Capitulo 23.

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Ya han pasado 3 meses y TaeHyung no reacciona. Siempre voy a cuidar de él, con la esperanza de que me voltee a ver, y me sonría. Suga ya no me a dado castigos, al contrario, ahora es más dulce. Se que suena raro, pero gracias a Dios cambio su forma de ser. Hoy estoy llegando al hospital para ver a Tae.

— Hola Ángeles ¿Qué tal tu día? — sonreí e hice una reverencia.

— Muy bien. Gracias, Aneu. — sonrió imitando lo que yo hice. — Nos vemos al rato.

Camine hasta donde se encontraba TaeHyung y abrí la puerta. Suspire. Caminé hasta con Kim y agarré su mano, mientras le daba pequeñas caricias.

— Por favor, Tae; despierta. Estoy segura que me estás escuchando — me puse de rodillas, recostando mi cabeza en la camilla.

Sólo se escuchaba el monitor cardiaco en la habitación. Cerré los ojos para poder descansar un poco, pero algo me preocupo al máximo. Sus latidos cardíacos dejaron de funcionar y con rapidez me levanté. Rápidamente fui por el doctor.

— Por favor, quédese afuera. — asentí llorando.

Daba vueltas en el pasillo, pareciera que iba a hacer un hoyo. Pero no podía detenerme, estaba muy preocupada. Hasta que por fin salió el doctor, me volteó a ver triste. Oh, no. Que no sea lo que pienso, por favor.

— Señorita él... — no lo deje terminar ya que entre a la habitación casi corriendo. Mis manos temblaban y lleve una a mi boca — Por favor, debe calmarse. Él joven perdió la vida, lo lamento mucho.

No podía creer lo que había dicho. Parecía que esto era una maldita pesadilla. Deseaba que fuera así, pero lamentablemente no lo era y eso me dolía demasiado. Camine hasta su camilla y con mis dos manos temblando agarre la suya, poniéndola en mi mejilla. Cerré los ojos con fuerza, recordando los buenos momentos que tuvimos. Lo bien que me hizo sentir cuando estuvo a mi lado, y por haber alegrado mi vida aunque sea un poco; porque solo era así cuando estaba junto a él.

— Ta-tae... — mi llanto aumento y caí de rodillas tomando con fuerza la bata del hospital que el castaño tenía puesta. No podía decir nada, se había formado un doloroso nudo en la garganta. Sentía como mi corazón se quebraba. Una mano se posó en mi hombro y lentamente levanté mi cabeza para ver de quién se trataba.

— Señorita, necesito que salga de la habitación para poder sacar el cuerpo del Joven Kim TaeHyung.

Me levanté y acaricie la cara de Tae. Aún no paraba de llorar, me dolía muchísimo. Había perdido lo más valioso que me quedaba en este mundo. Con mi mano cerré sus ojos y salí de la habitación. Espere en el pasillo unos minutos más para tratar de tranquilizarme. Y fue cuando ví que lo estaban sacando del cuarto, una sábana blanca lo cubría por completo. Mire el suelo con tristeza y me di cuenta de que ahora estaba sola. Ya no podría estar con él y que me subiera el ánimo o que me dijera que todo iba a estar bien si estábamos juntos. Ya no podría escuchar su voz, ni tampoco sentir sus suaves caricias. El amor que tuvimos fue el más puro e inocente; jamás lo olvidaré. Realmente él fue mi luz en mis días de obscuridad, y ahora tengo que ser fuerte por TaeHyung. Se que así lo desea, y no quiero que se sienta culpable por haberme dejado, al contrario quiero que vea que lograré salir adelante. Solo necesito un poco de tiempo para recuperarme de esta pérdida.

Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde ¿Cierto? Me di cuenta de lo idiota que fui por haberlo dejado. Ahora, me estoy lamentando por no haber pasado los últimos días a su lado. Extrañaré los días felices que él provocaba. Pero más que nada, extrañaré aquel amor tan puro y bueno que tuvimos. Esto no es una despedida, pronto nos volveremos a reencontrar y estaré feliz cuando llegue ese día. Kim TaeHyung, te amo; y eso nunca podrá cambiar. Tal vez conozca a demasiadas personas, pero ningún amor se comparara al que tuvimos tu y yo.









——— ☹ ———

Estoy llorando. :'(

My Daddy; Min YoonGi. ¡LEMON! (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora