En algún lugar del Pacífico (Presente) Douglass Owen POV.
Todos los integrantes del grupo directivo del proyecto L.N.S estamos ocupando ya nuestros sitios en la sala de reuniones del edificio principal de la isla.
-Los sujetos han comenzado a utilizar su propia jerga -comienzo-. ¿Es esto un antecedente para un nuevo idioma? -pregunto a nadie en particular.
-No -asegura una de nuestras expertas en cultura-. Sólo están dándole nombres a cosas que no lo tienen.
-Y están siendo muy originales -apunta una de nuestras integrantes más jóvenes.
Suelto una risa mientras recuerdo los nuevos nombres que han escuchado los vigilantes. No sé si son exactamente originales o un fiel reflejo de sus emociones.
-Creo que tenemos cosas más importantes que discutir, Douglass -interrumpe uno de los más veteranos del proyecto junto conmigo-. Los inversores quieren saber qué haremos ahora.
-Las muertes no están para tomárselas a la ligera, Alfred -le recuerdo-. Una cosa es que uno de los sujetos muera como se esperaba y otra es que se suicide.
-¿Y cómo podemos evitarlo? -pregunta Amanda a mi izquierda-. Los jóvenes son imprevisibles, incluso volátiles.
-Realmente no podemos evitarlo -admito-. Esto es una sociedad y cada sujeto debe decidir si es o no un activo para ella. La sujeto femenina de la pareja cinco ha decidido que no puede aportar todo su potencial a esta nueva sociedad.
Todos asienten en acuerdo.
-Esto era una posibilidad desde el principio, ahora necesitamos demostrar que podemos solucionar este problema -continúo.
-Considero que es un error -admite uno de los representantes-. La sociedad no funciona así.
-Bueno, ésta tendrá que hacerlo hasta que exista la descendencia para sustituir sujetos.
-No creo que lo estén haciendo muy bien con ese tema tampoco -nos recuerda la experta en salud.
-Puede que sea hora de una visita al futuro menos próspero posible. ¿No cree, doctora? -pregunto mientras alzo mis blancas cejas.
La doctora asiente mientras apunta unas cosas en su cuaderno, con gráficas y demás información pertinente para su campo y tarea.
-¿Qué vamos a hacer con el tema relativo a la pérdida de un sujeto? -interrumpe Amanda con educación.
-Bajar de categoría de sujeto -apunta uno de nuestros psicólogos-. Cuando pierdes al número diez, te quedas con el nueve.
-¿Para qué elegir a un nueve cuando todavía hay muchos dieces en el país? -pregunta otra de las psicólogas.
Esta discusión va a llevarnos años si dos psicólogos comienzan a discutir.
-Los dieces están ahora mucho más vigilados -aseguro-. Necesitamos a los nueve. Amanda, ¿crees que puedes encargarte de esta nueva selección?
-Por supuesto -asegura mientras endereza la espalda y alza la cabeza con orgullo-. ¿Qué es lo que estamos buscando en ese nueve?
-Una nueva sujeto femenina que se haya escapado de casa pero que conserve las misma cualidades mentales que la anterior chica. Busca en los expedientes académicos de jóvenes que se hayan fugado de casa. Aunque eso sí, debes conservar el umbral de edad.
-La sujeto femenina tenía dieciséis al igual que su compañero -me recuerda una.
-Eso no vamos a respetarlo ahora. Mientras se encuentre en nuestro umbral cumplirá con los requisitos, además, es más probable que encontremos sujetos más mayores esta vez debido al caso concreto que buscamos.
Damos la sesión por terminada. Si todo va como lo planeado tendremos una sujeto nueva en unos días y no tendremos que volver a tener una reunión presencial de urgencia en la isla.
Kate ha sido una gran decepción hoy. No esperaba de ella un comportamiento tan inadecuado y rebelde. Ella y Sam se estaban integrando y adaptando muy bien a la sociedad y estaban dando un buen ejemplo de ello. Ahora se correrá la voz sobre su incumplimiento de la ley y algunos se atreverán a seguir su mal ejemplo.
La decepción es todavía mayor cuando se trata de una sujeto a la que elegí personalmente. ¿Qué digo? Elegí a los dos cuando esa zona del país me fue asignada. Estudié cada uno de los institutos de la zona, revisé miles de expedientes e historiales médicos que me fueron facilitados por los inversores y tomé la decisión final. De entre miles de chicas, Kate Washington fue la ganadora de este gran e importante premio. El poder de cambiar el curso del planeta está en sus manos. No más contaminación, no más capitalismo, no más desigualdad... ¿Qué más necesitan estos chicos para ser felices? Están a punto de llevar a cabo algo más grande que ellos mismos.
Claro está, si no comienzan todos a suicidarse como si nada.
Varios periódicos internacionales están esparcidos sobre la mesa de mi despacho en la isla. Las caras de los sujetos ocupan las portadas de todos. El titular que más gracia me hace es en el que llaman a esto un «acto de terrorismo».
Estamos intentando salvar a la humanidad y nuestros inversores han puesto muchísimo dinero en este proyecto para que eso pase. Han tenido que comprar el silencio de nuestros vigilantes y han tenido que planificar lo que está pasando ahora durante muchos años.
La familia de Kate y de Sam ocupan la portada del periódico de su ciudad. Su familia pide que los liberen y aseguran estar dispuestos, al igual que muchos otros padres, a pagar una recompensa.
Supongo que es una lástima para ellos el no poder gastarse unos cuantos de miles en tener de vuelta a sus fantásticos hijos en casa. La humanidad los necesita mucho más que ellos.
-Ya está todo preparado, Owen -anuncia una de las expertas en salud mientras entra en mi despacho-. Sólo tienes que hacer el anuncio.
Lo planificado para este tipo de anuncios es que yo viaje hasta la ciudad y haga el anuncio frente a todos los sujetos pero están demasiado inestables y alterados como para recibir otra visita mía.
Tengo dos opciones más. Realizar el anuncio a través de los megáfonos colocados alrededor de la ciudad o encargarle esta tarea al alcalde.
He elegido la segunda opción porque Sam tiene que probarse a sí mismo. Ahora que ha dejado que otra sujeto rompa un ley mientras él estaba al cargo debe demostrar que no volverá a hacerlo. Necesitamos saber que Sam es tan capaz como pensábamos de tener un cargo tan importante dentro de su sociedad.
Tomo mi teléfono normal y marco el número del ayuntamiento. Lo que están a punto de ver cambiará el curso de las cosas.
Douglass Owen es el típico malo que aplica la frase: «El fin justifica los medios».

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LA NUEVA SOCIEDAD
Teen FictionUn día estás haciendo tu vida normal y al siguiente estás siendo secuestrada. Bienvenidos a «La Nueva Sociedad». 20 chicos y chicas de entre 16 y 18 años han sido trasladados a un lugar recóndito del planeta, en el que tendrán que dar su vida, in...