Capítulo 10

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 Dudosa fue bajando del árbol, al llegar a tierra avanzó dirigiéndose hacia aquel resplandor. Asomándose entre los arbustos encontró a uno de sus compañeros tirado adolorido en el suelo, no tenía cola.

- Oye, ¿Estás bien?- avanzó hacia él, su instinto no la dejaba abandonarlo.

- Uhm, sí. Me han cortado la cola. Fue muy doloroso- respondió mientras con ayuda de ella se sentaba.

- ¿Te duele algo más aparte de eso?-.

- Creo que no, pero fue horrible, me siento un poco perdido- le ayudó a levantarse.

- Anda, deja que te acerque a los límites del bosque- los ojos celestinos de él quedaron impactados.

- Deberías ir a ocultarte, vendrán a ti como manada de sabalí salvaje a jardín de flor de algodón-.

- Solo será poquito, en cuanto aparezca uno me iré corriendo- el chico suspiró.

- Será peor para ti- se quedó pensativo un rato -Aunque admiro que me estés ayudando-.

- Es lo normal- el chico continuó debatiendo consigo mismo mientras avanzaban.

- Sabes... Siempre me fije en que no estás muy unida al grupo. Bueno, en realidad todos lo hacen-.

- Pues si sabían... Es como ven, solo soy amiga de Karenn- él asintió.

- Y eres muy amiga de Nevra- Gardi temblequeó un poco -Eso ha generado muchos rumores-.

- ¿Ah sí?- dijo realmente curiosa.

- Bueno, además de que... ya sabes, a algunas de nuestras compañeras no le agrada tanto que Nevra te tenga cierto "cariño"- dijo haciendo énfasis en ese "cariño".

- Nevra solo juega conmigo, al igual que con todas. No sé que problema se hacen realmente- dijo un poco deprimida, él chico se sobresaltó.

- ¿Jugar? ¿Has visto como se porta contigo a diferencia de las otras?- cuestionó frunciendo el ceño. Gardienne recalculó.

- Ehh, ahora que lo pienso... nunca, solo tal vez coqueteando con alguna, pero siempre lo vi de lejos. A lo sumo tengo como evidencia las marcas en los cuellos de algunas chicas- el chico se palmeó la frente, ella miró impactada.

- Bueno, deja ahí. Como te he dicho, salieron muchos rumores, relacionando tu mal desempeño como espía, mientras continuas aprobando aunque sea a garras las actividades y pruebas-.

- ¡No se hacen idea de como sufro! ¡Apruebo con sangre, sudor y lágrimas!- quejó. Él río disimulado.

- Pues no eres tan mala como dicen-.

Continuaron caminando, hasta que llegaron a las cercanías del borde. Él le agradeció, y ella volvió a adentrarse.

Mientras Nevra gustaba de lucir su cola, recorría el bosque con aires de cazador. De momento solo se encontraba vigilando, la masacre se había puesto en marcha, muchas luces verdecinas brillaron en distintos puntos. Después entraría él en juego.


Y pues sí, pasaría. Gardienne se puso a correr a zancadas cuando otro compañero la comenzó a perseguir, aunque le llevaba bastante ventaja, no podía quitárselo de encima.


Aquellas respiraciones profundas que tanto anhelaba oír directo de su boca mientras estaban en su cama, eran inconfundibles. Se acercó a la zona para prepararle una bella emboscada.


Corrió tan rápido que su cazador se rindió, estaba satisfecha, al menos en la prueba de huida nunca fallaba. 

Tuvo un ligero presentimiento, no sabía de qué, pero entendía que algo la alertaba. Siguió más cautelosa, hasta que no muy lejos vio una silueta, era Nevra por seguro. Fingió no percibirlo, iba a seducirlo para cortarle la cola con las defensas bajas. Trotó lo más sexy que pudo, dejó de sostener sus pechos para que reboten libres (con dolor, pero libertad al fin), más el sudor, el sonrojo de sus mejillas y como flameaba su cabello, estaba muy sensual al ojo de él. La quedó mirando un rato antes de prepararse para taclear. Toda la atmósfera que había creado, se vio interrumpida porque tropezó con una raíz saboteadora, fue directo al piso, de cara, encima la velocidad en la que corría hizo que se arrastrara un poco como si fuera un trapeador.

Nevra no pudo evitar pensar "Anda, seguro dejó bien limpio el pasto".

Y no se levantó.

Nevra se rió un poco por los bajos, admitía que era demasiado cómica la situación. Se acercó caminando con intensión de cortarle la cola mientras se levantaba, pero, no lo hacía. Más alarmado se posicionó junto a ella, la volteó para ver su rostro lleno de raspones, y un par de lágrimitas corriendo por las mejillas. La sacudió, y a duras penas abrió los ojos.

- Me duele todo- dijo clara, se tocaba a penas lo cachetes para luego reaccionar al ardor. Observó sus rodillas también rojas, y sus antebrazos dolían.

- Ven, levántate. Vamos hasta la enfermería- tomó sus manos para ayudarle a levantarse, de un tirón lo hizo, pero sus piernas no respondieron correctamente y casi se le resbala si no le hubiera atajado por la cintura -¿Puedes pararte?- preguntó preocupado.

- Eso intento- se apoyó en su torso, cual se doblegó un poco ante sus manos, pero se reafirmó de inmediato para no mostrar su debilidad.

- ¿Y si mejor te llevo princesa?- ella rió negando. Intentó apoyar las piernas, cuando se sentía segura le soltó. Pero volvieron a ceder, dejando que sus manos resbalaran por los costados de su cuerpo, haciendo que chocara con él.

- Mi nariz...- quejó con un gemido, se aferró a su espalda, y arrastró sus pechos por su torso mientras volvía a elevarse. Él quedó mudo dejándose ser la pared de apoyo, no tenía problema alguno, por él, que se cayera toda la noche. Y ella tampoco lo hacía accidental. 

 Lo observó, atenta, al único ojo con cual podría mantener la mirada, la luna de contraste ensombrecía su rostro. En cambio ella, brillaba al recibir toda esa luz, sus ojos parecían dos perlas mágicas. Cautivado pero inseguro, tomó su rostro entre sus manos, su piel era muy tersa, la acarició con los pulgares levemente. Luego empezó a inclinarse.

- ¡Auch!- quejó de pronto Nevra mientras se enderezaba, un dolor inmenso le arremetió contra la columna. Ella se alejó mientras sostenía su cola. La observó impactado, y a la vez satisfecho. - Astuta-.

- Sí-.

- Jugaste con mis sentimientos- le dijo fingiendo dolor.

- Tú siempre lo haces- dijo un poco seria, luego despabiló al darse cuenta de que lo dijo sin pensar. Le sacó la lengua y emprendió el camino de vuelta al ver que se asomaban los rayos de sol.

- ¿Eh?- cuestionó para si mismo confuso.

Me haces feliz. (Nevra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora