Capítulo 19.

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— ¡Hija! — corrieron mis padres a dónde estaba abrazándome fuerte. Me quedé inmóvil, hace mucho que no veía a mi madre, ya que no tuve tiempo de hablar con ella; pues en cuanto se termino la misa de mi boda se marchó.

— ¿Cómo te sientes? — pude notar sus ojos rojos y llenos de lágrimas, ojeras debajo de ellos y sus cabellos desordenados.

— Bien, eso creó. — miré mis manos nerviosa. Quería preguntar si era verdad que había muerto mi bebé, pero tenía miedo de que fuera real.

— ¡Maldito seas Min YoonGi! ¡Por culpa tuya mi hija está aquí! — reclamo mi padre mirándolo con odio — ¿Esto lo querías no? Ahora lárgate de nuestras vidas.

— Lo siento, pero no será tan fácil. — se cruzó de brazos con una sonrisa en sus labios. — Lamentablemente su hija es mi esposa, así que no puedo irme y dejar a mi amada de esta manera.

— ¿Cómo te atreves a decir eso? — tome a mi padre del brazo tratando de evitar una pelea entre ellos.

— Papá, no. — susurré. TaeHyung se metió en esa patética pelea.

— Por favor, estamos en un hospital. Aquí no arreglaremos nada. Además, Aneu acaba de despertar, lo que menos quiere es esto. — sus ojos se conectaron con los míos y ambos sonreímos.

Las miradas asesinas seguían en la habitación, pero Suga no bajaba su cabeza. Seguía con su maldita sonrisa haciendo que mi padre se enojara más. Mamá llevo a papá fuera del cuarto para tranquilizarlo. Tae seguía a mi lado, no quería dejarme sola con YoonGi temiendo de que me vaya a hacer algo. Los minutos pasaron y yo aún sentía el ambiente pesado, quise cerrar los ojos para descansar un poco pero Suga hablo:

— ¿Podrías salirte de la habitación? Yo me encargaré de cuidar a mi esposa. — llegó hasta conmigo acariciando mi cabello.

— ¿Acaso me crees idiota? — Suga solo asintió. — Pero que patético eres, por nada en el mundo te dejaría a solas con Aneu, ¿te quedó claro? — toco su cabeza con su dedo índice de una manera rápida, con una sonrisa más falsa que mi felicidad junto con YoonGi.

— No, no me quedó claro. — miro al techo pensativo y después soltó un leve suspiró — Pensándolo bien, el patético aquí eres tú. — se empezó a reír llevando una mano a sus labios — Te diré el por qué,— lo apuntaba con su dedo índice — porque peleas por algo que no es tuyo. Y nunca lo será
. — sonrió guiñándole un ojo — Si, realmente eres patético. — río. Voltee con TaeHyung quien se encontraba con el semblante triste mirando al suelo. Verlo así me partió en mil pedazos el corazón.

— Suga, cállate. — lo fulmine con la mirada. De nuevo voltee con TaeHyung e intenté tomar su mano pero él la apartó bruscamente.

— Tienes razón....— levanto su cabeza con una horrible seriedad — No tiene caso seguir aquí. — abrió la puerta del cuarto  quedándose unos segundos ahí, después salió dejándome sola junto con Min.

— ¿¡Por qué le dijiste eso!? — grité matandolo con la mirada — ¡Eres un idiota!

Él coloco su mano en mi quijada, haciendo que dejara de gritar. Me miraba directamente a los ojos y después sonrió de una manera diabólica. Trague duramente saliva, mis manos empezaban a temblar y comenzaba a sudar frío.

— ¿Por qué lo defiendes tanto? — frunció el ceño moviendo mi quijada — Aww, la pequeña se ha enamorado, ¿es eso?

— S-sueltame... — puse mi mano en la suya, intentando quitarla de mi quijada; ya que la empezaba a apretar con fuerza.

— Tú eres mía, ¿okey?, aunque lo ames a él.. — se acerco a mi oído y susurro — Siempre serás mía, Aneu.

[...]

— Bienvenida señorita. — la empleada hizo una reverencia y con ayuda de Suga entre a la casa — ¿Quieren algo de comer?

— No, muchas gracias. — sonreí un poco — ¿Puedo irme a dormir?

— No, no puedes.  — suspiró y se encogió de hombros — tengo que decirte algo primero... — me ayudo a sentarme en el sillón de la sala, despues él se sentó enfrente de mí.

— ¿Qué es lo que pasa?

— Tus padres querían verte, ya que tu amiga les dijo lo que paso. — sonreí al escuchar eso. — ¿Eso te alegra? No puede ser. Haber, ellos te dieron la espalda cuando más los necesitaste y ahora que estaban apunto de perder a su hijita vienen de papás al rescate. — comenzó a reírse. Bajé la cabeza apretando la tela del pantalón — Ah, se me olvidaba. — lo voltee a ver — ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? ¿Es mío o del idiota de TaeHyung? Tu amado.

— Deja de jugar, Suga. Me lastimas.

— Te hice una pregunta.

— Ese...ese bebé era tuyo. — sin que me diera cuenta ya estaba llorando — Lamentablemente ese hermoso bebé era de una horrible persona como tú.

Él solo sonrió asintiendo con la cabeza mientras fruncía su ceño. Podía notar lo enojado que estaba. Se sentó a lado de mi comenzando a acariciar mi cabello.

— Aww, ¿soy muy malo? — dio un tirón de mi cabello haciendo que hiciera la cabeza hacía atrás y me quejara de dolor — Siempre seré así solo si tú haces un error. Te fuiste con TaeHyung, ahora mi querida y hermosa esposita pagarás las consecuencias.

— Pensé que habías cambiado... — solté un llanto cerrando con fuerza mis ojos.

— Que ingenua. — sonrió dando un beso en mi mejilla y con su otra mano limpiando mis lágrimas — Ya, no llores todo estará bien ¿eso te decía TaeHyung, no?

— Por favor, ya...— rogué abriendo mis ojos, me estaba lastimando con cada palabra que decía.

-— "Siempre juntos" "Te amo" "No dejaré que algo malo te pase" Blah blah blah. Y... ¿Dónde está ahora? El que te ama tanto que te deja sola con la persona que más te lastima.. Espera, ¿eso es amor? Nunca había conocido un amor como este. — comenzó a reirse y soltó mi cabello.

Me quedé en silencio con la cabeza abajo. Me dolía el corazón, me dolía bastante ¿Por qué seguía con esto? ¿Qué era lo que habían hecho mis padres para que los odie tanto? Para que me odie tanto....Necesitaba descubrirlo. Aún así con todo el daño que había provocado en mi quería ayudarlo. Sé muy bien que él no está bien, lo sé, necesita a alguien que le dé amor, que le diga las palabras que me acaba de decir. Pero esa persona no era yo, lamentablemente no lo era.









My Daddy; Min YoonGi. ¡LEMON! (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora