6
Veo todo negro, me duele bastante mi cabeza. Intento abrir mis ojos pero están muy pesados. Escucho voces muy lejos. Poco a poco empiezo a abrir mis párpados, veo una luz blanca. Logro distinguir que es un cuarto, todo de blanco, sábanas, paredes, losetas, todo. Estoy en una enfermería, creo que es la del colegio, pero la verdad no sé, ya que nunca he estado acá.
Escucho la voz de Beat afuera, en el pasillo. Está hablando con otra persona, no puedo oír bien sobre que hablan. Al rato entra Beat y cuando me ve, me lanza una sonrisa. Se acerca a la camilla donde yo estoy echada.
-Despertaste. ¿Cómo te sientes, cariño?-me dice, posando su palma en mi mejilla, como una muestra de cariño. La verdad es que sin ella, no creo que pudiera atravesar por todo esto.
-Bien, me duele un poco al cabeza, pero me siento bien.-le sonrió.
-Ya. La enfermera me pregunto si sabría la razón por la cual te desmayaste y le di…
-¿¡No le dijiste nada, verdad!?-le interrumpí.
-No, tranquila. Como decía, le dije de que estos últimos días no te estabas alimentando muy bien, y que no descansabas muy bien, porque te quedabas hasta madrugada haciendo tareas.
-¿Y te creyó todo eso?-le pregunté, incrédula.
-Sí, creo que logré convencerla de que solo fue por eso.
-Te va bien lo de mentir.-reí y ella también rio.
Me miraba, y me sonreía, peor no era una sonrisa de felicidad, era una de esas sonrisas tristes. Yo no quiero que ella se sienta así por mi culpa. Ella no tiene nada que ver con todo lo que me está pasando. Ella no se debería sentir así.
-Y, ¿ya sabes que harás con él?-me pregunta, refiriéndose al niño o niña.
-No, aún no se. Si lo llego a tener, no creo que pueda criarlo yo sola. Mi mamá no podrá ayudarme, y ni loca le digo a Kayden sobre esto.
-Entonces…
-Creo que acabaré con esto. Es lo más fácil y así nadie sale perdiendo.
-Pero, ¿en qué estás pensando?-me dice Beat, casi gritando- Tú no puedes hacer eso, y ni loca te dejo que lo hagas. ¡Luego nunca te lo perdonarás!
-Si pero,-se me llenan los ojos de lágrimas- Beat… No creo que pueda con todo esto. No podré darle una buena vida a mi hijo, yo no quiero que le falte nada. Y no puedo darle la vida que se merece.
-Ay Shai, cariño, no hagas algo con lo que luego te puedas arrepentir. Yo podré ayudarte. Piensa en tu hijo cuando crezca, como será cuando sea grande: un futbolista, un actor, un escritor, un poeta. Hay tantas cosas que podrá ser, y tú te sentirás muy orgullosa de él...
-O ella.-le interrumpo, con una sonrisa en la cara.
-Sí, o ella.-posa su mano sobre la mía- Dime…-con la otra mano me coloca un mechon de cabello detrás de mi oreja- ¿qué te gustaría que sea? ¿Niña o niño?
-Una niña. Me encantaría peinarla, y vestirla con lindos conjuntos, faldas, vestidos. Luego cuando sea grande podré hablar con ella sobre chicos, podremos ir de compras y muchas cosas más.
-¿Ves? Entonces, no lo abortes. Piensa en ello, ¿sí? No te arrepentirás.-Asiento con la cabeza. Mira su muñeca, verificando la hora en su reloj.- ¿Te sientes mejor como para ir a tu casa? Ya es salida.
-Sí, estoy bien. Vámonos.-Beat me besa la mejilla y luego me tiende una mano. Se la recibo y le sonrío.
Estamos de camino a mi casa en la camioneta negra de Beat. Estamos calladas. Miro por la ventana pero no observo lo que hay fuera de él. Pienso, pienso en lo que me dijo Beat en la enfermería. No, no quiero hacer algo de lo cual luego me pueda arrepentir. Me gustaría tanto tener a este niño, o niña-coloco mi mano sobre mi vientre- pero necesitaré de ayuda. Se lo tendré que contar a mi mamá. No se lo podré ocultar por mucho tiempo. Ahora, ¿Qué dirá mi mamá sobre todo esto? ¿Cómo se lo tomará? La verdad es que no sé, pero espero que no lo tome mal. Ahora no quiero a nadie que me juzgue, necesito que me apoyen.
-¿Se lo dirás a Kayden?-me pregunta Beat, sacándome de mis pensamientos.
-No lo haré. Ya cada uno a seguido por su camino. El sigue con su mismo juego, nunca cambiará. Y no creo que querrá saber sobre este niño.
-Pero Shai, él es el padre. Tiene derecho a saberlo. Si se preocupa lo suficiente por la criatura, te ayudará, te apoyará y se verá interesado por el niño. Y si no, pues lo que se pierde, porque se perderá la vida de su primer hijo o hija y puede que más adelante se arrepienta, pero será muy tarde, porque la decisión de perdonar estará en manos de tu niño.
Beat como siempre tiene toda la razón, se lo tendré que decir y que Kayden ya vea si tomará el papel de padre y lo cumpla con responsabilidad.
-Tienes razón, se lo diré. Pero no sé cómo…