Capitulo 36

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Jade y yo habíamos dormido un par de horas, el cambio de horario nos había dado un poco fuerte, sin embargo fue lo suficiente como para que pudiésemos aprovechar toda la tarde.

-¿Por qué me pediste poco equipaje?- Preguntó mientras buscaba su traje de baño en la maleta

-Porque no duraremos más de un día en este hotel, y estar cargando con maletas no me apetece tanto- Dije sirviéndome un vaso de limonada y sentándome en el balcón

-¿De qué hablas?- Dijo la morena, yo la miré y tenía problemas amarrando una tira de su sostén, me acerqué apartando las suyas y rozando su piel haciéndola estremecer

-Te dije que tenía todo preparado- Susurré mientras mordía el lóbulo de su oreja, ella suspiró y yo terminé de amarrar el nudo- Ahora solo nos limitaremos a ir a la playa, mañana será otro lugar.

Ella no protestó, yo me cambié y bajamos al vestíbulo para luego salir. Caminamos alrededor de la pequeña ciudad y se veía como algo que vivía únicamente del turismo, era sumamente bonito, se veían alrededor tiendas muy bien decoradas y turistas por todos lados, además de que el cielo azul y despejado junto con el sol radiante ayudaba a que el lugar se viera aún más hermoso.

Hablábamos y me detuve cuando vi una tienda de alquiler de coches, sonreí y miré a Jade que al instante captó lo que decía y me siguió. Luego de alquilar uno tuve que soportar las insistencias de Jade por pagar así sea el coche, pero yo me negué rotundamente. Nos montamos al auto playero y manejé por todo el lugar, Jade estaba de pie en el asiento, gritando y con una sonrisa que no se borraba de su rostro.

-¡Es tan hermoso aquí!- Gritó

-¡Lo sé!- Grité de vuelta brindándole una sonrisa, ella se inclinó y besó mis labios.

Paseamos por todo el lugar hasta que llegamos a la playa, no estaba tan llena porque habíamos terminado milagrosamente en un lugar algo apartado, pero relucía entre los demás. Aparqué el auto y Jade se bajó ansiosa, yo le seguí.

La arena era blanca y fina, parecía un paraíso.

Me quedé viendo el mar, los rayos del sol y el movimiento de las olas hacían que unos destellos sobresalieran sobre la cristalina agua. Mis ojos rodearon el lugar y me encontré con Jade que se estaba quitando la ropa para quedar en traje de baño, suspiré al ver su figura, sus abdominales, su cintura y sus pechos, era preciosa.

-¡Quítate eso!- Dijo en medio de risas

Yo le sonreí y obedecí a su petición- Espera, antes algo, Jadey- Murmuré.

Me acerqué al auto y de mi bolso saqué una cámara, Jade me sonrió y la prendí para luego apuntar a nuestros rostros sonrientes al tomar una fotografía.

-¿Podrías tomarnos una, por favor?- Preguntó Jade a un niño que iba pasando

Yo con recelo le entregué la cámara y él con sumo cuidado y profesionalidad apuntó a nosotras, yo me acerqué y besé la mejilla de Jade cuando el niño le dio al pequeño botón de tomar la fotografía.

-Muchas gracias, pequeño- Le dije recibiéndole la cámara, él me sonrió y siguió su camino.

Guardé todo y volví a donde estaba la chica de ojos cafés, la cual me tomó de la mano y me obligó a correr hacia el agua.

Mis pies se mojaron y Jade me empujó haciéndome caer de chapuzón al agua, mojada totalmente la tomé de la cintura y la tiré conmigo haciendo que ella también estuviera empapada de la cabeza a los pies. Reímos y prontamente empezó una pelea de lanzar agua quedando yo como ganadora.

Aprendiendo a vivir, Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora