-----POV Narrador-----
Tatsumiya: -Samriaku...- Su mirada perdida era algo que denotaba su fracaso al no poder proteger al chico de su magia como era debido -No...- Rápidamente Samekichi se colocó frente a él, como si evitara que se moviera del lugar en el que estaba
Samekichi: -Despierta, ella te está controlando, debes resistir- Su mirada era una mezcla entre enojo y preocupación, no sabía qué pensar sobre lo que sucedía en ese momento, pensar que el último miembro de su familia cuerdo iba a marcharse sin más le ponía algo nervioso
Fukami: -¿¡Dónde Diablos está el Rey del Mar!? ¡Debería estar aquí para la pelea!- El pulpo había perdido su paciencia, estaba furioso y por poco histérico, no entendía por qué pasaba todo esto, era como si el universo conspirara contra el Gran Mar Azul de una u otra forma, no soportaba más esta racha de mala suerte y explotó en furia
Uomi: -Mi padre dijo que vendría tras ocuparse de unos asuntos en el castillo...- La reina también parecía seriamente enojada, ella sabía la verdadera causa de la tardanza de su padre -Por ahora hay que aguantar un poco, cuando llegue toda esta escaramuza habrá acabado por su presencia- Para desgracia del reino, el Rey del Mar se encontraba haciendo una de sus típicas payasadas, estaba observando que todas las plantas del castillo estuvieran en buena salud, el muy idiota no tenía el más mínimo interés en luchar, pero iría luego de verificar lo mencionado
Idate: -¡Este no es el momento, necesitamos un médico!- En brazos llevaba a la gaviota, que estaba intentando aguantar el dolor de varios de sus huesos rotos, al haber sido por poco y aplastada por la Reina Mikotsu era obvio que estaría en un estado tan deplorable
Uomi: -¡Claro, tráela aquí!- Su seriedad demostraba lo mal que estaba la gaviota -¡Wadanohara, necesito tu ayuda, Tatsumiya, ayuda a los demás con la pelea, si necesitamos de tu magia también te lo haremos saber!- Las ordenes eran apresuradas, la prioridad era devolver a Samriaku a su estado normal, pero con su sonrisa resaltando por todo lo alto no parecía algo muy posible... -¡Aguanta Memi, te curarás en unos instantes!- La gaviota estaba muy débil, con sangre saliendo por su boca y como si tuviese cortes por todo el cuerpo, aun así habló
Memoca: -Samriaku... ¿Cómo... Está...?- Sólo dijo eso antes de mirar a Uomi bastante preocupada -¿Está... Bien...?- La reina tuvo que pensar unos segundos y asintió con un poco de tristeza, cosa que la gaviota no notó -Menos mal...- Allí mismo se durmió, la reina se había asustado un poco al comienzo, pero cuando Wadanohara verificó que sólo se había desmayado se calmó y siguió con su trabajo...
Samekichi: -Sé que tú puedes salir de esto- Su mirada de preocupación pronto se tornó en miedo, pero sin dejar su enojo
Samriaku: -Silencio...- la sonrisa de Samriaku estaba frene a Samekichi, pero cuando le iba a dar un golpe en la cara, Samekichi lo detuvo con un golpe con el hombro al estómago, haciendo que Samriaku retroceda un poco por la fuerza -Parece que esto será divertido...- Se limpió la sangre que le salía de la boca, pero la de su ojo derecho no la limpió -Aquí voy- El hechicero comenzó a lanzar corrientes de agua que Samekichi esquivaba con total facilidad, pero cuando se confió un poco una oleada incesante se le aproximaba, aunque sabía que no le harían daño
Samekichi: -Tú más que nadie debería saber que esto es inútil- Con la Espada Sagrada hizo un corte al hechizo, deshaciéndolo, pero Samriaku tenía bien en claro la capacidad de esa espada, es por eso que se acercó luego de las corrientes y le dio una patada en la cara a Samekichi, que fue lanzado unos metros lejos por el impacto, quedando un tiempo en el suelo
Samriaku: -Y yo que me empezaba a divertir...- No dejaba esa sonrisa, el albino tampoco, que se le acercó por la espalda y le dio unas palmadas al hombro... Sin embargo el verlo hizo a Samriaku recordar a su madre, que hizo que se rompiera el control de una manera casi completa, cerró su ojo sangrante y se notaba su odio hacia el albino devuelta -Tú...- Al notar esto Sal se alejó -¡Ya te dije que no te lo iba a perdonar jamás!- Con su ojo cerrado se acercó a máxima velocidad dándole un fuerte puñetazo en la cara, mandándolo a volar también. Sin embargo la Reina Mikotsu vio esto y se acercó a Samriaku por la espalda, que aunque notó el gesto no pudo hacer nada para evitar el control de la reina al verla a los ojos, volviendo su ojo derecho a estar rojo carmesí -Ngh...- En su interior intentaba resistir, pero el poder era demasiado para controlarlo, al final volvió a ceder -Ja...- Su sonrisa volvía a formarse, esta vez más macabra que sádica -¡JAJAJAJAJA!- Soltó una fuerte carcajada -¡Reina querida, usted no entiende quién está en posesión de este cuerpo!- Le dio una fuerte bofetada en la cara y luego la tomó del cuello... En su espalda se proyectaba ese espíritu del dragón, esta vez el poder la reina debilitó a Samriaku, permitiendo al lado maligno del Dragón Carmesí el tomar el control -¡Si me permite la dejaré vivir, pero a cambio tendrá que darme todo lo que desee!- La reina no entendía nada -¡Verá, yo, el Dragón Carmesí, no puedo vivir si no estoy expuesto al maravilloso néctar de la muerte, la sangre!- Su voz era dual, su voz normal estaba presente, pero también una muy ominosa y fuerte voz sonaba a la par, gruesa y audible, como si el espíritu estuviera allí parado -¡Exijo que a cambio de no matarla a la primera que la vea me ceda el total control de su mar, no seré el rey, seré dueño de todo, pero usted lo manejará por mi!- Esto sorprendió a todos los presentes, que no podían creer tales peticiones, pero la reina roja no tuvo más opción que asentir y aceptar con ello el tratado de paz que Samriaku ofrecía... -¡Oh, eso es muy generoso de su parte, por ahora, nos retiramos, sé que el Rey del Mar llegará pronto, no quiero tener que limpiar el desastre que han causado, por ahora no haremos nada hasta que se me de la regalada gana de tomar este mar y con ello mi otra mitad, así que nos vamos, todos!- Aquella orden sorprendió a todos y cada uno de los presentes, aunque los rojos obedecieran y comenzaran a irse, los azules estaban atónitos, muy confundidos, pero uno, el albino le hizo frente al hechicero tras soltar a su reina, que se movió muy asustada
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WatGBS: Leguas viajadas
Fiksi PenggemarSamekichi ha vuelto del Mar de la Muerte hace dos años, donde tuvo varios encontronazos con otro tiburón que podía usar magia. El Mar Azul y sus habitantes han comenzado a ser más estrictos con los visitantes y los que no conocían. Aquel mar inocent...