Capitulo 30

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Cada día me sentía más asombrada por la recuperación de Jade, era simplemente magnífica. Hoy era su último día de medicación y también de terapia, los doctores la habían mandado ya que la bala había perforado muy cerca de la cadera y temían algún daño, pero Jade seguía perfecta.

Hace un par de minutos había dejado a Jade en el consultorio y salí rápidamente a reunirme con Jesy y Leigh, bajé de mi auto deprisa y caminé hacia un café.

-¿Tienes todo preparado, rubia?- Preguntó Jesy sonriente

Yo me senté y suspiré, tomé un poco del café de Leigh y me dejé rendir en la silla.

-Soy nervios personificados, chicas, lo juro- Dije sintiendo un poco el frío de mis manos.

Leigh soltó una risa y me acarició el hombro tratando de tranquilizarme- Andre ya apartó el lugar, y ya lo están organizando, no te preocupes, Pez.

Yo cerré los ojos acariciando mi cabello. Por fin había decidido pedirle formalmente a Jade que fuera mi novia, a pesar de todo lo que habíamos vivido yo había ignorado la petición.


Las terapias terminaron por fin, esta etapa de mi vida fue complicada, lo debía admitir, se basaron en noches de llanto y depresión. Perrie en su mayor parte se encargaba de alejar los anteriores factores de mí, pero en mis sueños aparecía esa sonrisa cínica de Danielle, su voz tan rasposa repitiéndome una y otra vez mi apellido.

-Jade, fue un gusto conocerte- Me dijo la doctora con una radiante sonrisa en sus labios

-El placer fue todo mío- Miré a todo el equipo y les sonreí uno por uno-Me han ayudado mucho, no sé cómo pagarles- Todos se acercaron y me abrazaron, sentí mis ojos aguarse pero reprimí las lágrimas.

-Nos vemos, Jade- Se despidió la amable mujer.

Salí del consultorio y me senté en una de las bancas de afuera a esperar a Perrie como siempre, yo me seguía quedando en su apartamento y nos habíamos figurado una manera de vivir bastante bonita. Nuestra rutina se basaba en despertarnos, intercambiar un poco de amor en la cama, luego Perrie preparaba el desayuno y hablábamos mucho mientras comíamos, me traía a terapias y ella salía por ahí mientras esperaba por mí.

Fruncí el ceño cuando vi al auto de Leigh parqueado frente a mí, y cuando la morena salió de él yo me levanté y caminé hacia ella.

-Hola, bebé- Me saludó con una sonrisa

-Hola, Lee- Le dije con una sonrisa en medio de la confusión-¿Qué pasó con Pez?- Pregunté

-Se ocupó en último momento y me pidió que te recogiera- Yo asentí y la seguí adentrándonos en el auto- ¿Qué tal las terapias? Hoy es tu último día ¿Verdad?

-Sí, estuvieron bien, a pesar de todo los extrañaré un poco, son personas muy amables- Admití con una sonrisa

Leigh me miró de reojo- Es muy lindo

-¿Qué cosa?

-Lo que causas en las personas- Soltó una risita- Es fácil que te metas en los corazones de la gente, Jadey

Yo le sonreí tomé su mano y la apreté, para luego perderme nuevamente en la ventanilla. Mientras Leigh manejaba recibió una llamada, al parecer de Perrie, la cual le avisó que no estaba en casa y que por favor me llevara a comer a alguna otra parte, yo suspiré molesta, no me agradaba el atrevimiento que mostró.

-Pez solo me pidió el favor, Jadey, además, sabes que me encanta pasar tiempo contigo- Dijo la morena sonriente, yo le sonreí de medio lado

-Debió avisar que demoraría, así no te tomaría tan de sorpresa

Aprendiendo a vivir, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora