder de tan solo pensarlo.

Nos quedamos observándonos unos microsegundos con la real Gardienne. Luego Ezarel se asomó.

Las sábanas bajo de mi hicieron ruido

Esta Gardienne se levantó.


¿Ahora dónde me meto?

Vi como Gardienne se ponía roja, se fue caminando rápidamente. Es tan bonita.

Me golpeé la cara, bien Nevra, bien.

Me levanté de la cama, la Gardienne de mis sueños me quedó mirando, le sonreí y ella volvió a dormirse.

Salí de la habitación y cerré la puerta a mis espaldas. Ezarel estaba con una sonrisa amplia, seguro pensando en que comentarme.

- Más vale que te calles- lo amenacé, él hizo el cierre en su boca todavía riendo. 

Cuando fuimos por donde ella caminó, la encontramos junto a Cryllis. Estaban en la sala de las puertas. Me miró y desvió la mirada. Me sobé la nuca.

- ¿Entonces?- pregunto Ezarel, ella se aclaró la garganta.

- Él hombre debería entrar al C.G. en cualquier momento, deberíamos escondernos- dijo, le hicimos caso de forma rápida.

 La tomé de brazo, y nos llevé a la herrería, mientras el elfo tonto junto a Cryllis se escondían en la despensa.

 Una vez adentro, otra vez me encontraba en ese dilema.



Creo que he sufrido el momento más incómodo de la vida junto a Nevra, soltó mi brazo, le miré, y volvió a sobarse la nuca incómodo.

- Si vas a decir algo, será mejor ahora- rompí el silencio.

- Disculpa por... ya sabes, eso- me volví a sonrojar al recordar la situación, no sabía si me ilusionaba o me desilusionaba. Por un lado me ponía contenta de que le atraiga al punto de que sueñe de esa forma conmigo, por otro lado, esperaba que fuese algo más romántico.

- Descuida...- no sabía que más decir, así que nos mantuvimos en silencio el resto de tiempo que quedó.


No tardó mucho en llegar, aquel hombre. A penas lo vi entrar me estremecí, recordé de golpe todas esas pesadillas, todas esas batallas para que él no me ahorcara, tenía miedo, quería despertar, ya que se arreglaran, pero no quería seguir estando allí.

Me haces feliz. (Nevra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora