El Chico del Gimnasio (PAUSADA)

Capitulo 12

Narra Ailen.

Apenas lo vi, lo abracé. Pude notar como se relajaba.

- Creí que no vendrias...

- Tenemos cosas que aclarar...

Me sonrió y agarró mi mano.

- Perdón por lo de hoy... Se que estuvo mal y...

Le cerré la boca con un beso.

- Ya, dejalo así... Solo... No vuelvas a mencionar algo así.

- Esta bien...

Juan me había citado en un hotel bastante lujoso. Estábamos en la terraza de este. No hacia frío, aunque aun así yo estaba temblando.

Después de comer, Juan me llevó a una habitación del hotel. Era inmenso, y además estaba arriba de todo el edificio. Daba una perfecta vista de la ciudad.

Estaba cansada. Tuve un día bastante movido hoy. Me apoye en la cabecera de la gran cama y cerré los ojos. Juan había salido para hablar por teléfono con su mánager. Poco a poco me iba quedando dormida...

Narra Juan Luis.

- Si Santiago, estaré ahí el lunes... Adiós.

Corte la llamada y entré a la habitación. Apenas entré, Pude ver a Ailen sentada en la cama, dormida. 

Me acerqué a ella y estuve viéndola un rato. Me estaba volviendo loco por ella. Si, me estoy enamorando de Ailen. Lo presiento. O al menos tengo una cierta atracción hacia ella.

Saqué su ajustado Jean y sus zapatos, su blusa y la reemplace por mi camisa. La tape con las sabanas, acomode un poco su pelo y deje que durmiera tranquila. Doble su ropa, la deje a un costado y me acosté al lado de ella.

- Te quiero...

Murmuré, besé su Mano, voltee y me dormi.

Desperté porque sentía algo raro en mi brazo. Miré y vi unas uñas pintadas de lila apoyadas sobre los tatuajes.

- Lo siento... Te desperté.

- No importa... De todas formas, debía levantarme.

La miré. Tenia ojeras, el pelo hecho una maraña y los ojos rojos e hinchados.

- ¿Hace mucho despertaste?

- Unos 15 minutos mas o menos... Pero me quede viendo como dormías... Pareces un bebé...

Ambos reímos. Pasé mi brazo detrás de sus hombros y la atraje a mi.

- Es temprano... Vamos a quedarnos un rato así.

Habrán pasado unos diez minutos y escuche un fuerte ronquido.

- Ay Nena, Nena...

Cerré mis ojos y me volví a dormir.

Cuando desperté, al lado mío no había nada ni nadie. Miré la habitación y allí estaba Ailen. Parada frente al gran ventanal, con un brazo en su cintura y el otro sobre su cabeza. Se veía realmente atractiva. Mi camisa llegaba hasta apenas debajo de sus nalgas, su pelo seguía igual de desordenado que hoy. Era... Adorable.

Me levante despacio y me acerque a ella. Corrí su cabello al costado y bese su cuello.

- Hola...

Murmuró.

- Hola...

Se volteo. Rodeo sus brazos en mi cintura y se apoyó en mi pecho.

- Nos quedamos dormidos de nuevo... -Rió- Iba a pedir el desayuno... ¿Te parece?

- Si, lo que sea esta bien. Si quieres, vamos a desayunar a otro lado...

- No... Menos con la ropa que tengo ahí.. No me dan ganas de salir hoy. Además el día no esta muy bonito...

- Sólo es una llovizna.

- Por ahora... Aun así, no quiero Juan...

Se separó de mi.

- ¿Que hora es?

- Van a ser la una de la tarde.

Subí mis cejas.

- ¿Almuerzayuno?

Sonrió.

- Almuerzayuno...

Bese su frente y fui a pedir el "Almuerzayuno". Además de la comida, pedí ropa. Tanto de mujer como de hombre. Necesitaba una ducha y supongo que Ailen igual.

- Juan... ¿Cuando debes dejar la habitación?

La miré.

- Cuando yo quiera... La suite es gratis, solo para mi. Le hago publicidad al hotel, por eso hago como si fuera mía esta suite...

- Señor ego.

Levante mis hombros.

- Juan... ¿Anoche nosotros...?

Hizo una Seña. Reí y negué con la cabeza.

- Supuse que estarías incomoda, así que te cambie de ropa.

- Ah... Genial.

Se acercó a mi y me abrazó.

- Juan...

- ¿Si Ailu?

- Eres mi idiota favorito...

Besó mi cuello. Sonreí, abrazándola y sentándola sobre mi.

- Tu eres mi boba favorita.

- ¡Hey! -Rió- También te quiero.

Iba a besarla, pero tocaron la puerta.

- Creo que es el "Almuerzayuno"...

- Si... Creo que si.

Se alejó de mi y fue a abrir. Efectivamente, era la comida y la ropa.

- ¿Para qué la ropa?

La mire mal.

- Para comer.

- Idiota...

Segundos después, los dos estábamos riendo como focas.

Esto no lo cambiaría por nada del mundo.