El Chico del Gimnasio (PAUSADA)

Capítulo 37

Narra Ailen.

- ¿Donde vamos?

- A algún lugar.

Rodé los ojos.

- Hablo en serio, Juan.

- Jaja ya -Besó mi mano- Vamos a la casa de mi tía.

- ¿Qué? -Grité- No no no, no quiero ir.

- Ay tranquila, no pasa nada. Solo mi tía y mis primitos, nada mas.

Algo me decia que no era así, aun así confío en él.

- Ya.

Mire por la ventanilla.
Habrán pasado unos veinte minutos mas, cuando Juan estacionó el coche en una casa gigante. Mas que casa, mansión. Bajamos y nos adentramos al inmenso jardín de la gran casa.

- ¡Juan!

Un niño morocho y con rizos corrió a él.

- Hola Rome...

Se abrazaron; él lo alzó.

- Amor, él es Romeo mi primito. Rome, ella es mi novia Ailen.

- Hola pequeño.

Sonreí y besé su mejilla.

- Hola...

Contestó tímido.

- Vengan, están todos adentro.

El niño se bajó de los brazos de Juan y corrió hacia el interior de la mansión.

- Ven...

Sonrió agarrando mi mano. La apreté nerviosa. Juan se acercó y me besó.

- No te asustes, son de hacer bromas pesadas... Son raros.

Reí entrando a la gigantesca casa.

Era inmensa en serio. Me perdería fácil. Y encima, Juan me dejó sola.

- Juan apurate...

Susurré.

- Hola. ¿Te perdiste?

Una chica morocha me miró mal.

- Amm...

- ¿Sabes que eres mi cuñada no?

Rió y me abrazó.

- Soy Manuela, la hermana del idiota de Juan. Decime Manu, tranquila, ya se quien sos. Me contó toda su historia.

Sonreí.

- Y puedes Decirme Ailen o Ailu... Me da igual.

- Vení, el imbécil aquel me mando a buscarte.

Reí siguiéndola. Me había asustado.

Afuera de la gran casa, habían varias personas. Que, quienes supuse, eran los papás de Juan y su tía. Además estaba el pequeño Apolo. De él si sabia, no se Romeo.

Que estúpida soy, él esta tatuado con sus nombres y yo no los reconocí.

Después de saludar a todos, aparte a Juan.

- ¿No era que estaban sólo tu tía y tus primos?

- ¡Si! Ni yo sabia que habían venido.

- No te creo.

- En serio, no lo sabia. Ya paso, ven.

Me besó y fuimos de nuevo con su familia.

Me sentía rara entre ellos, no se. Yo los conocía, si, pero era extraño volver a verlos. Pasó mucho tiempo y... No se. Además, me sentía incómoda. El padre de Juan me miraba de una forma extraña... No se como decirlo.

Llegó un momento que quise irme, pero no quería que él dejara a su familia. Se nota que le pasa lo mismo que a mi, no los ve por meses y no quiero quitarle el poco tiempo que tiene.

Agarre mis cosas y me fui de la casa. No dije nada, sólo que iba a buscar unas cosas. Aun así, deje una nota en la campera de Juan. No quería que se asuste.

Llegue al hotel, fui al baño de mi habitación y me higienice. ¡Odio menstruar! Pero bueno, es lo que hay.

Narra Juan.

Noté que Ailen tardaba mucho en volver, así que fui a buscarla. Su bolso no estaba, sino que había una hoja en mi chaqueta.

Amor.

Quise volver al hotel, así que me fui. Tranquilo, te aviso cuando llegue allá.
Te amo.
Ailen.

De inmediato la llamé.

- ¿Si?

- ¿Por qué te fuiste?

- Juan... Necesitaba volver. No quería que dejes a tu familia. Tienes poco tiempo para verlos y quería que te quedes con ellos.

- Podría verlos en otro momento... Ailen, me tendrías que haber avisado y nos íbamos.

- No quería molestarte...

- Ahora cuando llegue vamos a hablar.

Corté la llamada. Agarre mis cosas, me despedí de mi familia y me fui.

Al llegar al hotel, fui a su habitación. Ella estaba acostada.

- Ailen... Se que pasó algo mas.

- No... Bueno, si.

Me senté en la cama, al lado de ella.

- ¿Que pasó?

- Tu padre... Me molestaba con su mirada. Me sentía molesta... Sentía como que me acosaba con la mirada. Quizás exagere, pero no me dio confianza...

Ya empezó de nuevo.

- Mira, por nada del mundo te acerques a él. ¿Si? Hazme caso.

- Si pero... ¿Por qué?

- Porque si. Es una historia larga.

La besé.

- ¿Dormiras aquí hoy?

- Si... ¿Te quedas?

- Mmm... Ok.

Me saqué el pantalón y zapatos y me acosté a su lado. La abracé, y no tardamos en dormir.

Me la pase teniendo pesadillas con eso. Y me da miedo de perder a Ailen así como pasó anteriormente. Si ya vivo con el miedo de perderla, ahora es peor.

La amo demasiado.