15.

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Hoy te vi... A través de mi ventana.

Juro que no le temo a las tormentas, jamás ha logrado asustarme el sonido de los truenos o los destellos de los relámpagos, más bien es algo que siempre ha llamado mi atención y me parece muy bonito, además de que el aroma a tierra mojada es delicioso. Pero hoy, no sé qué demonios pasa conmigo, está lloviendo demasiado fuerte y por alguna extraña razón me encuentro acurrucado en una esquina de mi habitación con un manojo de sábanas y cojines sobre mi cuerpo el cual está temblando cual cachorro de chihuahua abandonado. No quiero ni siquiera ver de reojo la ventana, las ramas de los árboles forman unas sombras extrañas en las paredes y no quiero ni imaginar que eso pudiera ser algo más que solo madera, prefiero no correr el riesgo de averiguar de qué trata todo eso y mantenerme en mi lugar, aquí estoy protegido de cualquier cosa que pudiera llegar a pasar.

La lluvia comienza a cesar y me permite escucharte cantar, te oyes tan cerca, tan cálido; como si te tuviera a mi lado y cantando para mí, para calmar mis repentinos nervios y hacer que mi cuerpo deje de sacudirse. Me levanto de la cama aun con las sábanas cubriendo mi cuerpo y me acerco a la ventana donde puedo visualizarte en tu habitación, sentando en el borde de tu cama con tu guitarra reposada sobre tus piernas, aquella que te regalaron cuando cumpliste 14, no logro reconocer la canción pero me relajo escuchando tu voz, el sonido es tan satisfactorio que podría ser fácilmente comparado con el olor a café recién hecho en las mañanas o el de un pastel siendo horneado. Amaría tenerte conmigo, quizás estando acostado a tu lado o abrazándote por la espalda pero teniéndote allí para cantarme solo a mí. 

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no noté el momento en el que alzaste la mirada y me arrepiento completamente porque fue inevitable sonrojarme violentamente en lo que mis orbes se toparon con los tuyos, temí que lo notaras a pesar de estar a considerables metros de distancia pero solo alzaste la mano y la moviste, saludándome, te devolví el saludo con el corazón aún en la garganta y el cuerpo temblándome ya no por la tormenta sino por los nervios recorriendo cada parte de mi ser por el simple hecho de que el amor de mi vida estaba dirigiéndose a mí.

Noté que no tenías intención de mirar hacia otro lado así que cuando sentí que fue suficiente tiempo observándote sin llegar a cruzar la raya de lo "extraño", regresé a mi cama en donde casi me permito gritar contra la almohada. No puedes tener una sonrisa tan hermosa ni verte tan jodidamente bien en plena madrugada, en serio no puedes, Harry Styles.

A Través de Mi Ventana |larry stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora