Cap. 5: Sangre del mar...

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-----POV Narrador-----

La noche pasó con calma, Fukami y Dolphi fueron informados, no hace falta mencionar que Fukami casi lo estrangula a Samriaku si no fuera por Wadanohara, y por sobre todo se decidió seguir confiando en él. No era malo sino juzgado de manera precipitada. Samekichi dijo que había encontrado libros con fotos de Samriaku en el castillo, pero no mencionó a Tatsumiya.
Samriaku estaba siendo ocultado sin saberlo. Los chicos creían en él, pero las nuevas reglas impiden a los visitantes el ir al castillo hasta estar tres días, mañana sería ya la fecha que el tiburón tanto esperaba...
Memoca había decidido llevarse el barco con ella, aún así existía un problema, cada vez que se lo quería llevar Samriaku debía ir con ella. Ésto lo hacían para no levantar sospechas y permitir a Memoca estar tranquila. No es por decir que ellos dos se llevaban muy bien, se habían hecho grandes amigos en tan sólo dos días.

Samriaku se hallaba en proa, el lado completamente opuesto a su amiga gaviota, él le dijo que quería estar solo unos minutos a solas... Después de todo... Hoy era un día muy especial...

Samriaku: -¿Está mirando?- Vio a sus espaldas rápidamente, al parecer Memoca había entrado a la choza del barco... -Bien...- Mostró sus sellos, cosa que amplificaba su magia al no tener que gastar parte de ella en ocultarlos, cerró sus ojos y comenzó a sentir la magia en el ambiente... De repente, como si fuera un choque de automóviles, sintió una fuerte fuente de magia viniendo de una zona en concreto, eran cinco personas, pero una era de energía normal. Abrió los ojos y ocultó sus sellos para luego entrar en la choza y hablarle a la gaviota -¿Te importa que vaya a explorar unas islas que están en la otra dirección?

Memoca: -¿Eh?- Arqueó una ceja -¿A qué viene eso?

Samriaku: -Hay una isla a la que quiero ir, pero tú vas en sentido contrario, prometo volver hasta este punto en unas horas y esperarte aquí ¿Puedo?

Memoca: -¿Y para qué me pides permiso?- Movió la mano en saludo -Vete de una vez, no llegarás hasta el anochecer sino

Samriaku: -Bien, nos vemos aquí en unas horas

Con rapidez saltó al mar, nadando de manera rápida, era un tiburón después de todo, moverse era su especialidad. Dejando de lado la velocidad el tiburón estaba muy nervioso, hacía mucho tiempo no hablaba con ese demonio, debía pensar en qué decirle...
Tras una media hora de nadar divisó el barco que buscaba, él no pudo contenerse, era una persona que se emocionaba por todo, pero ésto lo tenía muy eufórico, al fin vería a alguien que estuvo desde que era niño
Sin pensarselo dos veces saltó al barco, pero por su euforia saltó al otro lado. Caminó despacio y habló al momento de ser visible
Allí habían dos gobernantes, ellos eran los conocidos como Etihw y Kcalb, los gobernantes del Jardín Gris. También habían otras dos personas, una niña y una mujer. A Samriaku no le importó mucho ellas, el que de verdad era importante era el demonio de ojos rojos y esclerótica negra, tenía una mirada fría, pero cálida a la vez. Él parecía agradado por la sorpresa de que Samriaku ya estuviera allí, así que con todo su ímpetu Samriaku saludó...

Samriaku: -Hola~ ¡Sabía que me encontrarías!

Jhon: -¿Eh? ¿Eres tú Samriaku? Estás... diferente...- El demonio se llamaba Jhon, mejor conocido como Mirage

Samriaku: -¡Sí! ¡El mismo!- Se acercó y le dio una palmadita en la espalda, abrazándolo con total confianza y una gran sonrisa -¡El hechicero pupilo del Gran Hechicero Meikai!

Jhon: -Si... Ahora suéltame, es incómodo...- Se intentaba safar del agarre del tiburón

Samriaku: -¡Vamos hombre, hace tiempo no nos vemos!- Miró y señaló al resto -¡Preséntame a tu amigos, ni sabía que venías acompañado!

WatGBS: Leguas viajadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora