-----POV Narrador-----
???: -Nunca te lo pregunté ¿Cómo acabaste aquí?- Un hombre en túnica preguntó desde la otra celda...
Samriaku: -Muy buena pregunta... Me encuentro de humor, te lo contaré- Encerrado en su celda, atado con una cadena en su pie para no acercarse a los barrotes, el tiburón se hallaba sentado como si nada en la esquina de su celda...
-----POV Samriaku------
Día quince, el imbécil de enfrente no se calla, mejor hago lo que pide, a lo mejor se calla...
???: -¿Vas a decirme?- Me sonrió, ni lo conozco, me dijo su nombre, pero no me parece que sea el real. Aun así me da un cierto aire familiar...
Samriaku: -Ya va pesado...- Aclaré mi voz y me preparé para contar
----CONTANDO Samriaku----
Hace quince días estaba tranquilamente cenando con cierto grupo de personas, era una buena noche, habíamos ido al restaurante de Aom, allí comimos ramen, la especialidad de la casa, y platicábamos de cosas triviales. Nada que te interese. Pero llegó un momento en el que todos me miraban raro, yo no notaba nada hasta que una cierta gaviota que viene aquí todos los días me lo hizo notar "Tu ojo derecho parece que llora sangre...". Yo le respondí "No digas cosas raras, me daría cuenta". Pero los demás reafirmaron lo que ella dijo. Pedí un espejo y efectivamente mi ojo lloraba sangre... Fue entonces que me dí cuenta de lo que pasaba, me di cuenta que lo que pasa allá afuera ahora había empezado. Sin mucho que decir me levanté de la mesa con la excusa de querer salir a tomar aire...
Sé que no me creerás, pero tengo un poder, puedo sentir y ver a los del Mar de la Muerte en donde quiera que estén, pero deben estar en un rango, aunque bastante amplio, limitado. Pero con un coste, mi ojo derecho se vuelve rojo. Si fuera cualquier otro lugar sería la cosa más estúpida del mundo, pero aquí el rojo tiene su significado.
Sin más que hacer me puse en dirección hacia la fuente, la gente que era del Mar de la Muerte y se hallaba en el Gran Mar Azul. Pero un detalle importante es que no noté que me seguían, todos ellos me seguían...
Caminé rápido, pero no tuve que caminar poco, fueron unos diez nudos... Fué bastante... Pero al llegar me oculté de inmediato, allí había algo que jamás había visto, un portal... Pero éste era artificial, estaba hecho de una especie de perla pequeña que lo generaba, pero de él salían decenas de habitantes de ese mar rojo.
Siendo quien soy no dudé ni un segundo en atacar. Aunque empiezo a lamentar esa decisión... Me adentré como un torbellino en medio de ellos, cortando y degollando a cada uno, pero por cada uno que mataba otros tres salían del portal. Mi daga sería una reliquia de tiempos remotos, pero no era suficiente. Mi magia no dañaba, pero me ayudaba a controlar a los grandes grupos...
Llegó un momento en el que me superaron, me encontraba acorralado, pero a la distancia veía que algo se acercaba, enemigos caían y algunos volaban, era como una bestia imparable... Y a los segundos me enteré de lo que era, un tiburón portando una espada me ayudó, con total furia y enojo, pero sonriendo al verme. Obviamente cerré mi ojo para que no lo vieran, como si me hubieran lastimado...
No sólo él, la gaviota también, pero ella se acercó más por el aire y directo hacia nosotros, sin preocuparse de recibir daño en vez de despachar enemigos. Entre los tres nos manteníamos bien, pero con el portal abierto no eramos nada... Y justo cuando más se lo necesitaba una explosión azotó el portal, no lo destruyó, pero lo dejó dañado, lo suficiente para que sólo vinieran de a uno a la vez...
Junto a la bruja que causó la explosión una pez remo nos curaba las heridas, pero yo seguía con mi ojo cerrado, a todos les pareció raro y me miraron, pero en el campo de batalla lo peor que se puede hacer es no prestar atención. Al tiburón casi le cortan la espalda, pero abrí mi ojo y lancé mi magia, ésta vez cortó al enemigo por todo su cuerpo, mi ojo estaba rojo carmesí, todos sorprendidos y el tiburón asustado no prestaban atención, así que me ocupé yo, con rapidez fui matando y matando sin parar, me acerqué a la perla y de una fuerte puñalada de mi daga la partí en dos. El portal se cerró y mi ojo no cambiaba. Todos se me acercaron y me pidieron explicaciones, pero ni yo sabía qué decir, ni yo sé qué es ese poder...
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WatGBS: Leguas viajadas
FanfictionSamekichi ha vuelto del Mar de la Muerte hace dos años, donde tuvo varios encontronazos con otro tiburón que podía usar magia. El Mar Azul y sus habitantes han comenzado a ser más estrictos con los visitantes y los que no conocían. Aquel mar inocent...