12. Una locura.

2.4K 228 10
                                    




—Mi madre necesita de mi ayuda, mil disculpas debo irme —anuncié tomando mi bolso, pero Justin me detuvo.

—Iré contigo —dijo levantándose, pero lo volví a sentar—. ¿Qué sucede amor?

—Tienes una de sus crisis emocionales, solo me quiere ver a mí, amor. Discúlpame —le dije mientras él me entregaba las llaves de su auto, pero negué con la cabeza—.Ya pedí un taxi, está afuera esperándome.

—Nada me sorprende de Eleonor —murmuró Perla de manera déspota.

—Me avisas si necesitas algo —me dijo Justin mientras le di un corto beso antes de irme.

Me sentí terriblemente culpable al ver la actitud tan amable y dispuesta de Justin. No me hacía nada de gracia tener que mentirle de tan vil manera a mi novio.

Sin embargo; Una pequeña parte de mí se alegraba de volver a estar a solas con Jake aunque eso no estuviera nada bien y me trajera terribles consecuencias, pero era algo inevitable de sentir. En el momento que vi su camioneta una rara sensación de cosquilleo me invadió, una demasiado agradable que no quisiera admitir. Fue inteligente de su parte estacionarse más adelante donde las cámaras no llegaban a grabar.

Cuando entre a la camioneta me crucé de brazos y enarqué una ceja.

—Parece que alguien olvido su trato —solté de mala forma.

Jake me sonrió de lado cínicamente. Estaba vestido con un Jean negro y una camisa blanca de vestir. Sus ojos dorados reflejaban una picardía muy coqueta.

—Nunca hay que desperdiciar la oportunidad de hacer una buena jugada —dijo guiñándome un ojo.

—¿Nunca te han dicho que tus frases son de lo más chifladas? —pregunté rodando los ojos.

—Nunca me ha importado la opinión de los chiflados —se encogió de hombros.

—¿No sientes ningún remordimiento haciéndole esto a tu mejor amigo? —interrogué mientras su chofer avanzaba.

—¿Yo soy el que tenía que respetar la relación?

Golpe bajo. Era yo la debía hacerlo, desde el principio ponerle un alto. Algo que nunca hice ni he hecho.

—¿Dónde está la foto? —exigí saber.

—¿Ya te dije que soy muy bueno haciendo buenas jugadas? —comentó pasándome una mano por mi muslo la cual la quite de un manotazo—. ¿Sabías que eres muy simpática?

«No existe dicha foto». Muy claro estaba.

—¿Y tú no sabes que eres el más mentiroso? —rodeé los ojos.

—No es que no lo sepa, es que no me importa —se encogió de hombros simplemente.

—¿Por qué haces esto? ¿No tienes suficientes mujeres ya?

—La única que quiero tener no la puedo tener —declaró irónicamente a mí parecer.

—Que gracioso.

—¿Así es tu manera tan linda de saludarme? —me dijo fingiendo indignación.

—Mi mano tiene un saludo para ti y no es muy lindo que se diga —amenacé levantando mi mano formando un puño.

Sin previo aviso, chocó sus labios con los míos, uniéndolos y apoderándose de mi boca. No sé cuánto tarde en corresponderle ni cuándo comencé a acariciar su cabello. Lo que sí sé es que todos mis pensamientos se guardaron en cajón para darle vida a las emociones que Jake me hacía sentir cada vez que me besaba de sorpresa.

A media noche, empieza nuestra noche © #1 AmedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora