Capítulo 24

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 Despertó cuando los rayos del sol encandecieron fuertemente a través del vitral. Aturdida se levantó, mirando a todos lados. Como esperaba encontró a Valkyon sentado en una silla a su lado. Pero del otro, se encontraba Nevra, también sentado, medio tendido sobre la cama, al igual que su compañero, profundamente dormido.

 Acercó su mano para acariciarle el cabello, pero se detuvo a escasos centímetros ¿Eso contaba como que él la tocara? era mejor no arriesgarse.

- No te preocupes, puedes mimarlo un poco- dijo en voz baja su jefe, ella se sobresaltó- Ser la portadora es como ser Ezarel, tu puedes tocar a todos, pero nadie te puede tocar a ti- no pudo evitar reírse en voz baja. Alegre colocó la mano sobre su pelo negro, y masajeó un poco su cuero cabelludo con dulzura. 

- ¿Qué ha pasado?- preguntó al recordar lo sucedido después de recitar las oraciones.

- Te quedaste inconsciente- dijo muy desarrolladamente Valkyon.

- ¿Eso es normal verdad?- preguntó insegura, encogiéndose un poco. Él solo asintió - ¿Y él?- dijo mientras corría su flequillo mostrando su ojo sano.

- Él es tu sanguijuela-. Gardienne rió un poco más alto, hoy su jefe andaba chistoso. Luego miró la sonrisa durmiente del vampiro, quedó un poco sumergida en ella - si vas a besarle que no sea en los labios por nuestro pacto-.

- ¿E-eh? ¿Quién dijo que iba a besarlo?- reclamó sonrojada con la voz temblorosa.

- Simplemente se ve...- respondió igual de tranquilo que antes. Quedaron en un silencio incómodo por unos minutos. Hasta que de pronto ella recordó.

- ¿En qué concluyó el interrogatorio con... ese tipo?- preguntó. Él la miró pensativo, luego a la ventana, luego a Nevra, luego a un punto fijo en la habitación. Era un hombre meditador.

- Él y su agrupación, querían tener hijos contigo- dijo pensando en que era la forma más sutil de decirlo. Pero inclusive sonó tierna y romántica. Quedó unos segundos impactada.

- Pero Gardienne solo va a tener dos hijos, Nevra junior y Gardiennita- dijo el vampiro levantándose de pronto.

- ¿Por qué se tienen que llamar como nosotros? Yo les quiero poner Lysandro y Sucrette- quejó enseguida.

-Como quieras, cariño <3- ella se sonrojó ante lo que acababa de pasar.

-¿Cómo te sientes?- preguntó de pronto Valkyon. Ella instintivamente tocó su pecho.

- Siento algo muy bonito- dijo sonriendo -aunque la cabeza me sigue pesando-.

- Si estás lista, podemos ir a la sala del Cristal- continuó.

 Ella se recostó un momento, unos últimos cinco minutos, sabía que venía otro día agotador.



  Llegaron allí, donde unos cambios la descolocaron. Frente al Cristal se encontraba un no muy extravagante "trono", y a sus costados unas faroles que sostenían llamas azules. Allí les esperaban la guardia brillante junto a Ezarel y HuangHua.

- ¡Gardienne!- exclamó alegre Kero -¿Qué tal estás?-preguntó acercándose. 

- Bien ¿Cómo van ustedes?-.

- Viento en popa, ¿Te gusta tu lugar?- dijo indicando el sillón.

- Está bonito ¿Pero para qué es esto?-.

-Estamos preparando todo para que puedas bendecir a la gente aquí- respondió Miiko acercándose. La humana meditó al respecto

- ¿Son bendiciones reales?- preguntó recordando al pastor de su iglesia.

- ¿Cómo que reales?- preguntó confusa la líder.

- Ya sabes, si son de verdad o es algo tipo...-.

- Es más simbólico que otra cosa, si a eso te refieres- aclaró Ezarel. Ella asintió comprendiendo.

 La empujaron hasta al frente de su trono, y HuangHua le demostró como era la bendición. Parada, ella debía darle un beso en la frente a la persona en cuestión, y luego un beso en la palma de su mano derecha, le advirtió que mucha gente venía de trabajar, y que no siempre se iba encontrar con manos bonitas y delicadas, así que debía ser fuerte. 

- ¿Sólo puedo bendecir a las personas aquí?- preguntó.

- No es necesario, es para tener un orden. Si vas por ahí afuera bendiciendo, las personas se amontonarán a tu alrededor- le explicó Ykhar. Gardienne tragó saliva ante la idea. 

- No suena muy divertido ¿no?- le dijo Kero.

- Para nada...- dijo con fea cara. Ambos compañeros se rieron entre si.

- La gente empezará a venir a partir del mediodía, tendrás un descanso a las cuatro, y continuarás hasta las ocho- le dijo el cronograma la coneja- será así hasta la finalización del ritual dentro de una semana exacta- la humana empezó a sacar cuentas, esas serían, muchas, muchas horas besando manos y frentes, se compadeció de Miiko y HuangHua.

- ¿Emocionada?- le preguntó la morena codeándola.

- Eso creo...- respondió dubitativa.


  Finalmente el momento llegó, la gente se comenzó a amontonar en las afueras del cuartel, los guardias ya estaban preparando la hilera a seguir. 

  Gardienne estaba nerviosa, sus dedos hacían melodías en el apoyabrazos del trono.

La hilera avanzó, esperó a que terminaran de acercarse, y cuando se le fue indicado, se paró.

 La primera persona avanzó, era un anciano cornudo, cuyas pesuñas resonaban al pisar. Le daba mucha ternura. A cuestas él le hizo una reverencia, ella se agachó para darle un beso en la frente, y pidió su mano para darle el beso en la palma. El hombre agradecido esbozó una sonrisa cálida, y aliviada.

 El corazón le dio un brinco.


 Luego de la eternas cuatro horas, llegó su descanso.
Esperó paciente a que Valkyon le quitara el ojo para salir corriendo a algún jardín del C.G.



Me haces feliz. (Nevra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora