Capitulo 5.

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— ¿Terminaste? — preguntó la morena acercándose a mi.

— Si, muchas gracias. — la mire con una ligera sonrisa.

Retiro la charola y la puso en el carrito, para después salir de la habitación. Me acomode bien para descansar, pero la puerta se abrió mostrando la cabeza de un niño.

— ¿Aneu? — sus oscuros ojos se conectaron con los míos.

— Hola, ¿sucede algo, pequeño? — le pregunté con el entrecejo fruncido.

Él niño cerro bruscamente la puerta. Me dio un poco de miedo, parecía que estaba enfermo, tenía la piel muy pálida y sus labios blancos. Cerré los ojos para poder dormir y olvidarme de lo que paso.

YG.

— ¡No lo puedo creer! — coloque con frustración las manos en mi cabello.

— Tranquilo, lo podemos arreglar. Ese infeliz no a de estar muy lejos. — tomo los papeles que se encontraban en la mesa.

— ¿¡Tranquilizarme!?, ¿¡eres estúpido!?, ¡ese idiota me acaba de robar mucho dinero! — le grité desesperado. No podía creer que estuviera tan tranquilo.

— Lo sabemos, YoonGi. Debemos mostrarnos como si no supiéramos nada para que ese infeliz se confíe. — comentó JiMin quitándole los papeles que anteriormente SeokJin había agarrado.

— JiMin tiene razón. — sonrió Jungkook — Es lo mejor. Además, nadie se mete con nosotros y aquel hombre fue muy valiente al hacernos esto. — se cruzo de brazos — Ja, estúpido.

— Le haremos pagar de la manera más cruel. — dió palmadas en mi espalda, tratando de animarme. — Amigo, estamos contigo.

— Gracias, TaeHyung. — suspire y acomode mi corbata — Necesito salir de esto.

— Vamos a beber y pasar un buen rato con algunas mujeres. — añadió RM con una enorme sonrisa en su rostro — ¿qué dicen?

Todos aceptamos lo que propuso NamJoon, y con un horrible dolor de cabeza salimos de la empresa para irnos a divertir, al menos un poco.

Aneu.

— Niña, levántate.

Abrí los ojos y note que Ángeles estaba ahí, como siempre con una hermosa sonrisa.

— ¿Qué sucede? — me senté en la camilla tallando mi ojo derecho con bastante pesadez.

— Bueno, dormiste mucho tiempo y necesitas cenar. — de nuevo trajo aquella charola con comida.

— Gracias... — hice una mueca al ver la comida — pero no tengo hambre.

— Aish, tienes que comer. Además que tengo que decirte algo, tal vez te de hambre. — su tono de voz había cambiado a una temblorosa.

— ¿Y, qué es? — pregunté con mucha curiosidad.

— Hace un momento iba por tu cena y vi a un niño como de 6 años con su bata blanca — bajo la mirada — me dio mucho miedo. El niño parecía un fantasma, estaba caminando sin rumbo en los pasillos del hospital. — miro con bastante miedo a mis ojos, tengo que admitir que igual me estaba abrazando aquel horrible sentimiento — Se dice que aquel niño murió aquí. Creo que lo llamaban Nishi, sus padres murieron en un choque, él sobrevivió pero no duro mucho tiempo, ya que al día siguiente falleció. Muchos me contaron que lo veían en este lugar pero no les creía, hasta que lo logré ver.

Sentí como mi corazón palpitaba con rapidez. Igual había visto a ese niño, me llene de tristeza por como murió y por que no encuentra el camino a la luz. La puerta se abrió de golpe, ambas gritamos pensando que era aquel niño.

— ¿Por qué gritan? — frunció el ceño con una sonrisa en sus labios.

— ¡Ahh!, eres tú. — sonrió aliviada. — hermano, ¿qué haces aquí?

— Vine por ti, son las 12:00 de la noche.  Vámonos. — le hizo un ademán a Ángeles con la mano para que saliera del cuarto.

— ¡No, no, no me dejen sola, por favor! — rogué con bastante miedo. No quería quedarme sola y volver a ver a aquel niño, el miedo se apoderaba de todo mi cuerpo.

Ambos hermanos me miraron con confusión, pero al parecer Ángeles comprendió el porque no quería que se fueran y asintió con una sonrisa.

— Ay, esta bien. Hola, mi nombre es Alberto, mucho gusto. — se presentó con una linda sonrisa.

— Mucho gusto, soy Aneu. — le respondí de la misma manera.

Nos quedamos platicando, cada quien hablaba sobre alguna cosa loca que paso en sus vidas. La verdad, era bastante agradable convivir con ellos, y al no escuchar algo paranormal, sentí un gran alivio.

My Daddy; Min YoonGi. ¡LEMON! (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora