Cap. 32: Tomando medidas drásticas

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-----POV Narrador-----

Sal: -¿Segura que este es el camino?- El albino estaba unos pasos detrás de la gaviota, que con mirada seria observaba cada habitación por la que pasaban, parecía raro, algo que no le dejaba pensar muy bien en su misión. Las usuales rojas habitaciones del palacio parecían estar cubiertas de un musgo extraño, verde, era como si esa parte del castillo no hubiera sido usada por años, pero aparentaba estar habitada, era como si esto fuese alguna vez una zona residencial, pero que ahora estaba ocupada por indigentes, era normal para el albino, pero no era normal notar un ambiente tan tétrico...

Memoca: -¿Cómo voy a saberlo? Es tu castillo no el mio, me guío por lo que sé del castillo de mi mar- Miraba dentro de las habitaciones, vacías, pero decoradas, algunas con estufas o calderas prendidas, otras con hornallas o calderos, parecía que el almuerzo de estas personas hubiera sido interrumpido -¿Por qué todo esto está así...?- El albino dirigió sus orejas en la dirección de la gaviota -Todo parece en ruinas y habitado, pero hay mucha comida tirada, o cocinándose, pero nadie en las cercanía ¿Qué demonios es este lugar y qué está pasando...?- El albino puso una mirada seria, este no era el momento de bifurcaciones, pero...

Sal: -Este lugar...- "Miró" dentro de una de las habitaciones mientras que la gaviota se daba la vuelta -Es un lugar habitado por indigentes- La gaviota alzó una ceja -Hay una diferencia- Interrumpió la mirada de la gaviota -Estas condiciones edilicias no se deben a que sean ellos quienes viven aquí... Se deben a que Kowareta destruyó esta parte del castillo hace un tiempo...- Sin quitar su mirada cerró los párpados por reflejo -Ella quiso destruír a nuestros guerreros, masacrarlos, pero sufrieron un destino peor que la muerte- Apretó sus puños con fuerza -Desmembró, descuartizó, invalidó y paralizó de por vida a muchos de ellos...- Apretó sus dientes de manera visible -Ellos sufrían, pero seguían vivos, y no por afán mórbido, sino por compasión, nuestra reina trajo a esas personas a donde no les buscarían, las ruinas...- Aflojó sus puños -Viven una vida miserable, hacemos lo posible por recobrar sus cuerpos, por darles una vida de nuevo... Pero me temo que a muchos no les queda nada que recibir... Hemos logrado grandes avances, sí, muchos recuperaron un sentido del cuerpo...- Su mirada expresaba una profunda tristeza -De los tres o cuatro que han perdido... Es imposible que esas personas recuperen sus vidas, y todo gracias a esa maldita y estúpida mujer- Golpeó una de las paredes -Deseé tanto el darle su merecido... Pero nos tenía acorralados, si yo hacía algo ella mataría a la reina...- Continuó avanzando tras respirar profundo -Pero ahora tengo la chamce de demostrarle que no soy inútil, que puedo salvarla...- La gaviota estaba un poco estupefacta, con una ceja alzada, no entendía por qué el albino soltaría todo eso... Pero entendía el sentimiento, si ella no ayudaba perdería a Samriaku, por eso empatizaba con el albino

Memoca: -¿Sabes algo? No eres tan mal tipo como pensaba- Dijo riendo un poco de lo que decía, eres semi-decente, das hasta pena a veces- Sin embargo el albino se giró y corrió cerca de la gaviota en un instante -¿Qué?- Sin pensarlo dos veces vio detrás de sí misma, observando un tentáculo gigante acercándose hacia ella con una impactante velocidad -¿¡Qué cara-!?- El albino se puso frente a ella, pero eso no detuvo a la gaviota, que de un salto y un buen corte destrozó el tentáculo en su mayoría -¿¡Qué demonios era eso!?- Miró al albino que estaba algo asustado pero con su compostura intacta

Sal: -Eso, gaviota, es el sistema de defensa de las ruinas...- Observó a la oscuridad -¿Recuerdas a tu amigo el pulpo?- Ella asintió esperando una buena explicación -Pues esto es lo que hubiera pasado de él haber dejado libres sus instintos, eso que está allí, en la oscuridad- Un par de ojos rojos resaltaban ante todo, gigantes, del tamaño del torso de Memoca -Es el Kraken, el límite de poder de todos los cefalópodos de ambos mares...- Ambos observaron la figura con detenida atención -Y si no salimos de aquí vamos a ser su presa en muy poco tiempo- Se giró para comenzar a correr, seguido de la gaviota, que se adelantó un poco

WatGBS: Leguas viajadas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora