"¿Eh? ¿Acaso Miiko... está... embarazada?" pensó, mientras una serie de imágenes de Miiko en su maternidad le arremolinaban la cabeza.
- Eso significa que le toca a HuangHua- comentó seria, la humana miró impactada, sin entender.
- ¿De qué hablan?- preguntó tímida.
- Ah, cierto. Mira, el festival del Oráculo es muy importante, porque el alma del mismo toma el cuerpo de una mujer, para residir en ella...- "OH POR DIOS, esto es como la paloma y María"- entonces así, utilizandola como recipiente, la elegida puede bendecir a las personas en su lugar- empezó explicando Ewe.
- Normalmente el Cristal, elige a ciertas personas especiales relacionadas de una forma u otra a él. Siempre somos HuangHua o yo las elegidas, debido a nuestros cargos, y para saber a quién de las dos nos toca, tenemos unos síntomas que nos indican que el alma del Cristal va a "anidarse" en nosotras- continuó Miiko, Gardienne comprendió mejor la situación, y se quitó de la cabeza las imágenes de ella embarazada -A fin de cuentas, ella ya debe estar viniendo-.
- De acuerdo, estaré atenta- contestó la enfermera, y la líder se retiró.
Siguieron pasando los días, la rutina de Gardienne se mantenía firme, y dura. A su vez las preparaciones para el festival tomaron lugar en su vida, lo que la mantenía ocupada, desde que se levantaba, hasta que se iba a dormir.
Y él odiaba eso. A pesar de que estuviera también ocupado, pareciese que no existiera en su vida. Necesitaba re imponer su lugar.
Llegó el esperado día, la gente del C.G. se amontonó en la entrada, la llegada de HuangHua pronto sería. Estaba planificada hace no mucho, pero ayer por el mediodía fue Gardienne quien tuvo el honor de recibir el aviso por un familiar.
De cualquier forma, allí iba ella, intentando ver entre la muchedumbre, para ver a (Tal vez) una de las personas que mejor la trató en Eldarya a penas conocerla.
De pronto se oyó el grito ahogado de la multitud, la gente se empezó a abrir, y así como la primera vez que la vio venir, avanzó HuangHua entre ellos. Al estar frente a frente, Gardienne le dedicó una reverencia, y continuó el camino escoltándola.
Pasaron dentro de las instalaciones, y apenas pisaron el pasillo de los guardias, la morena se despojó de su solemnidad, y se arrojó a sus brazos con suma felicidad.
- Ohhhhhhh, Gardienne, te he extrañado- la apretó fuerte para transmitir el sentimiento.
- Y-yo igual- contestó un poco aturdida todavía, pero con una llamita de calor en el pecho.
Atrás de ellas apareció Nevra tosiendo fuertemente, con la mirada sombría, para luego recuperar su brillo, cuestionándose a si mismo si era normal sentir celos ante esa escena.
- Van a tener que separarse, HuangHua debe entrar a hablar sobre su portación con Miiko- aclaró mientras tomaba por los hombros a su humana. Su alteza puso los ojos como platos, y entró a zancadas.
- Estos celos me hacen daño, me enloquecen- cantó susurrando para si misma Gardienne al sentir que los dedos de él estaban bien aferrados a ella.
- ¿Um? ¿Qué dices?-.
- No, nada ¿Qué es la portación?- aprovechó a preguntar.
- Digamos que es el verbo que se usa para cuando una mujer esta llevando dentro de si el alma del Cristal, y bendice a la gente. Bah, tu no tienes ni idea de esto-.
- En realidad Miiko me lo ha explicado unos cuantos días atrás- "mierda" pensó él, no había excusa para retenerla. Ella miró por donde provenía la luz de afuera, intentando adivinar la hora -Debería ir a ayudar a Karuto, me matará si le dejo plantado- se quiso deshacer de sus manos, pero él se aferró el doble abrazándola por la espalda. Se le erizaron hasta los vellos de la nuca, hacía tanto que no tenía contacto a cuerpo con él, que su tibieza la ponía colorada. Se apegó más a ella, pudo sentir las molduras de su torso rozando su espalda, pues su musculosa nunca dejaba nada que imaginar.
- No, no te dejo ir a ningún lado- le susurró al oído de forma sensual, y le dio un suave beso en la nuca. Ella, sintiendo como la sangre se le acumulaba en la cabeza, respiró profundamente para no salir volando, sintió cosquillitas en el vientre.
- B-bueno, ya. En serio tengo que ir con Karuto- se safó de sus brazos suavemente, odiaba tocar su musculatura con doble intención, no podía evitarlo. Desvió esos pensamientos de un fuerte parpadeo.
Ella se fue, no sin antes dedicarle una dulce mirada. Él se apoyó en la pared más cercana, sonriente, tocando aquel lugar de su pecho donde su corazón latía descontrolado.
La jornada con Karuto, fue sin duda agotadora, el calor de los hornos, tiempo encorvada cortando verduras, horas revolviendo una sopa. Sus piernas no daban más, caminó hasta su habitación como pudo, con gran pesadez en su cabeza. Llegó y se tiró a la cama.
A la mañana siguiente su cuello y cabeza dolían peor, salió de su cuarto quitándose las lagañas, miro a ambos lados, según la luz parecía que se había despertado más tarde de lo normal. Se encontró con Valkyon quién parecía venía a buscarla, pero solo se quedó observándola sin saber que hacer.
De un momento a otro, la besó.
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Me haces feliz. (Nevra)
RomanceNevra gusta de pasar de cuello a cuello, cama a cama. Su vida es así, su belleza se lo permite. Pero desde que llegó Gardienne, la humana, recurría a esos pasatiempos con menos frecuencia, ella era aún más atractiva, cuya sangre sabía que era del...