Capitulo 27

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-Duele, Perrie- susurraba la rubia una y otra vez mientras sus ojos estaban incrustados en el suelo.

La sala de espera estaba vacía, Perrie, Leigh y Jesy estaban sudando en frío tratando de procesar todo lo que estaba pasando, las dos últimas apretando con suavidad la mano de la rubia.

-Todo estará bien, Pez- Le dijo Leigh abrazándola

-Eso mismo fue lo que yo le dije a Jade y ahora está aquí- Susurró la rubia con una sonrisa sarcástica.

Los ojos de Perrie carecían de ese brillo tan hermoso que usualmente lucía, ahora era un mar opaco, sin energía, enrojecido de tanto llorar. Su camisa estaba manchada de sangre, su cabello estaba alborotado y sus manos estaban más frías de lo normal. Cuando la rubia vio que su complemento se desvanecía entre sus brazos sintió que el mundo se paralizaba y se volvía más triste de lo que era; se preguntaba miles de veces como pudo dejar que Jade se expusiera de esa forma, de dejarla incluso unos minutos a solas con quién fue su peor pesadilla, inmediatamente los ojos le volvieron a quemar.

-Ella estará bien, cariño- Susurró esta vez Jesy envolviéndola en un abrazo.

-¡No digan que todo estará bien, maldita sea!- Perrie explotó levantándose de la silla jadeante, estaba enojada; las dos chicas la miraron sorprendida, sabían que su amiga siempre había sido alguien que mantenía la calma incluso en las peores situaciones.

La rubia al ver la manera en la cual había reaccionado soltó un gran suspiro, iba a hablar, pero las tres se removieron al ver que se abría la gran puerta de cristal dando paso a una chica rubia de ojos azules y una morena. Se dirigieron a recepción y se les veía un semblante bastante preocupado y cansado, la secretaría señaló en dirección a las otras 3 chicas y Perrie frunció el ceño incomoda. Las dos nuevas visitantes se dirigieron a la sala de espera sentándose en la parte de atrás, luego llegó un chico y se sentó en medio de ellas apretándole las manos.

-¿Ustedes son amigas de Jadey?- Preguntó la chica rubia con los ojos llorosos y la voz rota.

Leigh asintió mientras analizaba a la chica-¿Cómo está ella?- Preguntó esta vez la morena

-Solo vemos doctores entrar y salir- Respondió Jesy- ¿Quiénes son ustedes?

-Ashley- Dijo la rubia

-Shay- Siguió la morena

-Soy Tyler- Terminó el muchacho

-Ustedes estudiaron con Jade ¿No es así?- Dijo Perrie con la voz enronquecida

-Y al parecer tu eres Perrie- Intuyó la rubia- Jade nos habló de ti- Ashley sonrió tristemente

Las horas pasaban y mis dedos cada vez estaban más pálidos, ya mis ojos estaban sumamente irritados por las luces del hospital y la cantidad de lágrimas que había derramado, esta situación estaba acabando conmigo, yo Perrie Edwards la mujer tan controlada y dedicada estaba hecha un desastre en tan solo un par de minutos que cambiaron su vida.

El viaje en la ambulancia fue muy duro para mí, no soltaba la mano de Jade incluso cuando los doctores así me lo pedían, no podía romper el leve contacto que me mantenía con ella, su suave pulso contra mis dedos. Los doctores no nos habían comentado nada, solo que la bala había perforado fuertemente a Jade y que lo que les preocupaba ahora era el derramamiento de sangre, ya era de noche y se habían pasado toda la mañana y gran parte de la tarde en cirugía.

Yo estaba sentada en la parte de afuera de la clínica, necesitaba respirar, es lo que Jade hubiera querido que yo hiciera si estuviera conmigo.

-Creo que lo necesitas- Dijo Shay sentándose a mi lado, y pasándome un café, yo le agradecí y bebí un sorbo- Cuando Jade nos contó sobre ti nos emocionamos mucho- Ella sonrió y yo la miraba atenta- Habla de ti con gran anhelo, Perrie, es muy grato para nosotras ver a nuestra Jadey así de enamorada y entregada- Yo no pude evitar sonreír y bajar mi mirada

-Ella también me habló de ustedes, aunque la verdad creí que las conocería bajo otras circunstancias- Ella rió y yo le seguí

-Ella saldrá de estas lo sabes ¿Verdad?- Me miró y me encontré con esos ojos cafés tan profundos- Es la chica más fuerte que conozco, no dejará que una bala en el abdomen la derrumbe, está segura de eso Perrie- Volvió a beber de su café

-Cuando escuché la bala- Bajé la mirada jugando con mis dedos- Escuché también como mi corazón se rompía en mil pedazos, y cuando cayó en mis brazos no sabía que hacer- Las lágrimas rogaban por salir, la morena me puso una mano en la espalda dándome apoyo- La amo demasiado, todo estaba tan bien entre nosotras hasta que sucedió eso- La voz se me cortó y tuve que respirar muy hondo- Lo que más me duele es que yo le prometí que todo estaría bien y aquí estamos

-No eres culpable de eso, cariño- Apartó unos cabellos de mi cara y acarició mi mejilla- No eres culpable de la crueldad del ser humano, y estoy segura que si tu hubieras sabido lo que iba a pasar te arriesgarías incluso tu a recibir la bala, pero todo pasa por algo- Me sonrió y acarició mi cabello, tenía tanta razón- Pero llorando aquí y lamentándote no lograrás nada ¿Está bien?- Yo asentí

Nos envolvió un silencio cómodo y nos terminamos los cafés, la brisa era fría pero me sentaba bien, necesitaba sentirme humana. Luego de un rato entramos nuevamente y ya eran a eso de la una de la madrugada.

-Creo que deberían descansar, yo me quedaré y llamaré si pasa algo- Dijo el muchacho abrazando a su novia

-Quiero quedarme- Respondí

-Perrie, debes descansar- Dijo Leigh apretándome el brazo- Te hará bien, piensa que Jade querría eso- Yo cerré los ojos al escuchar su nombre y asentí rendida.

-Nos vemos luego- Se despidió el chico.

Habíamos acordado de que Shay y Ashley dormirían en el apartamento de Jade, Leigh tenía sus llaves y todo estuvo arreglado, Jesy insistió en dormir conmigo, pero yo le pedí un poco de tiempo para mí, lo necesitaba.

Llegué a casa y preparé la tina, eran por ahí las 2 de la madrugada y no me importaba, necesitaba un momento para mí, para pensar. Dejé que el agua caliente me abrazara y cerré los ojos, me imaginé por un momento las manos de Jade, la manera en la cual se bañó conmigo, como sus labios besaban mi cuello y luego mis labios; inmediatamente las lágrimas empezaron a brotar.

-Todo estará bien- Susurré frotando mis ojos- ¿No es así Jadey?- Abrí los ojos y me pareció verla, sorprendida pestañeé dos veces pero desapareció, suspiré y hundí mi cabeza en la bañera. 

Aprendiendo a vivir, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora