Cap. 14: Rojo...

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-----POV Narrador-----

Sutaumi: -¿De verdad crees estar a la altura?- El rey solamente estaba de pie, con su porte orgulloso y mirada desafiante

Samriaku: -Ya te dije que no, pero lo intentaré- Expectante y atento Samriaku esperaba el más mínimo indicio de movimiento...

Sutaumi: -En ese caso- El rey aparentó moverse a la derecha, cosa que hizo a Samriaku centrarse en ese lado, pero en realidad estaba justo al lado suyo, en su izquierda -Eres lento- Le dio un golpe en las costillas, moviéndolo pocos centímetros, pero haciéndole sorprenderse -Eres débil- El rey le dio una chance de atacar, pero tomó el brazo, atravesando la garra como si fuese aire, tomándolo de la muñeca y alzándolo del suelo -E indefenso- Golpeó el pecho del joven, soltando su muñeca y haciendo que golpee la pared de la sala dejando un boquete en ella, pero sin atravesarla. Tambaleándose Samriaku se puso de pie y comenzó a caminar, con la mirada perdida, adolorido y cansado -Retírate niño, no estás a la altura de un Dios- Dijo con aires de superioridad y una sonrisa en su rostro

Samriaku: -Tú no eres un Dios- Dijo tras aparecer detrás de Sutaumi, moviéndose una corriente en la dirección de Samriaku, como si hubiera usado el agua y sus poderes a su favor -Yo conozco a un Diablo y puedo decirte- Con una mirada decidida y confiada golpeó al Rey del Mar con su garra en la espalda, lanzándolo al mismo hueco del que él salió -Que tus golpes son como brisas

Sutaumi: -Ya veremos- Ambos en un abrir y cerrar de ojos se hallaban frente a frente. El rey lanzó un golpe que fue interceptado por la garra de Samriaku -De la nada te has vuelto más fuerte ¿Será que ahora mismo estás usando el ochenta por ciento de tu poder en vez del cincuenta?- Las garras de Samriaku tenían un aspecto más realista, como si ahora no fuesen sólo el espíritu, sino que fuesen el espíritu pero con huesos formando la garra -Patético- El rey lanzó otro puñetazo al estómago del joven, haciendo que se moviera

Samriaku: -Ya lo veremos- Dijo tras abalanzarse, dándole un fuerte golpe en la barbilla al rey

Samriaku se elevó en el agua, golpeando a Sutaumi con ambas manos cerradas para tirarlo al suelo, pero Sutaumi se movió en el agua, quedando frente a Samriaku. Ambos se miraron por unos segundos antes de caer suavemente al suelo, allí Samriaku lanzó un puñetazo al pecho del rey, que bloqueó con su antebrazo, el mismo rey intentó dar una patada alta, que Samriaku esquivó moviendo su cabeza hacia atrás. 

El rey intentó golpear a Samriaku con su mano derecha abierta en su estómago, pero Samriaku lo tomó de la muñeca con su garra y lo lanzó lejos. Todos miraban atónitos el despliegue de poder, la reina atemorizada de lo que podría pasar y el resto asombrados del aguante de Samriaku.

Samriaku sin embargo ya parecía cansado, respirando agitado y con el cuerpo caído. Él sabía que no aguantaría mucho más en la pelea si seguía así, por lo que sólo quedaba usar el cien por ciento de su poder. Al levantarse tomó una pose en la que sacó pecho y respiró con fuerza...

Samriaku: -Tú lo dijiste, sólo estaba usando un ochenta por ciento de mi poder... Pero si para vencerte hace falta que llegue a mis límites- Apretó los puños -¡Que así sea!

Sutaumi: -Ja ¿Y qué harás? No hay mucha diferencia entre el ochenta y el cien- Dijo riéndose

Samriaku: -Para mi sí- Dijo mirándolo a los ojos con aquella postura -¡AAAAAAAAH!- Gritó con todas sus fuerzas y a su alrededor se formaba esa aura roja, pero ésta vez se centraba en sus garras, que habían cambiado, en donde antes había alma ahora había hueso, pareciendo dos garras de hueso gigantes. El grito no cesó hasta que las garras estuvieran recubiertas de hueso -Tú tuviste que controlar al dragón para mantenerlo de tu lado, pero al dividirlo en dos y darnos el poder te creaste dos amenazas- Miró a Sutaumi con un ojo rojo carmesí y el otro miel -¡Y YO SOY UNO DE LOS PORTADORES DE UN DRAGÓN!- Se abalanzó, golpeando al rey en la cara, mandándolo a volar por la habitación, moviéndose Samriaku detrás de él en una sucesión de golpes que se hacía más rápida, hasta el punto en que nadie lo veía. 

WatGBS: Leguas viajadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora