Capítulo 46

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Narra Juan.

- ¿Por qué no me dijiste nada?

- Iba a decírtelo cuando esté el resultado... Pero lo viste antes.

- Tendrías que haberme dicho, no iba a molestarme. -La abracé- Es algo de los dos.

- Lo se... Y lo siento.

Besó mi mejilla.

- ¿Cuando volveremos a casa...?

- No quiero que estés sola en tu departamento... Al menos por un tiempo.

- Entiendo...

Nos quedamos en silencio.

- ¿Y si vives conmigo? En mi casa...

- ¡Si! Me encantaría.

Le di un beso corto.

- Si quieres mañana buscamos tus cosas y vamos a mi casa.

- Si, mejor.

Me apoye en ella.

- ¿Quieres que salgamos a pasear?

- Esta bien. Me cambio y vamos.

Me dio un beso. Intenso, y hasta con mordida. Luego de una sonrisa maliciosa, se fue al armario.

Una vez listos, nos fuimos a caminar. Había un parque cerca, y pensaba ir ahí con ella ahí. Desde que yo era chico iba a ese parque, con mi tía. Mis padres casi nunca podían, así que mi tía me llevaba.

- Que hermoso lugar.

Sonrió.

- Venía de chico, tengo muchos recuerdos.

Nos sentamos en el césped, debajo de un árbol. Ella sobre mi y yo abrazándola por la cintura. Quedaba apoyada en mi pecho, y de a ratos volteaba su cabeza para besar mi mandíbula.

- Juan...

- Dime amor.

- ¿Por qué quisiste ser cantante? Nunca hablamos de eso.

- Me gustaba escribir -Sonreí. Ella volteo para verme- Escribía cartas de amor para las novias de mis amigos, en mi adolescencia. Mientras tanto jugaba al fútbol. En fin, un día se me dio por escribir una canción y obviamente cantarla. A mi tío le gustó y quiso que empiece a trabajar con él para elaborar mi canción. Al principio no me convencía, me gustaba el fútbol y tambien la música y algo debía dejar. Decidí dejar el fútbol y ponerme a cantar. Con el tiempo mi primer canción fue muy famosa en él país y el trabajo fue aumentando. Mas y mas canciones hasta el lanzamiento de mi primer disco. Empecé cantando en bares, discotecas, plazas, fiestas de conocidos, así hasta un estadio.  Luego fui reconocido en mas países y saqué mi segundo disco... Aquí estoy.

- Wow -Sonrió- Aunque sea cansador veo que te encanta.

- Si, es lo mejor que pude hacer... A veces cuesta irme y demás pero es lo que amo y es mi sueño hecho realidad.

Se acercó y me besó.

- Estoy orgullosa de ti y que sigas así con ese hermoso pensamiento.

- Lo mismo digo de ti. Tú y las chicas son un éxito.

- Cierto... También nos gusta hacer eso.

Se apoyó en mi de nuevo.

- Quiero un helado.

- Y vamos que te compro uno.

- No, deja.

La hice voltearse.

- Mas vale que te levantes y vayamos a una heladería porque sino te tendré que f*llar aquí mismo.

Le levantó rapidamente, yo tras ella.

- Eres un peevertido.

Se sacudió el polvo. Reí.

- No me digas que no te gustaría que lo hiciera.

- Hay mucha gente y es un lugar público donde hay cámaras. No.

Reí de nuevo.

- Entonces ¿Quieres ese helado o no?

- Si. Si quiero el helado.

Reí y la abracé.

- Te amo.

- Y yo

Le di un beso y nos fuimos a la heladería.

El Chico del Gimnasio (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora