Capitulo 32

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Era un día soleado, un día muy bueno para ir a la playa. Los chicos, Perrie y yo habíamos planeado este viaje por mucho tiempo, necesitábamos un momento en familia, como nosotros le llamábamos. Volteé encontrándome con esa piel blanca y suave; Perrie dormía boca abajo y el cabello le caía por la cara y parte de la espalda. La respiración de la rubia era paz total, me detuve un momento y vi como las sabanas le cubrían solamente de las caderas para abajo, dejándome ver su espalda desnuda y sus curvas.

Sin poderlo evitar me incliné y con mis labios tracé un camino en su espalda, comencé por los omoplatos y fui bajando, detallaba su cintura y cuando llegué a los hoyuelos que estaban marcados en la parte de debajo de su espalda, ella ronroneó, lo cual me hizo querer besarle aún más.

-Buenos días- Le dije sonriéndole y apartándole los cabellos de la cara.

-Un minuto más, por favor- Susurró soltando un gran suspiro.

-No, amor, hoy tenemos planes con los chicos, hora de levantarse.

Perrie resopló y cuando se iba a levantar tomó mi cintura con fuerza, acorralándome bajo ella, sus ojos profundos ardían, me analizaron y frunció el ceño.

-¿Llevas mucho despierta?- Yo asentí

-Ya estoy bañada y cambiada, mi amor, solo faltas tú- Susurré delineando sus labios, los cuales prontamente besé- Levántate, haré algo para comer, tienes 20 minutos- Ella resopló y se tiró a un lado, yo le sonreí y la besé cortamente, no sin antes darle una deliciosa mirada a su cuerpo desnudo.

Preparé unos emparedados y Perrie en menos de 20 minutos ya estaba arreglada, desayunamos sentadas en las sillas del balcón mientras intercambiábamos una conversación no muy relevante. Esta vez nos encontrábamos en mi apartamento, entonces nos encontramos con Leigh para luego salir todos. La rizada lucía unos shorts blancos junto con una blusa de tiras negras, su cabello suelto y sin una pizca de maquillaje.

-¡Pero qué guapa que estás!- Halagué tratando de silbarle.

Todos reímos y nos adentramos en el auto y Andre puso música alta para luego empezar a manejar. El ritmo de esa canción era muy bueno, no podía evitar mover las caderas y en ocasiones tararearla, veía a Jesy y Perrie divertirse cantando y sacándose fotos y eso me hacía sonreír más.

En un par de minutos pudimos visualizar la playa, el agua cristalina y el canto de las gaviotas fue lo primero que percibí. Cuando salimos, la brisa fresca y algunas gotitas de agua invadieron nuestros cuerpos, como siempre hicimos la carrera para ver quién llegaba primero y para mí sorpresa yo fui la ganadora, lo que significaba que yo podía decidir qué comer y los demás tendrían que pagar.

El agua estaba fría, y gracias a una pelea de chapuzones mis ojos terminaron ardiendo.

-Lo siento, Jadey, debí ser más delicada- Se disculpó Leigh

Yo seguía frotando mis ojos y sentí las manos de Perrie apartar las mías.

-No te toques, te pondrás peor- Me regañó

-¿Perrie Edwards?- Escuché una voz algo lejana, inmediatamente la rubia soltó mis manos y yo intenté abrir los ojos con curiosidad, al segundó me arrepentí cuando el sol me pateó.

-¿Alex?- Preguntó Perrie notablemente confundida

¿Alex?

¿Quién era Alex?

Ellos se acercaron y al parecer se besaron las mejillas, abrí mis ojos esta vez con precaución y pestañeé un par de veces, miré a Leigh confundida, pero ella me desvió la mirada. Miré al muchacho frente a mí, un hombre musculoso y moreno, con el cabello algo rizado, le ponía unos veintitantos, con una barba escasa y pecas en toda su cara, era guapo. Luego me dirigí a la rubia, la cual mostraba una actitud incomoda y sorprendida, pude también notar euforia.

-Ella es Jade- Me presentó Perrie dándome una sonrisa extraña

-Soy Alex, un gusto- Me tendió la mano y yo se la estreché con una leve sonrisa, mirando de reojo a Perrie ¿Qué le pasaba?- Estás más guapa, Perrie- Dijo el hombre con un tono notablemente coqueto

¿Qué estaba pasando aquí?

-Gracias- Dijo ella rápidamente volviéndome a ver, yo le volteé la mirada

-¿Qué te trae por aquí?

-Estoy con mis amigos- Murmuró de la misma rápida manera

Ahí mi ánimo se fue al piso, ya entendía todo: Alex era su exnovio.

Una mirada preocupada de Jesy me lo confirmó junto con un comentario imprudente de Leigh. Apreté mis puños y me levanté de la arena, sacudí un poco mi ropa y caminé.

-¡Jade!- Gritó Perrie, pero ya yo había empezado a correr y en cuanto pude tomé un taxi

Le di la dirección al señor mayor y me acomodé en el taxi, recostando mi cabeza a la ventana, cerré mis ojos y respiré profundamente; en unos segundos noté algo mojado en mi mano, abrí los ojos y ardían, estaba llorando, los sentimientos fueron más fuertes que yo. Apreté mucho mis puños, estaba enojada, ella me había negado en frente de su ex novio

¡No tenía el valor de decir que estaba conmigo!

¡En mi cara!

Lloré en silencio. A veces el taxista me preguntaba que como estaba y yo me limitaba a no responder, las lágrimas caían sin parar, sin tregua ¿Cómo se había podido arruinar un día que parecía tan perfecto?



Corto, lo se, lo siento. Gracias por leer <3

Aprendiendo a vivir, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora